Sanz pide a Zapatero que interrumpa el denominado proceso de paz" despuésdel atentado en Barañáin
El presidente del Gobierno foral, Miguel Sanz, reclamó ayer a José Luis Rodríguez Zapatero que interrumpa «de forma efectiva» el llamado proceso de paz después del «atentado terrorista puro y duro» que se cometió el sábado contra el comercio del concejal de UPN en Barañáin José Antonio Mendive. Sanz se desplazó a Barañáin después de presidir el consejo de Gobierno de los lunes para trasladar a los afectados el acuerdo de su gabinete de considerar este acto como «atentado terrorista», con lo que se activan las ayudas económicas que prevé el Gobierno para estos casos. El presidente acudió a Barañáin acompañado por algunos de los consejeros de su gabinete, como Francisco Iribarren, Alberto Catalán, Javier Caballero o José Andrés Burguete. A las puertas de la ferretería destruida por las llamas se encontraba también el alcalde de la localidad, el socialista Iosu Senosiáin.
El presidente Sanz, tras saludar afectuosamente a José Antonio Mendive y a varios de sus hermanos, atendió brevemente a los periodistas: «El Gobierno ha querido venir al lugar de los hechos para transmitir en persona a los afectados las decisiones que ha adoptado», explicó. Anunció que el Ejecutivo ha decidido considerar el ataque a la ferretería como «un atentado terrorista puro y duro». Sanz añadió que «el Gobierno considera que este hecho tiene una gravedad importante, y que debe obligar al Gobierno de España a interrumpir de manera efectiva toda actuación que se encuadre en el llamado proceso».
Al ser preguntado más tarde sobre qué implicaciones tendría esa interrupción del proceso, Sanz aclaró que «el Gobierno de Zapatero debe decir con rotundidad que se suspende cualquier contacto con ETA».
Para el presidente foral, después de lo ocurrido en Barañáin «han hablado los hechos, que desgraciadamente nos han dado la razón». Unos hechos, añadió, que «en ningún caso reafirman lo que ha venido sosteniéndose por algunos agentes políticos, que decían que estábamos en una situación de alto el fuego que permitía al presidente del Gobierno pedir autorización a las Cortes Generales para negociar con ETA. Espero que no se haga, porque no creo que estemos en esta situación», consideró.
En su opinión, «no existe ninguna diferencia entre este atentado y el que se ha producido después del alto el fuego en Getxo, y los que se produjeron con anterioridad al alto el fuego de ETA en nuestra comunidad», en referencia a los explosivos que destrozaron sendas discotecas en Santesteban y Dantxarinea. El presidente dijo que lo ocurrido en Barañáin es «incluso de más gravedad, porque se ha producido en un inmueble habitado por muchas personas».
Sanz advirtió que «no se puede actuar en estos momentos con paños calientes, ni calificar este atentado de incendio provocado. Esto es un atentado terrorista puro y duro». E insistió en que «no puede hablarse de proceso de paz porque no estamos en paz». Dijo que «aquí sólo había unos asesinos que pegaban tiros, ponían bombas y cometían extorsiones. Y los demás los sufríamos».
El presidente se preguntó «qué dirán ahora» quienes habían acusado al Gobierno de UPN y CDN de poner obstáculos al proceso de paz. «Las acusaciones que se han lanzado contra el Gobierno de obstaculizar el proceso de paz no las escucho ahora contra Batasuna. Ya está bien de hipocresía», se quejó.
El presidente Sanz, tras saludar afectuosamente a José Antonio Mendive y a varios de sus hermanos, atendió brevemente a los periodistas: «El Gobierno ha querido venir al lugar de los hechos para transmitir en persona a los afectados las decisiones que ha adoptado», explicó. Anunció que el Ejecutivo ha decidido considerar el ataque a la ferretería como «un atentado terrorista puro y duro». Sanz añadió que «el Gobierno considera que este hecho tiene una gravedad importante, y que debe obligar al Gobierno de España a interrumpir de manera efectiva toda actuación que se encuadre en el llamado proceso».
Al ser preguntado más tarde sobre qué implicaciones tendría esa interrupción del proceso, Sanz aclaró que «el Gobierno de Zapatero debe decir con rotundidad que se suspende cualquier contacto con ETA».
Para el presidente foral, después de lo ocurrido en Barañáin «han hablado los hechos, que desgraciadamente nos han dado la razón». Unos hechos, añadió, que «en ningún caso reafirman lo que ha venido sosteniéndose por algunos agentes políticos, que decían que estábamos en una situación de alto el fuego que permitía al presidente del Gobierno pedir autorización a las Cortes Generales para negociar con ETA. Espero que no se haga, porque no creo que estemos en esta situación», consideró.
En su opinión, «no existe ninguna diferencia entre este atentado y el que se ha producido después del alto el fuego en Getxo, y los que se produjeron con anterioridad al alto el fuego de ETA en nuestra comunidad», en referencia a los explosivos que destrozaron sendas discotecas en Santesteban y Dantxarinea. El presidente dijo que lo ocurrido en Barañáin es «incluso de más gravedad, porque se ha producido en un inmueble habitado por muchas personas».
Sanz advirtió que «no se puede actuar en estos momentos con paños calientes, ni calificar este atentado de incendio provocado. Esto es un atentado terrorista puro y duro». E insistió en que «no puede hablarse de proceso de paz porque no estamos en paz». Dijo que «aquí sólo había unos asesinos que pegaban tiros, ponían bombas y cometían extorsiones. Y los demás los sufríamos».
El presidente se preguntó «qué dirán ahora» quienes habían acusado al Gobierno de UPN y CDN de poner obstáculos al proceso de paz. «Las acusaciones que se han lanzado contra el Gobierno de obstaculizar el proceso de paz no las escucho ahora contra Batasuna. Ya está bien de hipocresía», se quejó.
Por otra parte, Sanz consideró una «indecencia política» que el presidente Zapatero todavía no se haya puesto en contacto con él después de lo ocurrido en Barañáin. «Ni Zapatero, que tampoco hizo una referencia a Barañáin en el mitin de balance de dos años de Gobierno, ni el ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, ni siquiera el delegado del Gobierno, Vicente Ripa», concluyó.
NATALIA AYARRA
Diario de Navarra, 25 de abril de 2006
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