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Opinión y análisis

Llegamos Tarde (por Victoria Prego)

Llegamos Tarde (por Victoria Prego)

Las víctimas están machacadas, ofendidas y humilladas desde mucho antes de la sentencia de Estrasburgo. Exactamente desde que el Constitucional legalizó Sortu y desde que los representantes de la izquierda abertzale ocuparon escaños en el Parlamento vasco y concejalías y alcaldías en los ayuntamientos. Lo de Estrasburgo ha sido la herida final, el descabello de un ritual que había comenzado tiempo atrás. Y ahora es del todo inútil tratar de compensarlas con una insignia o una condecoración, porque no hay compensación posible. Ya no la había de inicio, porque la pérdida por asesinato terrorista no se puede compensar de ninguna manera. Pero al menos hubo una época en que las víctimas se sentían al menos reconocidas en su sacrificio. Ya no. El Gobierno pierde el tiempo con esto de las condecoraciones porque no va a servir para que se sientan por eso acompañadas ni defendidas. Es una medida inútil.

No lo es, sin embargo, el intento de que los etarras excarcelados no reciban del Estado asignación económica alguna porque eso es el colmo del despropósito. Es el caso del llamado subsidio de desempleo para ex reclusos. El Gobierno pretende no dar ese subsidio a los etarras que no hayan mostrado, entre otras coas, arrepentimiento y, aunque ya se han expresado algunas dudas en el Congreso, la Abogacía del Estado sostiene que es perfectamente aplicable. Lo verdaderamente penoso es que esta prestación económica se viene otorgando desde hace años a los etarras excarcelados sin que hayan tenido que cumplir condición alguna. Por lo tanto, es una medida que, como siempre, llega muy tarde. Veremos si por fin se aplica efectivamente.

La segunda medida que el Gobierno pretende aplicar es igualmente tardía: cobrar a los terroristas que hereden todos los bienes, y que sirvan para pagar a las víctimas las indemnizaciones que los etarras jamás pagaron y que, en tiempos de Aznar, les fueron adelantadas por el Estado.

Han sido múltiples las trampas de los terroristas para eludir sus obligaciones mientras la Administración asistía al engaño cruzada de brazos. Ahora parece que espabilan y que el embargo de bienes de esa gente no tendrá que pasar por la Audiencia Nacional que, para cuando acordaba ejecutar, el patrimonio había pasado ya a nombre de un tercero sin responsabilidades penales. El ejemplo más claro es el de De Juana Chaos, que heredó de su madre una casa que fue inmediatamente comprada por su mujer, con lo que quedó escamoteada para un posible embargo.

Han tardado mucho nuestros gobernantes. Ahora veremos si la Agencia Tributaria, con la rapidez que la caracteriza, es capaz de hacerse automáticamente con el patrimonio de los asesinos. Ya que salen a la calle en contra de la voluntad de toda la sociedad, por lo menos que no se burlen de las víctimas y, encima, vivan a su costa.

El Mundo, 29/12/13

ETA-Rajoy: pirámide de fraudes (por Ernesto Milá)

ETA-Rajoy: pirámide de fraudes (por Ernesto Milá)

Strasburgo hace dos semanas dio a Mariano Rajoy la que probablemente ha sido su única satisfacción en 2013. Vale la pena hacer la génesis de todo este problema y recordar algunos de los puntos esenciales del acontecimiento en los que Rajoy no queda, desde luego muy bien parado. Digamos, en principio, que desde que se inició este reiterativo tema del “proceso de paz” las cosas son incomprensibles para la opinión pública. Veamos algunos de los misterios acumulados hasta ahora:

 

1) ¿Cómo era posible que desde 2002 las detenciones de miembros de ETA se hicieran habituales en células que incluso no habían entrado en acción y estaban todavía en proceso de formación?

 

2) ¿Cómo era posible que las detenciones solamente afectaban a un sector de ETA, el de los oponentes a “Josu Ternera” y, de paso, cómo era posible que, desde 2002 (cuando abandonó su puesto de diputado autonómico y volvió a entrar en la clandestinidad), el único miembro de la dirección de ETA que no había sido detenido era, precisamente, “Josu Ternera?

 

3) ¿Qué elemento dio al malhadado presidente José Luis Rodríguez Zapatero la seguridad casi teológica de que el “proceso de paz” llegaría a buen puerto? ¿En qué se basaba para arrojarse a tumba abierta a un proceso con el que quería pasar a la historia como “el pacificador”? ¿Simplemente en su “optimismo antropológico, o es que disponía de datos que no se hicieron públicos?

 

4) ¿Por qué el proceso de paz de interrumpió tras el atentado a la T-4 en el aeropuerto de Madrid y no se interrumpió cuando se detectaron movimientos de militantes de ETA, robos de armas, etc.? ¿Fue solamente por los dos muertos accidentales?

 

5) ¿Cómo fue posible que ETA reanudara las conversaciones de paz con Zapatero justo cuando éste ya estaba desahuciado en todas las encuestas y desde 2009 a ningún analista se le escapaba  que sería Rajoy quien le sustituiría?

 

6) Y finalmente, ¿a qué viene esa rapidez en aplicar la sentencia del Tribunal de Strasburgo?

 

Son seis preguntas que la lógica, el sentido común y las hemerotecas contribuyen a explicar con una facilidad pasmosa y a partir de las cuales es posible elaborar una hipótesis de trabajo que puede resumirse así: el proceso de paz ya está cerrado y solamente falta aplicarlo y se basa en la “integración” de ETA en las instituciones a cambio de la puesta en libertad de los presos. Todo lo que estamos viendo desde hace diez años es una comedia escenificada por las partes que entran en juego en el drama: algunos mandos policiales de la lucha antiterrorista, Josu Ternera, Zapatero, Rajoy, y en el que solamente se han excluido a las víctimas del terrorismo y a quienes creemos que la acción de ETA en los último 38 años no es sino la acción de unos psicópatas, asesinos en serie.

 

En esta ocasión, como siempre, la verdad está ante nuestros ojos, accesible solamente si tenemos el valor para mirarla de cerca y eludir los datos superfluos interpolados, las pistas falsas, la retórica de comunicadores y tertulianos, y nos ceñimos solamente a los hechos desnudos en su absoluta, terrible y dramática simplicidad.

 

Veamos las respuestas:

 

1) ¿Cómo era posible que desde 2002 las detenciones de miembros de ETA se hicieran habituales en células que incluso no habían entrado en acción y estaban todavía en proceso de formación? Evidente, había un “topo” dentro de ETA, un topo intocable para los etarras y presentado por los medios de comunicación como el jefe indiscutible de la banda, lo que contribuía a hacerle todavía más odioso ante la opinión pública y a aumentar su crédito dentro de la organización terrorista. Las detenciones de etarras eran demasiado continuas, demasiado limpias, demasiado casuales, y lo peor es que la mayor parte de ETA no reaccionó a lo que era evidente: que estaba siendo traicionada desde dentro. Quien lo hizo, “Txeroki”, optó por crear una estructura paralela partiendo de cero y completamente al margen del resto de la organización. Prueba inequívoca de que algún miembro de ETA empezó a sospechar que alguien les estaba traicionando.

 

2) ¿Cómo era posible que lasa detenciones solamente afectaban a un sector de ETA, el de los oponentes a “Josu Ternera” y, de paso, cómo era posible que, desde 2002 (cuando abandonó su puesto de diputado autonómico y volvió a entrar en la clandestinidad), el único miembro de la dirección de ETA que no había sido detenido era, precisamente, “Josu Ternera? Evidente, si desde su entrada en clandestinidad en 2002 hasta nuestros días, solamente hay un miembro de la dirección de ETA que no ha sido detenido… es evidente que el “topo” es precisamente él. Se llegó, incluso, en el Caso Faisán a que los propios “investigadores” advirtieron a los etarras de que se iba a producir una redada. ¿Por qué? Por que los etarras advertidos pertenecían al círculo íntimo de Josu Ternera.

 

3) ¿Qué elemento dio al malhadado presidente José Luis Rodríguez Zapatero la seguridad casi teológica de que el “proceso de paz” llegaría a buen puerto? ¿En qué se basaba para arrojarse a tumba abierta a un proceso con el que quería pasar a la historia como “el pacificador”? ¿Simplemente en su “optimismo antropológico, o es que disponía de datos que no se hicieron públicos? Evidente: porque los asesores de la “lucha antiterrorista” habían informado a Zapatero de que el “líder de ETA” estaba a favor del proceso de paz y había prestado hasta ese momento colaboraciones suficientes como para creer en su palabra. Si se examina la prensa de la época, solamente había dos posibilidades para justificar el optimismo de Zapatero, o bien era completamente imbécil, o bien tenía información privilegiada sobre el interior de ETA (y esta solamente podía ser la seguridad dada por su jefe de que se llegaría a un acuerdo). Dicho de otra forma: lo que Ternera proponía era: UN ACUERDO A CAMBIO DE SU SEGURIDAD (acuerdo que se ha cumplido a rajatabla) y probablemente de la policía no insistiría mucho en quién se quedaba con el “tesoro de guerra” de ETA, cuestión clave y que habitualmente se olvida: una organización que durante décadas se ha dedicado al racket, a los secuestros, a tráficos de todo tipo, ha almacenado tal cantidad de fondos cuyo control final es fundamental para determinar la desembocadura de un “proceso de paz”.

 

4) ¿Por qué el proceso de paz de interrumpió tras el atentado a la T-4 en el aeropuerto de Madrid y no se interrumpió cuando se detectaron movimientos de militantes de ETA, robos de armas, etc.? ¿Fue solamente por los dos muertos accidentales? Evidente: porque la correlación de fuerzas en el interior de ETA, demostró que Josu Ternera había perdido la preeminencia y que quien estaba dirigiendo la banda terrorista era, simplemente, Txeroki, un irreductible con el que era imposible negociar. A partir de ahí era necesario interrumpir el “proceso de paz” hasta que no se restableciera la normalidad, esto es hasta que Txeroki fuera detenido y en la mesa de negociaciones se sentaran de nuevo Josu Ternera y/o sus representantes. Como así ocurrió: Txeroki fue detenido y unos meses después se reemprendieron las conversaciones de paz.

 

5) ¿Cómo fue posible que ETA reanudara las conversaciones de paz con Zapatero justo cuando éste ya estaba desahuciado en todas las encuestas y desde 2009 a ningún analista se le escapaba  que sería Rajoy quien le sustituiría? Evidente: ETA no iba a negociar con un gobierno desahuciado políticamente y que en año y medio debería abandonar el poder. Si ETA accedió a sentarse en la mesa de negociaciones de nuevo fue porque tenía la seguridad de que el proceso sería proseguido por Mariano Rajoy, quien debió de ser informado de las conversaciones y de cómo se desarrollaría el proceso. De no tener esta seguridad, ETA hubiera esperado a la formación del nuevo gobierno del centro-derecha para reabrir la negociación.

 

6) Y finalmente, ¿a qué viene esa rapidez en aplicar la sentencia del Tribunal de Strasburgo? Evidente: hasta la sentencia del Tribunal Europeo a Mariano Rajoy le era prácticamente imposible el empezar a aplicar uno de los puntos pactados: el inicio de la liberación escalonada de los presos… a pesar de que en los dos últimos años, con diferentes excusas, habían sido puestos en libertad varios notorios matarifes de la banda, simplemente para indicar a ETA la “buena voluntad” del gobierno y, al mismo tiempo, la imposibilidad de ir más rápido en la aplicación de la amnistía encubierta. La sentencia de Strasburgo ofrecía esta posibilidad. Y ha sido significativa la rapidez con la que las instituciones españolas la han aplicado, especialmente desde el momento en que se ha difundido la noticia de que la mayor parte de países europeos tienen sentencia de Strasburgo sin ejecutar durante más de cinco años y que en nuestro país hay también otras ocho sentencia que llevan más de dos años esperando ser ejecutadas. Es falso que “Europa” obligue a cumplir la sentencia. Lo que ocurre es que la sentencia facilita la explicación de Rajoy a su propio electorado (las víctimas del terrorismo, masivamente, le han apoyado hasta ahora).

 

¿Alguna conclusión? Evidentemente varias. La primera de todas es que en la “lucha antiterrorista”, nada es lo que parece. Pero hay un cabo suelto: la lógica y el sentido común. A lo largo de estas seis preguntas y respuestas hemos seguido toda la trayectoria de un gigantesco fraude a la justicia, a la verdad y a la esperanza. Un fraude que demuestra: 1) que no siempre ganan “los buenos”, 2) que aquello que la clase política dice no tienen ningún punto de contacto con la realidad, 3) que el Estado débil siempre negocia con bandas criminales si la negociación sirve para mejorar su imagen, 4) que los medios de comunicación, especialmente en estos momentos que precisas subvenciones y publicidad para sobrevivir, acceden a encubrir sistemáticamente las peores infamias de quien les paga y 5) que estamos asistiendo a una infame comedia en el que cada parte asume el rol que le corresponde (el PP expresando “dureza y resignación” por la sentencia, los etarras sacando pecho, el gobierno explicando que se ve “obligado a acatar la sentencia”) y en el que las únicas víctimas son 1) las víctimas del terrorismo 2) la verdad y 3) toda una sociedad que no se merece asistir a representaciones teatrales de tan bajo calado.

 

(c) Ernesto Milà – ernesto.mila.rodri@gmail.com – http://info.krisis.blogspot.com

"Nuestra tarea más urgente consiste en recordar que nuestro sistema de libertades es infinitamente superior a los planteamientos totalitarios de los terroristas y de los cómplices de éstos" (Intervención de Raúl González Zorrilla, en el Campus Faes 2013)

"Nuestra tarea más urgente consiste en recordar que nuestro sistema de libertades es infinitamente superior a los planteamientos totalitarios de los terroristas y de los cómplices de éstos" (Intervención de Raúl González Zorrilla, en el Campus Faes 2013)

"Yo quisiera reflexionar, más que sobre la preservación de la memoria, sobre la idea de la derrota del terrorismo, ya que pienso que el terrorismo de ETA-Batasuna no solamente no ha sido derrotado, sino que, en muchos aspectos, nos ha vencido.

El fenómeno terrorista es un poliedro que tiene muchas caras, y todas ellas despreciables. En este sentido, podemos considerar que la banda terrorista ETA, gracias a la actividad ejemplar de las fuerzas de seguridad, está prácticamente derrotada en lo que hace referencia a su actividad violenta y criminal.

Pero, por el contrario, yo creo que el dúo ETA-Batasuna ha triunfado, o está en camino de hacerlo, en la batalla ideológica, en diferentes ámbitos políticos, en el establecimiento de referentes culturales y en la hegemonía social. Y también, y sobre todo, en la implantación de una lectura y una interpretación de lo sucedido en las últimas décadas en el País Vasco que no tiene nada que ver con la realidad y que solamente responde a las necesidades y a las exigencias del ideario totalitario sobre el que se construye el movimiento nacionalterrorista.

 

Un ejemplo de esta victoria parcial, pero histórica, del dúo ETA-Batasuna es el territorio de Guipúzcoa, donde, actualmente, Bildu, un proyecto político cuyo nacimiento fue alentado y tutelado directamente por la banda terrorista ETA, controla la Diputación Foral, el Ayuntamiento de San Sebastián y algunas de las principales localidades de la provincia. Por esto, en Guipúzcoa es imposible reflexionar sobre el pasado terrorista, porque bastante ocupados estamos con sobrevivir a un presente dictado y gestionado por un puñado de etarras con mando en plaza.

Guipúzcoa es hoy el ejemplo más significativo de que el terrorismo de ETA-Batasuna no ha sido derrotado y de que, en determinadas zonas del País Vasco, tras cinco décadas de actividad criminal, se ha impuesto un “estilo Bildu” de convivencia que es el que impone una gran masa de la población que desprecia a la autoridad democrática, que se apunta a todo tipo de posturas radicales y que nos impone los más absurdos disparates socioeconómicos.

Podemos hablar del pasado, de la memoria o sobre cómo construir un Relato digno de lo sucedido, pero, mientras tanto, ETA-Batasuna, a través de Bildu, se dedica a descuartizar el futuro de nuestros hijos alimentándose de una extraña bazofia moral que mezcla proterrorismo militante, ecofascismo, totalitarismo identitario, integrismo ideológico, fanatismo político y maquinismo, y que, en el fondo, lo único que demuestra es un odio visceral a nuestro sistema de libertades y a los valores éticos que conforman las sociedades occidentales.

De verdad que, desde Guipúzcoa, y desde no pocas zonas del País Vasco, resulta muy complicado saber de qué hablamos cuando hablamos de la “derrota del terrorismo”.

Porque lo que en cualquier democracia consolidada resulta obvio, en estas zonas no lo es tanto.

La superioridad de nuestro sistema democrático de convivencia se asienta sobre el hecho de que los ciudadanos, cuando salimos todos los días de casa, sabemos que nuestro quehacer cotidiano va a estar amparado por un puñado de certezas elementales. Por ejemplo, que los delincuentes van a ser detenidos y puestos a disposición de las fuerzas de seguridad; que la violencia no se legitima como un método de participación social; que un mismo idioma nos ha de servir para comunicarse en el territorio común del Estado; que el derecho a una educación pública en condiciones no puede depender de los caprichos legislativos de cada autonomía; o que la construcción de las grandes infraestructuras no puede estar sujeta al albur de las decisiones de un puñado indecente de grupúsculos extremistas. Que, en definitiva, un diputado general no puede lanzar vítores a los etarras, que no es posible que el máximo representante de un territorio actúe como un obsceno piquetero de las instituciones que representa y que no se puede pretender gobernar nada cuestionando grosera y permanentemente todo aquello que permite que los ciudadanos se desarrollen, civilizadamente, como tales.

¿Cómo vamos a hablar de la “derrota del terrorismo”? ¿Quién va a decir a las víctimas vascas del terrorismo que se “ha vencido a ETA”? Porque lo que estamos viendo en muchas zonas de Euskadi es algo que está superando nuestros temores más pesimistas.

Bildu, al plegar su agenda de gobierno a las demandas incongruentes de los terroristas, de los amigos de los terroristas, de los independentistas más ariscos, de los ecotalibanes más absurdos y de los sectores sociales más radicales y populistas, rompe indecentemente con todos los principios sobre los que se asienta la modernidad y el progreso occidental. Y, de este modo, nos está abocando a padecer una realidad hedionda en la que los terroristas son alabados como líderes del futuro, en la que demócratas como los aquí presentes son expulsados al gueto misterioso de la extrema derecha y en la que, en el colmo de las vilezas, las víctimas del terrorismo son consideradas como peligrosos elementos de intolerancia y crispación.

En este marco, pienso, sinceramente, que de ninguna manera es posible hablar de una “derrota del terrorismo” y que, consecuentemente, resulta muy difícil hablar de “la preservación de la memoria”. Un elemento que identifica a todo tipo de totalitarismos es que éstos, permanentemente, hablan de pasado, para idealizarlo, y del futuro, para moldearlo en base a sus ensoñaciones fanáticas. Y mientras el péndulo atroz construido por ETA-Batasuna se mueve entre el pasado y el futuro, va dibujando un presente cruel…

Un presente en el que en la sociedad vasca, sobre todo, pero también en una parte importante del resto de la sociedad española, se está alentando un claro empeño por pasar página, por olvidar nuestra más reciente historia, por recibir con palmas a los asesinos descarriados que presuntamente regresan a la civilidad y por hacer surgir un nuevo escenario en el que las permanentes reclamaciones de memoria, verdad y justicia lideradas por las víctimas del terrorismo se transmutan en peticiones vacuas y éticamente indecentes que hablan de perdonar a los asesinos, que apelan a “sumar esfuerzos” entre quienes matan y quienes mueren y que exigen “olvidar” a quienes más han padecido la lacra terrorista.

Actualmente, nuestro presente es una geografía volteada en la que la desmemoria, la mentira como herramienta de construcción de los consensos colectivos y la más ramplona equidistancia, tratan de convertir el pasado reciente del País Vasco en un escenario irreal en el que "ha habido sufrimiento por ambas partes”, en el que “todos tenemos que ceder” y en el que hay que ofrecer espacios para “la reconciliación”.

Por todo esto, debemos ser conscientes de que nos enfrentamos a un reto enorme en un entorno social, cuando menos, esquivo.

Nuestro desafío, y yo diría que nuestra obligación, consiste en seguir manteniendo vivas las reclamaciones de firmeza policial y aislamiento social contra los muchos terroristas que aún son y frente a quienes se empeñan en considerar a éstos como un colectivo de personas erradas a los que hay que acoger de nuevo en sociedad como si nada hubiera pasado en estos últimos cincuenta años.

Nuestra tarea más urgente consiste ahora en recordar una y otra vez que nuestro sistema de libertades siempre es infinitamente superior a los planteamientos totalitarios, integristas y fanatizados de los terroristas, de los cómplices de éstos o de los que siempre han justificado a los primeros y abrazado a los segundos.

Y, sobre todo, debemos insistir en que jamás podremos hablar de de derrota del terrorismo en el País Vasco si, previamente, los terroristas no han cumplido íntegramente sus penas; si las instituciones no se ponen manos a la obra para poner fin a los casi 400 crímenes terroristas que aún siguen sin resolverse; si nadie reconoce que la democracia ha salido victoriosa y que el terror y sus representantes han sido derrotados; y si, por encima de todo, no se asume colectivamente que quienes fueron víctimas y perseguidos del totalitarismo nacionalterrorista tienen todo el derecho del mundo a intentar impedir que sus hijos vayan a ser mañana las futuras víctimas de una paz tan falsa como moralmente indecente.

Muchas gracias".

http://www.paisvasco-informacion.com/2013/07/nuestra-tarea-mas-urgente-consiste-en.html#more

Rajoy y el 'proceso' con ETA (por Cayetano González)

Rajoy y el 'proceso' con ETA (por Cayetano González)

Un día es ver a Bolinaga, ese enfermo "terminal", torturador/secuestrador de Ortega Lara al que el Ministerio del Interior concedió hace diez meses el tercer grado penitenciario y un juez puso en libertad, tomando chiquitos por los bares de Mondragón. Otro es contemplar al sanguinario etarra Valentín Lasarte pasear tan ricamente por las calles de Lodosa disfrutando de un permiso penitenciario. O asistir atónitos al akelarre protagonizado este sábado en Biarritz por los huidos de ETA en un acto de evidente apología del terrorismo. O conocer que el Gobierno de Noruega financia con 1,1 millones de euros seminarios en los que se estudia "el movimiento vasco de autodeterminación" y en el que participan dirigentes de Sortu. O leer el "Informe de vulneración de Derechos Humanos en el caso vasco" encargado por el Gobierno de Vitoria y en el que se meten en el mismo saco los asesinatos de ETA con los cometidos por los GAL o por –según el citado informe– las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Son sólo cinco ejemplos tomados de la actualidad que sirven para confirmar lo que muchos nos temíamos y algunos quieren seguir sin ver: el Gobierno de Rajoy no se habrá sentado en los dieciocho meses que lleva en el poder en una mesa con ETA como hizo el Gobierno de Zapatero, pero está dejando que continúe lo que se conoce como el proceso de paz, que inició el expresidente socialista antes incluso de llegar a La Moncloa en 2004 y que fue pilotado en sus momentos clave por el actual líder de la oposición y secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. El Gobierno del PP dirá que algunos de los hechos citados anteriormente han sido consecuencia de decisiones judiciales en las que él no tiene nada que ver, o tomadas por otras instituciones. Excusas de mal pagador para intentar repartir o diluir las responsabilidades.

Dejar hacer

La estrategia del actual Gobierno del PP es muy sencilla y al mismo tiempo muy propia de su jefe: se trata de que pase el tiempo y dejar hacer a otros, sean estos el actual Gobierno vasco del PNV, el PSE, el entorno de ETA, los mediadores internacionales o el Gobierno de Noruega. Eso sí, que no se note mucho. Si el proceso encalla, se le da un empujón y se promueve la puesta en libertad de algunos presos. Con Bolinaga se les fue la mano y tuvieron una reacción en la opinión pública que les asustó, porque, claro, esas cosas quitan votos, como se vio en las elecciones vascas del pasado mes de octubre, donde el PP se dio un batacazo monumental y pasó a ser la cuarta fuerza política en la Cámara autonómica. Tampoco es incompatible en esa estrategia que de vez en cuando se detenga a algún miembro de ETA o se hagan declaraciones altisonantes pero vacías de contenido –ese papel lo suele desempeñar el ministro Fernández– sobre la supuesta firmeza del Ejecutivo a la hora de plantar cara a la banda terrorista.

Tres hechos que no han sido explicados

En el pasado reciente hay tres hechos relevantes que no han sido suficientemente explicados por sus protagonistas –fundamentalmente Zapatero y Rajoy–, lo que no obsta para que vistos ya con una cierta perspectiva arrojen luz para entender lo que está sucediendo en el momento presente.

Primer hecho relevante: el 23 de julio de 2008, a los cuatro meses de haber perdido por segunda vez con Zapatero unas elecciones generales, Rajoy acudió al Palacio de La Moncloa para entrevistarse con aquél. Tras la reunión se dijo que habían alcanzado un pacto en política antiterrorista, pero nunca se ha conocido un documento escrito del mismo. Lo único que sucedió es que en los meses siguientes el líder del PP empezó a apoyar al Gobierno socialista en su política antiterrorista, llegando incluso a afirmar que había cambiado sustancialmente respecto a la seguida en la primera legislatura.

Segundo hecho relevante. El 20 de octubre de 2011 ETA anunció el "cese definitivo" de su "actividad armada". Ese día Rajoy hizo una declaración formal ante los medios en la sede del PP de la calle Génova y para asombro de propios y extraños afirmó que el anuncio de ETA se había producido "sin ningún tipo de concesión política". Posteriormente se supo que esa frase fue añadida por el propio Rajoy al texto que le habían preparado sus colaboradores después de haber conversado telefónicamente con Zapatero.

Tercer hecho relevante. El 10 de enero de 2012, cuando no había pasado ni un mes de su salida de La Moncloa, Zapatero se reunió durante dos horas en la sede del Ministerio del Interior con el titular de esta cartera, Jorge Fernández Díaz. Es de suponer que ese encuentro se celebró con el visto bueno del ya presidente Rajoy. Y también es de suponer que en el mismo Zapatero le transmitió al nuevo ministro del Interior los compromisos que su Gobierno había adquirido con ETA, como habían sido las negociaciones en Oslo, y en definitiva en qué punto se encontraba el proceso.

Rajoy: Gobierno como si ETA no existiera

Rajoy suele comentar, las pocas veces que no habla sólo de economía, que gobierna como si ETA no existiera. Craso error, porque ETA ya lo creo que existe. El presidente del Gobierno, que fue, aunque por un breve espacio de tiempo, ministro del Interior, sabe de sobra que ETA es algo mas que los comandos que integran sus pistoleros. ETA es un proyecto político que hasta hace año y medio ha matado a 857 personas para conseguir la independencia de lo que ellos llaman Euskal Herria e instaurar en ese territorio –lo dicen sus documentos– una república socialista. Para eso, ETA necesita el poder, y de momento –gracias a Zapatero, a los seis vocales del Tribunal Constitucional, comandados por Pascual Sala, que legalizaron a su brazo político y a la inacción de Rajoy– han conseguido ya gobernar en Guipúzcoa, en San Sebastián, en muchos otros ayuntamientos del País Vasco y de Navarra y ser la segunda fuerza política del Parlamento vasco, amén de tener siete diputados en el Congreso a través de la coalición Amaiur, con la que por cierto el ministro Wert se reúne para explicarle su reforma educativa, dándole de esa manera carta de naturaleza y de normalidad: "Se les trata como al resto de grupos políticos", explican de forma torticera portavoces del Ministerio de Educación.

Falsear el relato de lo sucedido

Pero además la actitud de Rajoy de gobernar como si ETA no existiera lleva aparejada el riesgo, que ya es una realidad, de dejar que el relato de lo que ha sucedido en el País Vasco en los últimos cincuenta y cuatro años –ETA nació en 1959– lo elaboren, lo escriban y lo cuenten los amigos de los terroristas, eso que se ha venido en denominar "la izquierda abertzale", o los nacionalistas del PNV, que nunca han arrimado el hombro para conseguir la derrota de quienes nacieron en su seno, porque no les ven como sus enemigos sino simplemente como su hijos descarriados.

Ese falseamiento del relato supone, entre otras cosas, la equiparación de víctimas y verdugos; que no haya vencedores y vencidos; o que incluso –como pidieron los etarras huidos este pasado sábado en Biarritz– que los procedimientos judiciales se suspendan y que el Estado asuma la verdad por ellos defendida.

Los que, quizás con un cierto punto de ingenuidad o de perplejidad, se pregunten por qué este Gobierno del PP no da la batalla política e ideológica para que, en el supuesto final de ETA, no se falsee la historia y no se ofenda la memoria y la dignidad de las víctimas del terrorismo, puede que encuentren en las líneas precedentes una explicación. No puede ni quiere hacerlo porque está en el proceso. Es parte del mismo. Participa de una manera distinta a como lo hizo Zapatero, pero ya se sabe que, en la ascética tradicional, los pecados pueden ser cometidos por acción o por omisión. Lo de Rajoy es claramente lo segundo. Pero también conviene recordar, en este caso echando mano del refranero popular, que en el pecado se lleva la penitencia. Veremos si los ciudadanos tienen memoria a la hora de acudir por tres veces en los próximos dos años a las urnas.

http://www.libertaddigital.com/opinion/cayetano-gonzalez/rajoy-y-el-proceso-con-eta-68731/

17/06/13

ETA: la espada de Damocles sobre Bildu

ETA: la espada de Damocles sobre Bildu

El comunicado de ETA pone fin a la negociación para la “resolución de las consecuencias del conflicto” y anuncia “consecuencias”. Se evidencia así que nadie con dos dedos de frente puede ir de la mano con Bildu a expensas de que mañana ETA cometa un asesinato

Mediante un comunicado, la organización terrorista ETA ha anunciado que “el espacio de diálogo y negociación establecido para la resolución de las consecuencias del conflicto ha quedado disuelto”.

Según ETA, “la creación de la mesa de diálogo y de la delegación de ETA, fue un compromiso entre ETA y el Gobierno español adoptado antes de la decisión histórica y con el respaldo de representantes internacionales. El objetivo era apuntalar la resolución del conflicto mediante una agenda de diálogo y negociación”.

La parte más preocupante del comunicado, sin embargo, es que la banda terrorista comunica que “la disolución del espacio de diálogo es un paso atrás muy claro y traerá consecuencias negativas, ya que dificulta y retrasa la resolución del conflicto”.

 

Los “ideólogos” de Zabaleta recuerdan que siguen siendo los ideólogos del amonal

Asimismo, como de pasada, la organización aprovecha para recordar que “el tema del desarme está fuera del mandato que recibió el CIV (Comisión Internacional de Verificación), por eso, no está ni ha estado en la agenda de ETA ni del CIV.”

 

La espada de Damocles de Bildu

Al margen de que el comunicado arroja alguna luz sobre sucesos como la excarcelación de Bolinaga, el enfermo terminal más longevo de la historia, lo que viene a evidenciar es que nadie con dos dedos de frente puede impulsar una moción de censura de la mano de Bildu ni formar un gobierno a expensas de que mañana ETA cometa un asesinato, o lo que sea a lo que ETA se refiere cuando anuncia que no darles lo que quieren “traerá consecuencias”.

Habrá quien deplore que las amenazas de ETA permitan convertir a Bildu en una formación de apestados, desde el punto de vista democrático. Pues que se lo reproche a ETA, no a sus amenazados.

http://www.navarraconfidencial.com/2013/03/27/eta-la-espada-de-damocles-sobre-bildu/

ETA, el suicidio moral de España (por Javier Montilla)

ETA, el suicidio moral de España (por Javier Montilla)

“Es difícil encontrar una mezcla tan acertada de miseria moral, de ruina institucional y de suicidio como sociedad, como la manifestación del pasado sábado en Bilbao de la mal llamada izquierda aberzale, con el apoyo sin decoro de la progresía encabezada por Willy Toledo, Federico Mayor Zaragoza y Pilar Bardem”

Mientras se deja caer a todas las Asociaciones y Fundaciones de víctimas o del movimiento constitucionalista…. “por falta de presupuesto se destinen 28 millones de euros a Cooperación Internacional, a centenares de asociaciones para, entre otras medidas, el cambio climático de Perú y las políticas de género en el profesorado de Mozambique”

Es difícil encontrar una mezcla tan acertada de miseria moral, de ruina institucional y de suicidio como sociedad, como la manifestación del pasado sábado en Bilbao de la mal llamada izquierda aberzale, con el apoyo sin decoro de la progresía encabezada por Willy Toledo, Federico Mayor Zaragoza y Pilar Bardem. No sólo porque la inmunda jauría que apoya a los terroristas salió a la calle a pedir derechos humanos para los terroristas, sino porque la sociedad permaneció impasible, con vítores incluso en buena parte de las televisiones patrias. No es algo baladí, es como si la sociedad hubiera hecho un ejercicio mental de blanqueamiento de una organización criminal, vil, liberticida y absolutamente asquerosa que en cualquier democracia occidental que se precie no sólo todos sus miembros estarían en la cárcel, sino que quedaría aislada política y socialmente.

Por tanto, resulta cuando menos asombroso la banalización que ha hecho una gran parte de la sociedad española del terrorismo que, en el colmo de la esquizofrenia, piensa además que la paz no la ha traído el Estado de derecho sino ETA, Bildu, Batasuna, Amaiur, Sortu o su enésima marca blanca por dejar de matar. ¿A qué grado de miseria moral hemos llegado? ¿Cuándo entenderemos que ETA no es sólo una tara moral porque mata, sino por lo que pretende y pretendía al querer matar? Sin embargo, como hay algunos que viven en una ceguera moral, habrá que recomendarles que hablen con las víctimas del terrorismo y les expliquen por qué apoyaron la marcha del pasado sábado.

Será cuestión que, por ejemplo, la Bardem, entusiasta de los derechos humanos en general y los de las mujeres en particular, mire a los ojos a Pilar Elías, la viuda del concejal del PP, Ramón Baglietto, y le diga que el niño al que salvó la vida su marido y que luego lo mató convertido en etarra al cumplir diecinueve años, no es más que un héroe vasco. Que sea capaz de aguantarle la mirada sin avergonzarse envuelta en su superioridad moral izquierdista y le diga, que sí, que el asesino de su marido no sólo está en la calle, sino que tiene derecho –por ser un héroe- a pasearse libremente por su pueblo, Azcoitia y alquilar un bajo en su mismo inmueble para recordarle cada día quién es. O que hable con Teresa Jiménez Becerril y le diga, abiertamente, que los que asesinaron a su hermano y a su cuñada en una callejuela del barrio de Santa Cruz de Sevilla, por la espalda y cobardemente, son unos defensores de los derechos humanos.

Será cuestión de que Federico Mayor Zaragoza –tan indigente intelectual como moralmente- se apresure a decirle a Toñi Santiago o a su marido Bauti, que los que asesinaron a su hija Silvia, de seis años y cuyo único delito era ser hija de un guardia civil en Santa Pola, merecen derechos humanos porque mataron en nombre de la libertad del pueblo vasco. O que le diga a Regina Otaola, que los que la insultaban, vilipendiaban y amenazaban diariamente en Lizarza por defender la Constitución, lo hacían para limpiar el pueblo de ratas como ella.

Será cuestión de que Willy Toledo –el mismo que defiende una infecta dictadura comunista en Cuba- pueda mirar a los ojos a Pilar Díaz, y le diga a los ojos con el puño levantado, que los asesinos de su padre, Máximo Díaz, son unos quijotes de la patria vasca y de los derechos humanos. Tal vez eso reconforte a Pilar y le haga olvidar años de sufrimientos, cicatrices que todavía no ha podido cerrar y la angustia de esa noche en la que tuvo que salir corriendo en pijama a la calle y el vacío de papá que todavía no ha podido superar. Que hable, si se atreve, con Salvador Ulayar y le explique que su padre fue asesinado por ser un simple concejal de pueblo de la derecha rancia navarra y que sus asesinos merecen un trato digno por dejar de matar ya.

Será cuestión de que Joan Tardà, el mismo que pedía la muerte del Borbón, cuando tenga tiempo y deje de compadrear con Amaiur- que no han condenado ningún atentado terrorista y se niegan a hacerlo -se siente a hablar con Francisco José Alcaraz –el mismo al que odia por ser un español que busca venganza- y le diga que los que asesinaron a su hermano y a sus sobrinas en la casa cuartel de Zaragoza, lo hicieron para defender la construcción nacional de la patria vasca y en defensa de la opresión española.

Y, faltaría más, también será cuestión de que el PP vasco y el gobierno español les digan a las víctimas del terrorismo, que ETA ya no es un tema prioritario y que mientras se está dejando caer a la Fundación Gregorio Ordóñez, a la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Cataluña o a la Fundación para la Libertad o … por falta de presupuesto, se destinen 28 millones de euros a Cooperación Internacional, a centenares de asociaciones para, entre otras medidas, el cambio climático de Perú y las políticas de género en el profesorado de Mozambique.

Visto lo visto, mucho me temo que el problema de España, no es una crisis económica galopante. El problema de fondo de España es una profunda crisis de valores y un suicidio colectivo moral ante un problema como el terrorismo, al que se le quiere dar carpetazo dándole la victoria moral a ETA y humillando constantemente a las víctimas.

 

http://www.dialogolibre.com/blogs/2013-01-14/ETA-el-suicidio-moral-de-Espana-259

LA CLOACA NORUEGA (por Raúl González Zorrilla; Euskadi Información Global)

LA CLOACA NORUEGA (por Raúl González Zorrilla; Euskadi Información Global)

“Hacer como que nada ocurre en Noruega es aceptar que el final de ETA habrá de trabajarse en las cloacas de la democracia, allí donde la Justicia solo es un farsa”

Las informaciones que Euskadi Información Global ha venido publicando estos últimos días relacionadas con las conversaciones y contactos que los dirigentes de ETA están manteniendo en Noruega, con la autorización y el apoyo del Gobierno de este país, ponen de relieve, fundamentalmente, tres cuestiones: que la organización criminal no contempla disolverse y que sigue empeñada en conseguir réditos políticos como premio por haber dejado de matar; que los tan invocados e ignorantemente alabados “mediadores” internacionales no tienen la más absoluta idea de cómo tratar con las exigencias de los asesinos David Pla, Iratxe Sorzabal y Josu “Ternera” y que la cuestión de los presos solamente ocupa un pequeño espacio entre las desazones de los actualmente máximos responsables de la banda terrorista, preocupados como están, entre otras cosas, en lograr una mesa paritaria de diálogo con el Gobierno de Mariano Rajoy.

Por otro lado, el hecho de que el Gobierno socialdemócrata noruego de Jens Stoltenberg lleve más de un año proporcionando refugio, manutención, apoyo económico y ayuda logística a los tres cabecillas de una organización criminal incluida por la Unión Europea y Estados Unidos entre las bandas terroristas más peligrosas del mundo, es una aberración política, una humillación a las víctimas y un insulto a la legalidad internacional al que el Ejecutivo del Partido Popular, conocedor silente de esta realidad, debería responder con dureza y exigiendo la inmediata detención de los líderes etarras. De la misma manera, resulta absolutamente escandaloso y demencial, y la administración de Mariano Rajoy debería dar explicaciones sobre esta cuestión, que miembros de la “izquierda abertzale”, líderes de Bildu, altos cargos institucionales de Amaiur, dirigentes de EA, “negociadores” internacionales y gentes de los más variados pelajes crucen Europa de norte sur con la más absoluta impunidad, y tantas veces como lo consideran oportuno, para reunirse con tres de los miembros más buscados de la banda terrorista ETA.

Hacer como que no pasa nada en Noruega, como está tratando de aparentar el Gobierno español, es lo mismo que aceptar que el final de ETA habrá de trabajarse en las cloacas de las democracias europeas, allí donde las leyes no sirven, la Justicia es un farsa y donde el Estado de derecho solamente es una sombra tenue en la que resulta imposible distinguir lo aceptable de los inaceptable, lo éticamente decente de lo moralmente impúdico y a las víctimas de sus verdugos. Y donde los ciudadanos honorables siempre salen derrotados.

http://www.paisvasco-informacion.com/2013/01/hacer-como-que-nada-ocurre-en-noruega.html#more

JUSTICIA

JUSTICIA

España está atónita. Un nuevo varapalo, esta vez avalado –según dicen- por la justicia se ha cernido sobre la cabeza, y las almas, de los españoles en general y sobre las víctimas del terrorismo en particular. De nuevo esa panducha, esa gentuza que, aparentemente han abrazado la democracia, se han vuelto a reír de nosotros, esta vez avalado por la justicia.

Otro mal nacido se ha salido con la suya y a los españoles nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino. Podría decir que estoy indignado, pero me quedaría corto. Hoy tengo el cuerpo contrariado. Tengo el corazón que late irregularmente. No sabe si pararse o ponerse a dos mil.

Me parece que, nuevamente, el gobierno nos trata de imbéciles integrales. También nos trata de igual modo el sr juez. En un primer momento porque es el gobierno el que le ha concedido el tercer grado penitenciario a un asesino –no presunto- de tres ciudadanos españoles (de segunda clase porque no son pertenecientes a ninguna banda terrorista) y secuestrador –no presunto- de otro ciudadano, también de segunda clase. Le han concedido el tercer grado ya que es la manera de que se le pueda agraciar con la libertad, porque es uno de los requisitos imprescindibles para otorgarle la condicional.

Cierto que está enfermo, pero se le puede tratar, como lo están haciendo ahora, desde la cárcel trasladándole al hospital a darle el tratamiento debido hasta el fin de sus días. Se le puede dejar, por razón humanitaria que sus familiares estén en la habitación hasta que extinga su pena o se extinga la vida, lo que antes le llegue. Esto sería humanidad y no lo que, desde las instituciones, ejecutiva y legislativa, le han regalado al indeseable y, por extensión, a la banda terrorista.

Sr juez, no le voy a enseñar leyes ni, mucho menos su aplicación, pero, según sus palabras la cárcel no cumple, ya, la finalidad socializadora que tiene atribuida. En el caso de este ser despreciable ningún día de su estancia en la cárcel ha cumplido esta finalidad. No se ha arrepentido. Ha seguido, y sigue las consignas de la banda y, sin embargo se aferra a la justicia española, ahora, mientras durante su juicio no quería reconocer al juez que le estaba juzgando por sus asesinatos.

Sr. juez, no le voy a explicar lo que dice el artículo 92 del Código Penal español, aun en vigor –creo, porque ya no sé estar seguro de casi nada- pero aporta un verbo que Vd. ha querido “interpretar” y ese es que “podrá” autorizar la libertad condicional… Repito “podrá”. Es decir el articulo no le obliga a dejarle en libertad por la presión de unos pocos, presuntos, simpatizantes de E.T.A. y pasando de los informes de fiscalía, médicos…etc. y el 99% de la petición del resto de la sociedad española que le “sugería” que siguiese en la trena.

En fin, que se fue a visitar al enfermo para llevarle bombones y la buena nueva haciendo el daño mas horrendo que nos podía hacer al resto de los españoles.

Se le puede tratar, como digo, desde la cárcel. Hacerle la enfermedad llevadera dentro de lo que cabe, haciéndo que la guardia civil le traslade desde la prisión al hospital para que pueda comprobar, de primera mano, como esos servidores de la sociedad, compañeros de los que el segó sus vidas, le tratan con el respeto que él no demuestra hacia ellos ni hacia el resto de la sociedad.

Y, como no quiero que nadie se quede sin su ración de mi rabia, ahora le doy la de cal al gobierno. A ese que le ha concedido el tercer grado para que tuviera los requisitos exigidos para regalarle la libertad y el trato humanitario que él no tuvo con Ortega Lara. Al resto de los partidos políticos que se han metido al mismo saco diciendo que no van a ir contra el gobierno, aún cuando toda la sociedad de bien nos estamos poniendo en contra. Sr PP, Sr PSOE… etc., soliciten que la fiscalía recurra y apoyen ese recurso con toda la fuerza de su corazón. Con toda la fuerza y la memoria de esos, casi, 900 muertos asesinados por E.T.A. y que ahora están enterrando en el olvido. Creo, por último, que todos han querido mirar a otro lado para que, de nuevo, nos vuelvan a abofetear la otra mejilla. D. Mariano, al final estoy muy cansado de recibir tan mal trato. 

 

Ramón Varela