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Foro El Salvador

Despacio y con buena letra, señor presidente

Los únicos que no han condenado sin lugar a dudas el atentado que sufrió este fin de semana un concejal de UPN han sido Batasuna y el presidente del Gobierno. Sólo han pasado dos meses del anuncio de alto el fuego permanente y la sociedad vasca, navarra y española merecen un Gobierno que diga “no” a la violencia. El camino será largo y difícil, como dijo Zapatero, no se pueden solucionar en cuatro meses casi 30 años de terrorismo. En estas condiciones no se puede ir en mayo a pedir autorización al Congreso para comenzar las negociaciones con ETA.
Desde que el pasado 22 de marzo la banda terrorista ETA anunciara su alto el fuego permanente, la violencia en casi todas sus manifestaciones ha seguido presente. Se han producido extorsiones como la carta enviada después del anuncio a un empresario de la ribera navarra y se ha atacado la ferretería de un concejal de UPN, así como una oficina de Mapfre en Getxo. Es decir, el terrorismo ha seguido presente, de baja intensidad, pero presente.
A la espera de la confirmación por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de la autoría de estos atentados, si vienen o no ordenados por la dirección de ETA, uno se pregunta cómo es posible que el presidente del Gobierno no condenara sin paliativos la destrucción del negocio del edil navarro el pasado domingo. Algo que ha hecho de manera rotunda, por ejemplo, el PNV. El lehendakari Juan José Ibarretxe, en una clarísima intervención, ha pedido como condición sine quanon al inicio de cualquier proceso el cese de la violencia. Los únicos que no han condenado sin lugar a dudas este atentado han sido el presidente del Gobierno y Batasuna.
Zapatero aseguró al líder del PP Mariano Rajoy que no tiene adquirido ningún compromiso con la banda terrorista y, como ya hizo Rajoy, la sociedad española dio un voto de confianza al presidente. Sin embargo, el silencio del jefe del Ejecutivo hace sospechar de nuevo que el Gobierno y la banda tienen ya atado y bien atado todo el mal denominado proceso de paz, como lo ha calificado el arzobispo de Pamplona.
¿Cómo es posible que Zapatero en un medio de comunicación afín no repare en calificativos positivos hacia Arnaldo Otegi, hace dos semanas, llamándole casi un hombre de paz, y no sea capaz de condenar la destrucción total del negocio de un concejal? En el mitin de autobombo de Vista Alegre de este domingo, Zapatero sí volvió a condenar la guerra de Iraq por ilegal, inmoral e ilegítima, pero ni una sola palabra del ataque que horas antes se había producido en su país a 400 kilómetros de Madrid, y creo que ni una sola llamada de solidaridad.
Zapatero no condena, como tampoco Batasuna. El brazo político de ETA todavía no ha pedido a la banda terrorista el fin de la violencia, como sí hizo desde el principio el Sinn Fein al IRA.
Llevamos tan sólo dos meses de alto el fuego permanente y, como dijo Zapatero el mismo día del anuncio, será un camino “largo y difícil”. Por eso no cabe pensar que estamos ya en condiciones de pedir autorización al Congreso para negociar con la banda, como quiere el Gobierno al hacer coincidir el Debate sobre el Estado de la Nación con la autorización al diálogo. Si se sigue el guión que al parecer quiere Zapatero, se pediría permiso al Congreso el mes que viene, en mayo. Se pretende solucionar un problema de casi 30 años en cuatro meses. Demasiadas prisas y además no se está haciendo con buena letra. Zapatero debería haber marcado una línea y haber advertido a ETA que se acabó la violencia, sea como sea.
Aunque esto suponga saltarse el guión previamente establecido, y todo empieza a indicar que pactado con Batasuna.

El edil de UPN merece un respaldo de su presidente, también los navarros, las víctimas y todos los españoles merecen que su jefe de Gobierno no hable de frases retóricas sobre la paz y marque aquí una línea roja: primero que se acabe el terrorismo, luego veremos. Pero Zapatero tiene prisa y, como ya ha anunciado el “portavoz abertzale” Alec Reid, el fin de ETA está previsto para 2008; y con él, el cambio político.

Raquel Martín
Páginas Digital, 25 de abril de 2006

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