Un proceso largo, duro y difícil
Acabo de volver de la manifestación convocada por la AVT en la Puerta del Sol, que estaba llena a rebosar de personas que a duras penas conseguían contener la indignación.
Indignación contra una banda de asesinos que ha vuelto a sembrar la muerte y la destrucción en Madrid. Indignación también contra un Gobierno que pretende seguir el proceso de concesiones a los asesinos, independientemente de lo que éstos hagan. Aunque hayan vuelto a matar.
La indignación contra los asesinos se da por descontada. Los asesinos hacen lo que saben hacer: matar para conseguir sus fines, sean éstos cuales sean. Podemos indignarnos, pero no sorprendernos. Nada hay en el atentado de ayer que sea distinto, en el fondo, de tantos otros atentados que ha habido antes. En nada se diferencian los muertos de ayer de los que perdieron la vida en los centenares de atentados previos. Nada ha hecho ayer ETA que no haya hecho antes.
Lo que no se da por descontado en ninguna democracia es la actitud de un Gobierno mentiroso, irresponsable y claudicante que ha conseguido, en sólo tres años, desbaratar todo lo logrado a lo largo de décadas de lucha antiterrorista. Lo que no se da por descontado en ninguna democracia es que un Gobierno herede del anterior una banda asesina acorralada y moribunda y consiga hacerla revivir para, a continuación, tenderla la mano. De ahí la indignación.
Porque tenemos un Gobierno que llegó al poder a través de un atentado cuya autoría sigue intentando que no se aclare.
Porque tenemos un Gobierno que ha llegado a falsificar informes para evitar que pudiera investigarse cualquier responsabilidad de ETA en la masacre del 11-M.
Porque tenemos un Gobierno que ha permitido que ETA se rearme y se reorganice, alcanzando las detenciones de etarras mínimos históricos.
Porque tenemos un Gobierno que ha sido capaz de llevar al Parlamento Europeo una propuesta de apoyo a ese falso proceso de paz, cumpliendo así una de las exigencias históricas de la banda terrorista: la internacionalización del conflicto.
Porque tenemos un Gobierno que está procediendo a una auténtica purga de los fiscales que más se habían distinguido en la lucha contra ETA, empezando por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño.
Porque tenemos un Gobierno que ha consentido que el PSE de Pachi López se reúna públicamente con Batasuna, dándole un marchamo de legitimidad a lo que no es sino el brazo político de una organización que, entre otras cosas, ha asesinado a muchos socialistas vascos.
Porque tenemos un Gobierno que no duda en amenazar de expulsión a concejales socialistas vascos por manifestar su desacuerdo con una política antiterrorista claudicante, pero se apresura a arropar a auténticos ladrones a los que no sólo no se expedienta, sino que se promociona.
Porque tenemos un Gobierno que no duda en insultar a las víctimas de todas las maneras posibles, llegando a la abyección de faltar al respeto a los minusválidos.
Porque tenemos un Gobierno que ha pretendido dividir y acogotar a esas mismas víctimas, para intentar evitar que constituyeran un obstáculo dentro de su proceso de acuerdo con ETA.
Porque tenemos un Gobierno cuyo presidente se ha atrevido a calificar de "hombre de paz" a uno de los más sanguinarios asesinos de esa banda.
Porque tenemos un Gobierno que no se ha cortado a la hora de ordenar a la Fiscalía que rebaje sus peticiones de condena a los asesinos.
Porque tenemos un Gobierno que ni siquiera se ha privado de quitar los apoyos administrativos al fiscal que lleva el más importante de los casos contra ETA: el macrojuicio contra su aparato de finanzas.
Porque tenemos un Gobierno que oculta a los españoles quién dio, desde instancias policiales, el chivatazo a ETA de que se iba a producir una operación contra su red de extorsión.
Porque tenemos un Gobierno que ofrece su mano, un día sí y otro también, a Batasuna para que pueda presentarse de nuevo a las elecciones municipales, como si ignorara cuántas personas han sido asesinadas gracias a los datos proporcionados por cargos públicos municipales de esa formación terrorista.
Porque tenemos un Gobierno que no ha dudado en mentir, diciendo que no se sabía si era ETA quien había reventado el comercio de un concejal del PP en Barañain; que no se sabía si era ETA quien había robado 350 pistolas, que no se sabía si era ETA quien mandaba cartas de extorsión.
Porque tenemos un Gobierno que ha engañado al pueblo español, iniciando un proceso de claudicación ante ETA que no estaba en su programa electoral.
Porque tenemos un Gobierno que ha engañado al Parlamento, iniciando reuniones con la banda asesina antes de que quedara constatada su "voluntad inequívoca de abandonar las armas", como el Parlamento aprobó.
Porque tenemos un Gobierno que ha aprobado un nuevo estatuto para Cataluña, tal como ETA puso como condición de cara a declarar una nueva tregua trampa.
Porque tenemos un Gobierno que se ha atrevido a ofrecer un nuevo Estatuto de autonomía para el País Vasco a la medida de la "izquierda abertzale".
Porque tenemos un Gobierno que ha llegado a declarar que hace falta flexibilizar la política penitenciaria que se aplica a los asesinos.
Porque tenemos un Gobierno cuyo presidente ni siquiera se atreve, al comparecer tras el último atentado, a llamar a asesinos a los asesinos.
Porque tenemos un Gobierno que ha traicionado la memoria de las casi 1000 personas asesinadas por ETA; que atenta todos los días contra su dignidad; que trata de evitar que obtengan justicia.
Porque tenemos un Gobierno que ni siquiera después de que ETA vuelva a matar está dispuesto a interrumpir su camino de rendición ante la banda.
Nada de eso es admisible. Nada de eso es esperable en un régimen democrático. Por eso la indignación de la gente.
Nadie puede sorprenderse de que los asesinos asesinen, pero nadie puede esperarse que un Gobierno pretendidamente democrático facilite a los asesinos su tarea. Ni por acción, ni por omisión.
¿"Un proceso largo, duro y difícil", dice usted, señor Zapatero? ¿Le parece a usted moral hablar en esos términos cuando lo de "duro y difícil" significa consentir que se asesine a ciudadanos inocentes?
Los españoles no queremos su "proceso". Lo que queremos es que el Gobierno cumpla con su obligación de acabar policialmente con los asesinos. Y, si no cumple con su obligación, que se vaya a su casa.
P.D.: El martes día 2 a las 12 de la mañana, delante de todos los ayuntamientos españoles, se celebrarán concentraciones silenciosas de repulsa a la nueva demostración de barbarie de ETA, convocadas por la AVT. Allí estaremos de nuevo.
Luis del Pino
Libertad Digital, 31 de Diciembre de 2006
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