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El 'toothing': sexo anónimo al azar a golpe de móvil

El 'toothing': sexo anónimo al azar a golpe de móvil En el toothing no hablas de ti, ni siquiera tu nombre; tampoco exiges nada a nadie, solamente es sexo.

La tecnología Bluetooth incorporada de manera masiva en los teléfonos móviles, además de en computadoras portátiles, está tejiendo todo tipo de redes sociales nuevas e innovadoras.

Una de ellas es la red Toothing Toothing ideada por un joven londinense que ha puesto en marcha un foro para promover la actividad bautizada con el nombre TT. Ha editado una guía para principiantes de Toothing que está calando en Londres y en otras capitales del mundo.

Según la guía, Toothing es una forma de sexo anónimo con extraños, normalmente en ciertas modalidades de transporte o áreas cerradas tales como una sala de conferencias o un seminario. El emisor envía el Bluetooth y envía un mensaje -basta con escribir toothing para que se sepa cuales son sus pretensiones- a otros móviles con la misma tecnología que capta en su radio de acción, sin necesidad de marcar números de teléfono que, por otra parte, desconoce. Nadie sabe quien emite el mensaje. Nadie sabe quien lo leerá.

La persona que acepta, recoge el guante, responde a la invitación y se concierta una cita, en un lugar cercano y apropiado: un servicio público, un cuarto vacío o una cabina telefónica. Todo el proceso entraña una dimensión de aventura, porque se desconoce completamente la pareja y también el lugar donde tendrá lugar el “encuentro”.

Esta nueva modalidad de ocio está experimentando un gran auge en algunas ciudades europeas, porqué además de conservar el anonimato, tanto del emisor como del receptor, uno se ahorra el trabajo de convencer al otro, porque con escribir toothing ya queda claro el fin de tal cita. Además resulta ser un recurso muy útil para las personas cerradas o que sufren una extrema timidez, porque no deben esforzarse en desarrollar sus habilidades sociales, sino simplemente tienen que mandar un mensaje a un destinatario anónimo. No es posible recibir una calabaza, porque nadie sabe quien hace la propuesta.

Con el toothing no se pretende iniciar ninguna relación, ningún vinculo sólido, estable o permanente, sino simplemente,llenar un espacio vacío, desahogar la libido de un modo lúdico y “civilizado”, sin violentar a nadie y partiendo de un tácito consenso. El objetivo consiste en entretenerse de un modo nuevo, sin tener que gastar dinero y jugando con la incertidumbre del entorno inmediato. Todo ocurre de un modo acelerado, sin intercambio de palabras, ni compromisos a corta a distancia. Se trata de un contacto físico, acelerado y epidérmico, pero suficiente para llenar un vacío.

La idea, cuenta el creador del asunto, un ciudadano de Londres dedicado a las finanzas y que vive en las afueras de Londres, le vino en los viajes de ida y de vuelta en tren desde su casa al trabajo, pensando en los ratos de aburrimiento y en la posibilidad de sacarle partido a la tecnología distinta al simple mensaje corto o llamada telefónica. Según el inventor, se trata de un juego y de una nueva forma de “relación” social, que es corta y fugaz como requieren los parámetros de nuestro tiempo.

Quizás por ese motivo ha tenido tanto éxito. Se trata de un producto rápido, placentero y sin cargas económicas, ni culpabilidad. En algunos casos -justifica su inventor- puede servir para encontrar solución a las frustraciones de una de las partes. Además de una relación social en busca de sexo o incluso de búsqueda de pura amistad, también entraña una dimensión lúdica al exigir una comunicación entre móviles. Se recibe un mensaje de alguien, se ha de echar un vistazo al alrededor buscando otra persona que haga lo propio en el vagón.

Esta nueva forma de uso de la tecnología Bluetooth implica un cruce de personajes que no se conocen entre ellos y es un buen reclamo. El elemento de lo desconocido le da un cierto tono de misterio, pero no es lo mismo que una cita a ciegas, puesto que es de bajo nivel y sin riesgos. Se está conectando con una persona que está cerca de ti, pero que no conoces. Se trata de un factor de novedad que está ayudando al lanzamiento de un nuevo modo de interacción social. No es un tablón de anuncios, donde uno expone sus características físicas y sus deseos con el fin de hallar una persona compatible. Internet ya hace tiempo que es un gran aparador de solitarios. El toothing es un modo de interacción nuevo, donde uno no dice nada de sí, ni siquiera su nombre. Tampoco exige nada a nadie, solamente un intercambio sexual.

Este fenómeno es un síntoma y como tal debe ser tratado. No puede ser utilizado como argumento en un diagnóstico de nuestra sociedad, pero tampoco debe ser ninguneado como si fuera una moda estúpida y pasajera. El modo como una sociedad se distrae, el modo como llena de sentido su ocio es un indicador de su salud física, psíquica y moral. El toothing es una expresión más de la banalización de lo sexual que se efectúa en la sociedad postmoderna, una clara expresión del carácter líquido y efímero de las relaciones humanas que se tejen en nuestro universo cultural.

Creo que una de las experiencias que aterra más al ciudadano postmoderno es la del aburrimiento, la del tedio que experimenta cuando dispone de tiempo libre y se ve con la necesidad de llenarlo. Le ahoga el aburrimiento y necesita evadirse de él, siente el impulso de expulsarlo de su ser con nuevos recursos y estímulos exteriores. Y sin embargo, la experiencia del aburrimiento puede ser fecunda, en la medida en que estimula la creatividad y la imaginación y uno puede verse motivado a cultivar sus propios recursos personales.

Vivimos en una sociedad constituida por seres anónimos, que buscan anónimamente la felicidad y que necesitan evadirse de sus múltiples frustraciones con llamadas anónimas.

Francesc Torralba Roselló
Forum Libertas, 12 de marzo de 2007

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