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Patxi Zabaleta, presidente de Navarra: ¿se rompe España?

Patxi Zabaleta, presidente de Navarra: ¿se rompe España?

UPN se ha quedado a un escaño de la mayoría absoluta en Navarra, y ahora los socialistas deben decidir si se alían con los antiguos batasunos que quieren la integración en el País Vasco.

 

Con una participación electoral superior a la de anteriores convocatorias –en contraste con un mayor desinterés en el resto de España- Navarra votó ayer. Unión del Pueblo Navarro ha vencido, como en todas las elecciones celebradas desde 1987. Sin embargo, el partido del presidente Miguel Sanz no ha tenido la mayoría absoluta, ni los votos de su escisión, el CDN de Juan Cruz Alli, bastan para alcanzarla.

 

¿Es un drama sin precedentes? ¿Se rompe España? Depende de qué medios de comunicación siga uno parecería que sí; de hecho, a pie de calle, las cosas son más sencillas, aunque no menos graves.

 

Uno. Nunca ha habido mayorías absolutas. En Navarra, en democracia, ha habido siempre Parlamentos muy variados y mayorías relativas. UPN ha estado a punto de lograr algo que con nuestra ley electoral es muy complicado, pero no ha sido así. La reflexión sobre las causas debe llegar dentro de unos días, pero sin angustias.

 

Dos. Normalmente, el partido mayoritario ha gobernado. El Amejoramiento del Fuero obligaba, en caso de faltar una mayoría alternativa, a que fuese presidente del Gobierno el candidato del partido más votado. Siempre se hizo así, salvo cuando el PSN de Javier Otano y el CDN de Alli se unieron a los abertzales moderados para cerrar el paso a Sanz en 1995. Los escándalos de corrupción devolvieron las aguas a su cauce, y esa disposición legal fue derogada, precisamente, por Miguel Sanz.

 

Tres. La única alternativa a Sanz pasa por el nacionalismo. La mayoría de UPN, aunque relativa, es tan grande que sería necesaria la unión de todas las fuerzas de la actual oposición para que el Gobierno fuese de otro color. El PSN está muy lejos por detrás de UPN, y si Fernando Puras quiere participar del poder sin contar con el centroderecha tendrá que pactar con los independentistas de Nafarroa Bai.

 

Cuatro. Todo depende del PSN-PSOE. En Navarra no es aplicable la división entre izquierdas y derechas, válida en el resto de España. Aquí existe, además, la trinchera excavada por el nacionalismo vasco. Si Zapatero quiere pactar con Patxi Zabaleta tendrá que explicarlo a sus militantes y afiliados, que comparten el modelo institucional defendido por UPN, pese a las lógicas diferencias políticas. La mano tendida de Sanz pondrá las cosas aún más difíciles para ZP y Puras.

 

Cinco. La convivencia está en peligro, pero España no se rompe. Haga lo que haga el PSOE, la Constitución y las leyes marcan unos límites infranqueables. El nacionalismo querrá su cuota de poder para construir su nueva "realidad nacional", pero los peligros de esa obra de zapa ser verán a medio y largo plazo. España no se rompe hoy, aunque Zapatero tendrá que explicar a los navarros por qué un hombre que fue abogado de ETA gobierna en la Comunidad Foral, pudiendo ser de otra manera. Porque lo que pone en riesgo la convivencia es la ambición zapateril de cambios institucionales, y no la sed de poder de sus gentes aquí, que podría quedar más que saciada en coalición con UPN.

 

Seis. Se manipula la autonomía. Navarra, gobierne quien gobierne, tiene unas competencias propias al servicio de sus ciudadanos y en el seno de la nación española. Navarra no es España porque lo digan las urnas –que, además, lo han dicho- ni dejará de serlo porque las componendas entre partidos vayan a entregar el poder a un secesionista. Zabaleta ha aprovechado la oportunidad que todos los demás candidatos le han dado al afirmar que "Navarra será lo que los navarros digan"; para Zabaleta eso quiere decir que "Navarra será lo que consigamos hacer firmar al PSOE a cambio de poder". NaBai sólo puede gobernar en Navarra si Zapatero quiere, y ambos están limitados en cualquier caso por la soberanía inviolable de la nación española. Que no se rompe así.

 

Pascual Tamburri

El Semanal Digital, 28 de mayo de 2007

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