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El "pensamiento Alicia" de Zapatero, desmenuzado por un filósofo

El "pensamiento Alicia" de Zapatero, desmenuzado por un filósofo

Tras el utopismo y la palabrería hueca de que hace gala el presidente del Gobierno hay algo más que una técnica política para no decir nada o imponer "como sea" sus ideas.

En el panorama del pensamiento español contemporáneo hay pocos autores cuya obra pueda presumir de una coherencia lógica interna similar a la del Gustavo Bueno. Por citar uno, en el orden del pensamiento político y jurídico el desaparecido Álvaro d´Ors puede compararse al filósofo asturiano en la determinación de estructurar un orden de los saberes conforme a una terminología clara y definida: propia y personal, pero comprensible por todos porque hunde sus raíces no en su subjetividad, sino en la universalidad del conocimiento.

Hemos hablado de coherencia, de lógica, de orden, de terminología clara y definida... es decir, de la antítesis del "pensamiento Alicia" de José Luis Rodríguez Zapatero al que ha consagrado Bueno su última obra. Y es que una de las virtudes de este catedrático de la Universidad de Oviedo es aplicar su discurso a cuestiones candentes de la actualidad, como hizo en ensayos que ya son clásicos como El mito de la cultura, España frente a Europa, Panfleto contra la Democracia realmente existente, Telebasura y democracia y El mito de la Izquierda.

Pero ¿puede ser Zapatero objeto de reflexión filosófica? Estas páginas demuestran que sí. El presidente del Gobierno no es ni tiene por qué ser un intelectual, pero la indefinición de sus conceptos (da igual que sea nación que Alianza de Civilizaciones, paz que diálogo) no es casual. "El pensamiento Alicia", dice Bueno, "sólo tira de un hilo de la madeja, sin querer saber nada de los otros hilos en los que está enredado, y por esto ese pensamiento es simplista". Da igual que se aplique a realidades sociales (matrimonios entre homosexuales) que a juicios históricos (memoria selectiva): el "pensamiento Alicia" encuentra un lado de la realidad, lo convierte en el único, y a partir de él define la receta mágica.

Bueno estudia esta forma de pensar propia del sofista en distintos ámbitos de la realidad y la cultura: la Alianza de Civilizaciones, la mujer, el diálogo, el franquismo, los derechos de los simios, la solidaridad, la memoria histórica, el pluralismo cultural, España, la democracia y el humanismo. En cada uno de ellos, el pensar zapateril (que Bueno no siempre toma del presidente, sino de otras múltiples formas en que se expresa) es diseccionado sin piedad. Esto es, con el rigor de la lógica y sin concesiones a generalidades o sentimentalismos.

Como el autor no es un autor ligero, sino exigente con sus lectores, el resultado es demoledor: de Zapatero y su palabrería hueca no queda nada que salvar, porque no esconde realidad alguna. "Un pensamiento que, apoyándose en las semejanzas indudables que existen entre las golondrinas y los murciélagos, y despreciando las diferencias esenciales, se empecina en llamar golondrinas a los murciélagos... es un pensamiento, sin duda, necio".

Lo peor es que una nave dirigida por un "pensador Alicia", dice Bueno, está condenada a estrellarse.

Es muy saludable que existan pensadores que sepan explicar la realidad cotidiana desde los grandes principios metafísicos. A quienes no les importa que en una obra rigurosa y profunda de pensamiento, como es ésta, se pueda hablar sin complejos, e incluso con desenfado, de Pepiño o de Sabino Arana. Lo cual explica la popularidad de su autor y de su compromiso, muy políticamente incorrecto, con la verdad de las cosas.

Carmelo López-Arias

El Semanal Digital, 1 de noviembre de 2006

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