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Quién está detrás de Aznar

Quién está detrás de Aznar

Hoy, Aznar hará algo más que presentar el libro Qué piensan los neocon españoles (ed. Ciudadela). En realidad, estará devolviendo el favor, con su presencia, a una serie de personas con la que comparte coordenadas ideológicas y en torno a la cuales se ha fraguado una nueva derecha y, con ella, un nuevo proyecto de sociedad. Por más que el ensayo se refiera mayoritariamente a cuestiones de política exterior, lo cierto es que allí encontramos una serie de principios que han definido no sólo las directrices del GEES - Grupo de Estudios Estratégicos, think tank por excelencia de los neocon (al que pertenecen Rafael Bardají, Manuel Coma, Florentino Portero, Ignacio Cosidó y Oscar Elía Mañu, entre otros), sino las nuevas perspectivas teóricas que ha tomado el Partido Popular. Y no se trata tanto de que sean los cerebros en la sombra del partido, cuestión que sería harto dudosa en una formación política que alberga varias ideas dentro de sí, sino de que son sus orientaciones ideológicas las que están definiendo una nueva derecha española, que está tomando una dirección más radical que la hasta ahora imperante en la derecha.

 

Se les podría denominar neocon si el término realmente pudiera describirles correctamente, si la expresión definiera a un conjunto de personas agrupadas alrededor de una ideología reconocible a primera vista. Según José María Marco, periodista y miembro del Consejo Asesor de FAES, el think tank dirigido por José María Aznar, “ese término es más un titular periodístico que una realidad en sí misma. Y es incluso así en EEUU, donde los neocon eran gente que provenían de la izquierda y que, situándose en el republicanismo, no mantenían las posiciones clásicas de esa opción política”. Para Florentino Portero, Secretario de GEES y colaborador de FAES, “el término es inapropiado. Fue invención de un periodista norteamericano que lo utilizó como un insulto y acabó haciéndose popular. En España, además, es particularmente inexacto, toda vez que no venimos del partido demócrata ni nos hemos pasado a la derecha. Seríamos, más bien, old cons, viejos conservadores”.

 

Sin embargo, si prescindimos del término y empleamos el de nueva derecha, o si simplemente hacemos alusión a esa alianza entre liberalismo y conservadurismo que es habitual en las posiciones de la derecha europea actual, el asunto tiene mucha mayor repercusión. Así lo entiende José María Marco, “para quien esa tendencia tiene ahora gran influencia en España. La alianza entre liberales y conservadores no cuajaba desde hace mucho tiempo. Y su auge tiene que ver con algo surgido de los conservadores americanos en los setenta, años en que los progresistas se radicalizaron con los asuntos de raza, de género, etc y dejaron de ocuparse de grandes temas nacionales que fueron recogidos por la derecha”. En España, esa radicalización de los socialistas ha sido más reciente: “antes (con Felipe, por ejemplo), la izquierda tenía argumentaciones que salvaguardaban aspectos claramente nacionales o que, al menos, no significaban una alianza explícita con el nacionalismo radical. Ahora su política no es más que realizar una apuesta clara por los grupos marginales”.

 

La diferencia esencial en la que han arraigado los neocon (o la nueva derecha) tiene que ver con un cambio de perspectiva. Según Florentino Portero, “cuando cae el muro de Berlín también se derriban muchos estereotipos. En aquel entonces, la izquierda marxista decía entender las leyes de la historia, sabían como llegar al futuro y lo que éste nos deparaba. Ellos defendían al proletariado, una clase que era el motor de la historia, etc. Pero eso se ha venido abajo y ahora la izquierda opta por el relativismo, diciendo que ellos no saben cómo será el futuro y que además nadie puede saberlo”.

 

Pero, además, los partidos de izquierda tienen cada vez mayor peso institucional, gobiernan en numerosos países y “tienen que realizar sus ideas en sociedades de clase media, donde el proletariado ya no existe. Y por eso son ahora la fuerza más conservadora. No buscan una revolución social sino mantener un sistema de bienestar que hace aguas por todas partes. Mientras tanto, la fuerza que se ha convertido en transformadora por excelencia es la liberal”. Y esas nuevas perspectivas tienen una repercusión clara: “ellos han entrado en crisis y están defendiendo un modelo en ruinas, mientras nosotros seguimos creyendo en lo mismo. Ahora, cada uno se hará el Estado de bienestar a su medida, porque se lo pagará; cada uno será responsable de sí mismo, y no como antes, que el Estado siempre estaba detrás”.

 

Coincide José María Marco en que “la izquierda está entrando en un callejón sin salida y, a la larga, suicida. Si sigue en la radicalización y buscando la ruptura de la sociedad, se puede ver metida en una historia muy complicada”. Por su parte, en esa nueva tesitura, “el PP tiene el reto de crear una alianza social muy compleja, haciendo compatible el liberalismo con la iglesia, por ejemplo”.

 

Para Florentino Portero, esa unión entre conservadores y liberales no es nueva. “Son ideas que ya estaban en Cánovas, en Maura, que hemos encontrado en personajes de distintas generaciones y que ahora están muy presentes en Europa, con Angela Merkel, o Sarkozy, pero también con Tony Blair”. Claro que, además de visiones ideológicas similares, lo que realmente comparten tiene que ver con la defensa de principios y valores. Mientras que la mayoría de los políticos creen en el pragmatismo (y esto era muy claro en la política exterior, con la realpolitik) nosotros lo rechazamos y planteamos acciones afirmadas en valores. Creemos, como decía Irving Kristol, que no hay políticas, sólo política. Tratamos de olvidarnos de lo accesorio y centrarnos en lo fundamental”.

 

Pero el ascenso de esa derecha en Europa no significa que esta orientación sea la que impere definitivamente en España. “No es lo mismo Esperanza Aguirre que Ruiz Gallardón” asegura Portero. “Una cree en principios y el otro no cree en nada, salvo en el disfrute del poder”. Sin embargo, y a pesar de las resistencias internas, esta alianza liberal conservadora está dando un nuevo rostro a la derecha española.

 

Esteban Hernández

El Confidencial.com, 14 de marzo de 2007

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