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Diálogo directo con ETA y subvenciones a la propaganda abertzale (Ruta norte, por Pascual Tamburri)

Diálogo directo con ETA y subvenciones a la propaganda abertzale (Ruta norte, por Pascual Tamburri)

Los terroristas no tienen complejos, han nombrado sus representantes para un "diálogo directo" con España y Francia. Mientras tanto, sus propagandistas gozan del dinero público español para difundir su programa. Habrá que cambiar algo.

Una de las mejores cosas que tienen los abertzales en general y la ETA en particular es que nunca han cambiado de objetivos. Pueden cambiar de formas, de medios, de aspecto, pero al final siempre quieren llegar al mismo sitio. Son predecibles. Siempre que uno no lo olvide –no piensen que se han convertido de repente todos en hermanitas de la Caridad-, no es difícil tratar con ellos.

Lo que no suele faltarles es una excelente idea de sí mismos, de su posición en el mundo, de sus razones y de sus bondades. Con toda la cara posible, la banda de delincuentes acaba de nombrar "una delegación para entablar un diálogo directo con los gobiernos español y francés". Así, directamente a France Presse, con todas las letras y sin sonrojarse. ¿Se imaginan ustedes a Al Capone nombrando una delegación para negociar con los Estados Unidos? Aún se estarían haciendo películas de humor sobre la ocurrencia. Con una diferencia, claro: que la mafia de Chicago mató a mucha menos gente y cometió muchos menos delitos, y no se consideraba en posición de "negociar" la liberación de sus criminales ni la creación y delimitación de un Estado independiente.

Algunas respuestas ha habido, en general santamente indignadas por la desfachatez y por la amenaza a la nación y al Estado advirtiendo de que podrían crearse "situaciones de bloqueo perjudiciales". En fin, bravatas de unos tipos que han conseguido ya demasiado (porque por definición, nada de lo que pedían desde su creación debía haberse concedido, nada en absoluto ya que su naturaleza terrorista deslegitima todo de raíz). Pero lo curioso, los singular, lo verdaderamente peligroso es que  esos mismos chantajistas y sus voceros políticos, sociales, culturales y económicos se apoyan en los medios públicos españoles, que se les siguen facilitando en múltiples formas. Y a veces los mismos que levantan la voz para protestar por un lado son los que más fácil se lo ponen por el otro. ¿Así que si vienen con zalamerías y sonrisas son menos mentirosos, menos asesinos y su proyecto es menos rechazable?

La cosa es que ellos se consideran con derecho divino a todo, y algunos de sus supuestos adversarios no les niegan la mayor. Hablando de la extensión del vascuence en Navarra, un asunto para ellos fundamental, se quejan escandalizados de que "tenemos que denunciar claramente la política del Gobierno: en la década 2000-2010 redujeron las subvenciones a la mitad, y en el último año hemos recibido un recorte del 40%". ¡Es que aún les dan subvenciones públicas! AEK, que recibe gran parte de esas subvenciones en Navarra y reconoce tener sólo 1300 alumnos, es sólo un ejemplo de las exigencias de unos que se nutren de los complejos de otros. Dicen que "en la normalización del euskara otra de las claves es la euskaldunización de adultos. Desde el Gobierno no hay ninguna planificación para dar a los euskaltegis dicho eje estratégico". ¿Y por qué había de haberla? ¿Es que el cada vez más escaso dinero público de Navarra está para satisfacer el expansionismo cultural y político del nacionalismo vasco? No debería.

Claro que tantas cosas se hacen y no deberían… Navarra está ahora mismo inundada de propaganda contando la vulgata abertzale de la historia de Navarra y de España. Lo de menos es que cientos de miles de folletos se estén repartiendo; lo peor es que demasiado a menudo elementos esenciales de esa propaganda se aceptan en la versión oficial y desde luego en la oficiosa-navarrista, y en ocasiones se hace contando, también en eso, con los medios públicos.

El día 16 de junio los abertzales de todas partes planean reunirse en Pamplona para contarse unos a otros sus historietas. Son libres de hacerlo, pero dudo más que la Plaza de Toros –y me da igual si esto se debe al Ayuntamiento de Pamplona o a su Casa de Misericordia- pueda o deba utilizarse en provecho de una facción. Describen su "marcha sobre Pamplona" como una "nueva Gamazada". Aparte de que no creo que los concejales al uso disfruten mucho escuchando a Barricada, ¿por qué se dan tales facilidades a una minoría agresiva?

Agresiva y no muy bien informada, he de decir, como se ve en la pintoresca idea de imponer las ideas separatistas en los Ayuntamientos, poniendo de luto la bandera de Navarra el 25 de julio, ¡una bandera que obviamente ni existía en 1512! Cierto es que la ignorancia histórica (y la heráldica, a cuenta de águilas y cadenas) parece crecer en vez de retroceder, en todos los campos políticos por igual o casi, pero promover en y desde las instituciones una versión que además de falsa y falaz es hostil para con la identidad foral y española de Navarra es quizá demasiada concesión.

Aparte de las subvenciones directas e indirectas a los propagandistas sabiniano-marxistas y de su uso y abuso de lo público, quizá lo más pintoresco sea su éxito al hacer llegar a todas partes su singular empanadilla histórico-folklórica, que algunos montaraces aún creen inocente. No hace falta haber leído la documentación ni las obras más clásicas, ni por supuesto las nuevas aportaciones (de las cuales la mejor es sin duda la de la profesora Isabel Ostolaza y Juan Ignacio Panizo), para entender que la inexistente "brutalidad de la conquista", revolver en la misma ensalada expulsión de musulmanes, banderías nobiliarias, miseria del reino, brujas de Zugarramurdi, retroceso de los dialectos vascos y destrucción de las castillos privados por el Estado moderno, como si no sucediese una pequeña guerra civil en un reino diminuto en medio de una gran guerra europea que es en la que, obviamente, todo se decide. Demasiado a menudo, por desconocimiento o cobardía, los políticos mejor intencionados dan por buenas las simplezas que esta gente utiliza para contar a los navarros que no son españoles. Quizá uno de los pocos que en público no ha transigido sea José Ignacio Palacios, en su intervención sobre esto en el Senado.

Mal está que crean y repitan auténticas incoherencias, pero si son felices así y creen que hacen un bien a sus hijos, que aprovechen las ventajas de la democracia. Mucho peor es que, para hacerlo, cuenten con los recursos de todos, sobre todo en una Comunidad y unos Ayuntamientos donde no gobiernan y por tanto en los cuales no se debería transigir con nada de todo esto. Y desde luego el colmo de lo inaceptable es que impongan a los demás, como si supiesen de estas cosas más ellos, su "verdad oficial". Pamplona será el 16 de junio mucho menos favorable a su entrada de lo que lo fue en julio de 1512 a la del duque de Alba, y les duele tanto reconocerlo como saber que hay más jóvenes deseando aprender chino mandarín que queriendo pagarse un euskaltegi. ¿Y entonces por qué se lo tenemos que pagar los demás? Por la misma razón que la ETA se cree con derecho a "negociar": porque se consideran mejores y están acostumbrados a tratar con acomplejados que se preocupan más del huevo que del fuero. Y por eso deben cambiar las cosas, porque la única palabra indispensable para tratar con esa gente, ETA incluida, es muy sencilla: NO.

 

http://www.elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=121597&cod_aut=

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