La violencia islámica condena al exilio a la mitad de los cristianos que viven en Irak
Cerca de 700.000 fieles se han visto obligados a huir de este país de mayoría musulmana hacia Siria, Jordania y Turquía
El Cairo- Los cristianos son «las víctimas más débiles» de la sociedad civil iraquí, que, actualmente, está en profunda anarquía e influenciada por un agresivo fundamentalismo, declaró recientemente el arzobispo latino de Bagdad, monseñor Jean Sleiman, en un encuentro de obispos latinos de las regiones árabes, celebrado en Tiberiades (Israel). En los últimos tres años y medio (desde la invasión americana de Irak), los cristianos han sido víctimas de continuos atentados contra iglesias, asesinatos, secuestros y amenazas.
Pero esta situación de peligro se ha agravado aún más desde el discurso del Papa Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona, el pasado 12 de septiembre, que fue interpretado por los radicales islamistas como una ofensa al profeta Mahoma y a la religión de los musulmanes. La escalada de la violencia contra la comunidad cristiana en Irak, tras las declaraciones del Santo Padre, ha llevado a cientos de familias a huir ante una auténtica «cacería» desatada contra ellos.
Cierre de iglesias
Según el prelado, los cristianos son raptados, agredidos, humillados y sujetos a leyes y costumbres que no son las suyas, y mucho menos iraquíes. A las mujeres cristianas se las obliga a llevar el velo, los jóvenes han dejado de asistir a las clases en la Universidad, porque se sienten amenazados por sus compañeros musulmanes, y la fe debe expresarse de manera tímida y discreta. Casi 700 familias cristianas se han visto obligadas a huir al norte de Irak, Siria y Jordania; y casi una docena de centros católicos, incluido el Babel College, la única Universidad teológica, y al menos cinco iglesias han cerrado sus puertas en Al Dora, un barrio de Bagdad conocido como el Vaticano de Irak, según datos recogidos por la agencia Fides.
Una de las últimas víctimas fue una niña de Bagdad, procedente de una familia cristiana caldea. La pequeña fue secuestrada por un grupo terrorista islámico que pidió un rescate a la familia. Los padres no disponían de la suma de dinero solicitada, así que el 14 de octubre la niña fue asesinada a sangre fría y su cadáver fue entregado con un gesto de desprecio a la familia, destrozada por el dolor. En agosto de este año dos sacerdotes fueron capturados y torturados: el sacerdote caldeo padre Saad Sirup Hanna, de la iglesia de San Jacobo, y el padre Basil Yaldo, rector del seminario de San Pedro.
«Los cristianos viven atemorizados hasta el punto de no frecuentar iglesias ni lugares de culto, por causa de los atentados», aseguró a este diario monseñor Youssef Sarraf, obispo caldeo de El Cairo en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima. No es fácil saber cuántos creyentes han abandonado ya el país. Las cifras que se manejan oscilan entre varias decenas de millar y cientos de miles. En el último censo, realizado en 1987, se registraron un millón cuatrocientos mil fieles, lo que representa el 3% de los 26 millones de habitantes que tiene el país. En cuanto al número de cristianos que permanecen en Irak, basándose en el registro anterior, la cifra rondaría entre 600 y 800 mil, estimó monseñor Sarraf. Según la agencia local «Asociación de Cristianos por la Paz», quedan en Irak alrededor de 700.000 cristianos. La mayoría de los que han emigrado de Irak se dirigen hacia Siria, Jordania y Turquía. También se ha producido una migración interna hacia las zonas de mayoría kurda que ofrecen mayor seguridad. Siria acogía en 2004 un total de 20.000 cristianos procedentes de Irak y en 2006 el número se ha incrementado a 35.000.
El cristianismo se estableció en Irak hace dos mil años, dando lugar a una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo. El país tiene un importante significado bíblico, pues muchos estudiosos creen que el Jardín del Edén que se describe en el Génesis estaba en esta tierra de la antigua Mesopotamia, por donde discurren los ríos Tigris y Éufrates. Las dos comunidades cristianas que residen en Irak, la Iglesia católica caldea y la asiria, siguen usando el arameo, la lengua de Jesús, en las liturgias.
Ethel Bonet
Diario La Razón, suplemento Fe y Razón, 15 de noviembre de 2006
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