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Imaz reitera que la paz es «la prioridad» y el acuerdo político, «el segundo reto»

Josu Jon Imaz sigue apostando por separar claramente la consecución de la paz del proceso de normalización política, a la vez que insiste en que la actual coyuntura precisa de «la altura de miras» que cree que tuvo su partido en 1979. Bastante más crítico se mostró con Zapatero o Batasuna, a quienes acusa de caer en «partidismos».

Sabin Etxea acogió ayer un acto en honor a todos los parlamentarios del PNV en la Cámara de Gasteiz desde que en 1980 se celebraron los primeros comicios, a raíz de la aprobación del Estatuto de Gernika en referéndum celebrado en octubre de 1979. Un encuentro intergeneracional que congregó a más de 60 parlamentarios, y en el que Josu Jon Imaz intervino para insistir en que «el primer reto es el de la paz» y en que la obligación de esta generación es «consolidarla definitivamente».

El presidente del EBB reiteró que el diálogo a emprender entre ETA y el Gobierno español resulta algo «indispensable para hacer irreversible la paz», si bien precisó que en él no se puede abordar «el futuro político de la sociedad vasca». «Hacerlo, vincular la paz a un proyecto político determinado por legítimo que sea, sería tanto como reconocer la validez del uso de la violencia para alcanzar objetivos políticos», apuntó.

Por ello, emplazó de nuevo a «separar claramente la paz y su consecución del proceso de paz», puntualizando que «el segundo reto es el de la normalización política». En este sentido, abogó por lograr «un acuerdo que respete el derecho de la sociedad vasca a construir y decidir de forma democrática su futuro», pero que pueda ser compartido «por las diferentes sensibilidades e identidades, con lealtad y sin dogmatismos», y partiendo de los marcos institucionales actuales. Este acuerdo, que debe respetar de forma «escrupulosa» la pluralidad, deberá establecer «un marco de relaciones con el Estado en el que haya una bilateralidad efectiva». Además, agregó que la mesa de partidos debe abordar «una solución basada en un doble compromiso: el de no imponer un acuerdo de menor aceptación que los actualmente vigentes y no impedir un acuerdo de mayor aceptación» a estos textos.

Resaltó que el consenso que se alcance «deberá ser necesariamente consultado a la ciudadanía», algo que supone «una exigencia democrática y política siempre que se propone una modificación sustancial del marco de convivencia», y en la que se deberá recabar más apoyo que el que logró el Estatuto. Por otro lado, Imaz acusó a José Luis Rodríguez Zapatero de «introducir el partidismo» en el proceso de paz al anunciar el diálogo con ETA en un mitin del PSOE en Barakaldo: «No es de recibo que un presidente de Gobierno utilice la atalaya de un mitin partidista para anunciar algo así, eso es partidismo. Hay que respetar las instituciones y la cooperación entre todos los partidos políticos a la hora de abordar un proyecto de este tipo», aseguró.

Además, extendió las críticas de partidismo a Batasuna por presentar su comisión negociadora de forma «extemporánea», y añadió además que «engaña» al dar a conocer a unos interlocutores que «no se corresponden» con los que hasta ahora han estado reuniéndose con los partidos.

Frente a ello, dijo que ahora se necesita «la altura de miras, la perspectiva y la capacidad política» que el PNV tuvo en 1979, y que aplaudió: «Debemos volver a acertar», reiteró.

 Gara, 27 de mayo de 2006 

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