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Foro El Salvador

Libertad en euskera se dice Karol Woijtila: el Foro El Salvador, una respuesta católica a la violencia

El ejemplo del Papa como luchador católico polaco contra los diversos totalitarismos y su papel como intelectual le han aupado como un modelo a seguir para todos los resistentes católicos a cualquier tiranía. Su vida es un ejemplo reciente de la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia en un contexto amenazante contra el católico comprometido. En el País Vasco actual, el dominio del nacionalismo sigue ahogando todo espíritu de libertad existente en la sociedad. Ante tal situación, un grupo de intelectuales católicos y jóvenes pretendieron dar una respuesta unánime y similar a la que en su tiempo varios jóvenes de Cracovia dieron ante las autoridades comunistas. Previamente se ofrece una breve descripción de cómo se organizó la resistencia vasca contra el nacionalismo

El nacimiento de una resistencia social al nacionalismo

La articulación de una resistencia social contra el terrorismo y una respuesta independiente frente al nacionalismo que adoptaba desde 1980 una posición hegemónica y totalitaria no va a tener forma hasta la década de los noventa.

La impunidad de los asesinatos de ETA, amparada por el silencio en la calle y los comentarios favorables de los simpatizantes de los demás partidos, sostendrá sus acciones.

Sin embargo, cuando después del exterminio de simpatizantes de derechas y miembros de cuerpos uniformados (militares y policías) empezaron a ser asesinados militantes históricos de la oposición de izquierdas al régimen de Franco, los media empezaron a transmitir a la sociedad vasca la idea de que ETA estaba "en guerra" con España, no sólo contra el régimen fenecido.

Aunque la sociedad vasca había respondido de manera esporádica en concentraciones masivas contra el terrorismo, como prueban las concentraciones contra el asesinato del ingeniero José María Ryan en 1981 y el del capitán Alberto Martín Barrios en 1983, la presencia regular de opositores a la violencia en la calle no llegará hasta 1987.

En 1987 se constituye Gesto por la Paz, un grupo de pocos activistas que se reúnen de manera silenciosa después de cada asesinato en un lugar concreto de vía pública.

Los activistas saldrán preferentemente de grupos cristianos de parroquias, siendo la primera iniciativa llevada por católicos en este sentido. El desarrollo del grupo fue en aumento y en cada localidad importante se fue organizando un grupo que se concentraba en silencio después de cada atentado.

No obstante, cuando también lo empezaron hacer con los atentados del GAL contra etarras y terroristas muertos en operaciones de detención por algún cuerpo policial, Gesto por la Paz empezó a tener opiniones encontradas dentro y fuera de la organización.

A pesar de todo, Gesto por la Paz consiguió ser en ese momento el grupo que capitalizaba la respuesta popular contra ETA al concentrarse todos los lunes, de julio a octubre de 1993, con ocasión de pedir la liberación Julio Iglesias Zamora. A los actos sumó la iniciativa de llevar en la solapa un lazo azul en señal pública de oposición al secuestro.

No obstante, cuando ocurrió el secuestro del empresario de Oyartzun (Guipúzcoa) José María Aldaya, que duró de mayo de 1995 hasta abril del año siguiente, las concentraciones de Gesto por la Paz fueron alteradas por la aparición de grupos contrarios que les gritaban y los ciudadanos que portaban lazos eran anotadas en listas, amenazados y algunos atacados por llevarlos.

A pesar de ello continuó el desarrollo de Gesto por la Paz que en la actualidad reúne a unos 150 grupos vascos y navarros.

La actitud abierta al "diálogo" y poco combativa contra los grupos violentos ha hecho que los miembros veteranos funden otros grupos que participan de la movilización de la sociedad vasca contra la violencia nacionalista, como Denon Artea, surgida en 1990 bajo el liderazgo de Cristina Cuesta, hija del delegado de Telefónica asesinado por ETA en Vizcaya, Bakea Orain o La Fundación.

En 1992 surgirá Elkarri, asociación liderada por el antiguo concejal de Herri Batasuna de Tolosa Jonan Fernández y que aparecía sobre la coordinadora Lurraldea, la cúal había intentado paralizar la construcción de la autovía de leizarán que uniría Pamplona con San Sebastián dos años antes.

El diálogo establecido entre Gesto por la Paz y Elkarri, que busca la independencia de Euskal-Herria a través de una vía política y negociada, ha imposibilitado el crecimiento social de la iniciativa de Gesto por la Paz.

Sin embargo, el espaldarazo definitivo de la sociedad contra el mundo terrorista fue el asesinato el día 12 de julio de 1997 del concejal del PP de Ermua, Miguel Angel Blanco. Su secuestro dos días antes y su posterior asesinato provocó una oleada de ataques a sedes y locales vinculados a la izquierda abertzale por la sociedad vasca que duró tres días.

No obstante, desde las instancias autonómicas, tanto los nacionalistas como protagonistas del momento como Carlos Totorica, alcalde socialista de Ermua, impidieron los actos de violencia contra los proetarras e incluso la fuerza pública vasca de la Ertzaina participó en la defensa de los locales de los independentistas con orden de actuar a los tres días.

El rechazo social generalizado fue común en toda España, con más de seis millones de manifestantes y aunó en el mismo sentimiento de pertenencia a una nación a toda España.

En el País Vasco los intelectuales y profesores vascos no quisieron que "el espíritu de Ermua" desapareciese después de la revuelta generalizada en la sociedad vasca. El 12 de febrero de 1998, estos intelectuales firmaban un manifiesto bajo el calificativo de Foro de Ermua, en el cual expresaban su rechazo a la violencia terrorista, pero también se criticaba la ausencia de libertades bajo el gobierno nacionalista.

Entre los firmantes de este manifiesto, cabe destacar a las siguientes personas:
Agustín Ibarrola, escultor, Fernando Savater, filósofo, Carlos Totorika, alcalde de Ermua, Mikel Azurmendi, antropólogo y portavoz del Foro; Catedráticos o profesores de la UPV: Manu Montero, José Mª Portillo, Carlos Martínez, Ricardo Miralles, Aurelio Arteta, Antonio Beristain, Javier Corcuera, Francisco Doñate, Emilio Fernandez, Santiago De Pablo. Otras adheridos fueron: Teresa Castells, librera, Cristina Cuesta, fundadora de Denon Artean, Fernando García Cortazar, Universidad de Deusto, J. Ramón Recalde, Universidad de Deusto, Xabier Garmendia, ingeniero, Xabier Gereño, escritor, Raul Guerra, escritor, Katy Gutierrez, parlamentaria, José Ibarrola, artista, Roberto Lertxundi, médico, Hortensia Santana, jurista, Fernando Tusell, economista, Marta Zabala, historiadora, José Luis López de la Calle, periodista.

El revulsivo que supuso que la intelectualidad vasca rompiese con el mundo nacionalista causó los ataques de los portavoces nacionalistas que inmediatamente intentaron desacreditar a los hombres de la cultura por su participación en un tema considerado tabú hasta entonces, la violencia en el País Vasco.

El 7 de mayo de 2000 Moría en Andoain, por balazos de un etarra, el periodista y fundador de Foro de Ermua, José Luis López de la Calle. Activista del PCE en la clandestinidad de la década de los setenta, con la democracia había sido militante del sindicato CCOO y miembro de Izquierda Unida. Este periodista de izquierda colaboraba con El Mundo y era uno de los pesos pesado del Foro de Ermua.

Después de su asesinato las acciones violentas contra obras artísticas de autores como Agustín Ibarrola y las presiones constantes en las aulas universitarias empujaron al exilio a varios profesores de la UPV como José María Portillo, Mikel Azurmendi, Jon Juaristi y Edurne Uriarte. Esta última después de un intento de asesinato con una bomba en el ascensor de la facultad.

Sin embargo, los intelectuales vascos reunidos en el Foro de Ermua reunían un espíritu común con la izquierda cultural del país, se necesitaba una respuesta similar en el mundo católico. Esencialmente para romper la imagen de un catolicismo como clientela cautiva del nacionalismo.

La respuesta católica, el Foro El Salvador

En este sentido, el 10 de junio de 1999 surgía el Foro el Salvador, organismo fundado por varios intelectuales católicos en contra de la violencia terrorista y que también acusaba al nacionalismo en general de pretender monopolizar las opiniones sociales en un nuevo totalitarismo contrario a los valores de la persona humana.

Este manifiesto, firmado por un centenar de personas, fue presentado por Fernando García de Cortázar, catedrático de Historia Contemporánea, Antonio Beristain, director del Instituto Vasco de Criminología, Jaime Larrínaga, doctor en Historia y párroco de Maruri y José Luis Orella, profesor de Historia Contemporánea.

El colectivo estaba bien implantado en el mundo católico y contaba con representantes en todas las provincias vascas y Navarra. En un principio, antiguos alumnos y profesores de la Universidad de Deusto de ambos campus de Deusto (Vizcaya) y Mundaiz (Guipúzcoa) siguieron el ejemplo de insignes profesores como los jesuitas Fernando García de Cortázar, catedrático de Historia, o el Antonio Beristaín, a su vez de Derecho Penal.

Al mismo tiempo, religiosos regulares y diocesanos se sumaron a la iniciativa en varias docenas rompiendo la imagen, fomentada por los media, de un clero seguidor unánime con el nacionalismo.

En el campo familiar, los colectivos de víctimas y perseguidos se aunaron a un grupo que defendía desde una posición confesional y de manera abierta la causa de sus familiares asesinados.

Y en el campo del activismo juvenil, el grupo vasco de ARBIL, foro que nació en Bilbao para la divulgación de los valores católicos a través de actividades culturales e internet, se sumaba en bloque al grupo católico.

Sin embargo, la aparición de El Foro El Salvador fue importante y rápidamente contestada por los nacionalistas al romper la "homogeneidad" de los católicos vascos y presentar una voz discordante con el nacionalismo vasco.

El Foro El Salvador aparecía con el claro fin de asociar a los católicos contra el totalitarismo nacionalista, como Solidaridad había hecho lo mismo en Polonia contra el comunismo.

La identidad con el Papa Juan Pablo II era total y por esta razón el punto más criticado por los nacionalistas vascos.

Muchas de estas asociaciones, nacidas en un clima de tensión, no solo perseguidas por la banda terrorista, sino también por las propias organizaciones nacionalistas y las administraciones públicas que dominan, que las han acusado de estar al servicio de España, decidieron coordinar sus esfuerzos en un intento de canalizar la iniciativa ciudadana.

De este modo, en 1999 nacía la Plataforma Basta Ya con el apoyo del Foro de Ermua, Foro El Salvador, Denon Artea y Asociación de Víctimas del Terrorismo. En esta Plataforma ejercería de portavoz el filósofo Fernando Savater, que inmediatamente fue amenazado.

Las iniciativas desarrolladas como concentraciones contra el terrorismo, manifiestos a favor de una educación en valores, desarrollo de actitudes respetuosas con la libertad y petición del voto para los partidos políticos que aceptaban la constitución fue recompensada con el Premio Sajarov de la Unión Europea, aunque la entrega del premio tuvo la desagradable noticia del abandono del acto de los eurodiputados pertenecientes al PNV, EA, EH y BNG.

Cumplida la primera misión de contención de la violencia, el colectivo cambió su nombre al año siguiente y en diciembre de 2000 pasó a denominarse Plataforma Libertad, en reivindicación de la igualdad de derechos para los ciudadanos vascos no nacionalistas.

De este modo, en las elecciones autonómicas se subrayó la ausencia de libertades y falta de igualdad de los candidatos y votantes, pero se pedía el respaldo a las opciones defensoras de un discurso identitario de la unidad de España.

En este colectivo formaban parte Asociación de Víctimas del terrorismo, Foro de Ermua, Foro El Salvador, Movimiento contra la Intolerancia y la Asociación por la Tolerancia, a los cuales se sumaron diversos colectivos, culturales, sindicatos, partidos políticos y asociaciones extranjeras.

El grupo católico ha sido uno de los que recientemente ha sido puesto en el punto de mira de la violencia.

Si sus miembros, hasta entonces habían sido coadyuvados a guardar silencio.

A partir del verano, el presidente del Foro El Salvador Jaime Larrínaga, párroco de Maruri (Vizcaya), pequeña localidad de 500 habitantes fue centro de amenazas escritas realizadas en papel oficial del ayuntamiento y firmadas con el consistorio nacionalista.

Desde entonces, el sacerdote ha tenido que ejercer su misión apostólica con un guardaespaldas y dormir en distintos domicilios.

La presencia en la realidad vasca de un Foro católico plantea en el presente una respuesta dinámica de los católicos vascos a una realidad en la que falta la libertad y donde la mitad de la sociedad necesita plataformas que defiendan sus reivindicaciones.

En esta lucha por la salvaguarda de los valores de la persona humana, los católicos no podían estar cruzados de brazos y el ejemplo vivo del Papa en Polonia fue el revulsivo necesario para hacer realidad la aparición de un grupo de intelectuales, sacerdotes y jóvenes comprometidos por su Fe, en la defensa de la libertad del hombre, ante un totalitarismo que margina sectores sociales en beneficio de los valores biologicistas.

En la actualidad, el Foro El Salvador se mantiene como conciencia activa de los perseguidos por el nacionalismo y mantiene un puente abierto de las víctimas con los obispos vascos, que de esta manera mantienen una postura de dirección de toda la comunidad católica, nacionalista o no, impidiendo la ruptura social e intentando servir de ejemplo de convivencia.

Para el futuro, la comunidad católica vasca quiere sentir como cuando se derribe definitivamente el muro del nacionalismo excluyente, el viento polaco sople con toda su fuerza en el País Vasco, vivificando una primavera necesaria en vocaciones, convivencia ciudadana y reconstrucción de una sociedad que en un tiempo fue modelo de catolicismo social.
 

José Luis Orella Martínez 

Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, Nº 63, noviembre de 2002.

 

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