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En la Francia de Sarkozy, al profesor se le habla de usted. Por fin alguien reforma la fábrica de los cretinos

En la Francia de Sarkozy, al profesor se le habla de usted. Por fin alguien reforma la fábrica de los cretinos

Parece que el nuevo ministro de Educación de Sarkozy, Xavier Darcos, tenga ya listo un paquete de medidas para intervenir rápidamente sobre la situación de la escuela francesa, definida por un libro de éxito, La fabrique des cretins (la fábrica de cretinos).

 

También en la escuela pública francesa la situación es todo menos brillante. Cien mil episodios de violencia al año, abandonos escolares in crescendo, preferencia por los colegios privados por parte de quienes verdaderamente quieren aprender algo.

 

Aunque, a diferencia de lo que sucede en Italia, el ministerio francés ya se había comprometido, por ejemplo, en luchar contra el comercio de drogas, con un campaña informativa para acabar con el viejo mito del cannabis como "droga ligera" e inofensiva, una imagen hoy negada con evidencias por parte de las crónicas periodísticas y la ciencia.

 

Darcos es consciente de que la educación será una de las pruebas más importantes de la presidencia de Sarkozy. Parece tener ideas que toman su punto de partida no de las metodologías analíticas (la mística de las fotocopias que sustituyen a los libros de texto, lo que ha precipitado al analfabetismo nuestras escuelas), sino de aspectos simbólicos, es decir, substanciales. Parece, por ejemplo, que tenga la intención de sustituir el tu con el que en la mayor parte de las escuelas los alumnos se dirigen a los maestros de cualquier edad, por el tradicional vous, que en francés es el equivalente a nuestro usted.

 

Naturalmente, las tertulias se deshacen en comentarios sobre el formalismo de los franceses, y de Sarkozy en especial. El sociólogo Pierre Le Goff ha afirmado que esta iniciativa "se resolverá con el simple refuerzo del principio de autoridad". Como si se tratase de algo irrelevante, o quizá incluso dañoso.

 

El hecho es, sin embargo, que la debilidad del principio de autoridad es uno de los fenómenos más dramáticos, y graves de la Europa contemporánea. Desde el punto de vista psicológico, por ejemplo, un principio de autoridad débil deriva en la fatiga, que tiende a convertirse en incapacidad del sujeto para gobernar su propia vida. En estas personas, donde la dificultad de autogobierno tiende a llegar al límite entre la neurosis y la psicosis (esto es, locura), la situación comienza a mejorar cuando, también por un trabajo de análisis, aparecen finalmente en los sueños figuras de autoridad: guardias municipales que ponen multas, directores que reprenden, policías que controlan. Entonces es más fácil entender el sentido de la autoridad.

 

El reconocimiento de la autoridad externa, fuera de uno mismo, es por tanto lo que permite a la persona ejercitar una autoridad sobre sí misma y su vida propia. Un aspecto en ausencia del cual ningún proceso educativo es posible. Dirigir la palabra con unos modales que toman distancia es un signo de estima que genera autoestima: estoy con uno que me toma en consideración, y entonces me hace tomarme en consideración a mí mismo y a la relación que tengo con él. Todo esto, y mucho más, lleva a la gradual realización del significado original de la auctoritas (de la que habla El riesgo educativo de Luigi Giussani): aquel auge, aumento, hacer crecer, desarrollar, lo que está en el centro del proceso educativo. Y de una comunidad sana y vital.

 

Por Claudio Risé (traducido por Inma Mateos).

Páginas Digital, 11 de junio de 2007

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