La tregua del demonio.
¿Qué expectativas políticas ha generado la denominada tregua anunciada por ETA en el conjunto del nacionalismo vasco? ¿Qué futuro le reserva para Navarra? ¿Qué hacer?
Por José Luis Orella
La tregua proclamada por ETA, que se iniciará el 24 de este mes, ha provocado una gran expectación. Por parte del gobierno socialista la tentación de entrar a la historia como el responsable de haber conseguido el fin del terrorismo. En el lado de ETA, de haber vuelto a ser el interlocutor de la sociedad vasca, gracias a su capacidad de matar. En el lado de las víctimas, la impotencia de verse en una mesa de negociaciones, como meros objetos de transacción, sin poder de decisión ninguno.
¿Qué hay detrás de cada equipo? Es una buena pregunta. El gobierno ofrece la posibilidad de que si ETA abandona la violencia, su soporte social puede articularse como una Esquerra Republicana Vasca, que forme un tripartito vasco, conducido por el PSE. En ETA, los dirigentes quieren una salida personal, acompañada de un reconocimiento social a su labor. Para los más jóvenes, se quema una etapa hacia el objetivo final, la independencia de un estado vasco y socialista. El precio de todo esto, se encuentra en Navarra, el viejo reino son las treinta monedas de Rodríguez Zapatero. En las próximas elecciones autonómicas, un gobierno apoyado por un tripartito PSN-IU-Nafarroa Bai (PNV-EA-Aralar) votaría por la absorción del reino pirenaico en el País Vasco. La “unidad territorial vasca” abriría la posibilidad de un referéndum “nacional”, donde los elementos dominantes serían un PNV-EA (centro) y un tripartito (izquierda).
Desde los movimientos cívicos, como el Foro El Salvador, nuestra respuesta es mantener la guardia alta. ETA no ha abandonado las armas, las ha incrementado por sus compras en el Este, con el dinero obtenido de la extorsión de los últimos meses. Es triste comprobar, que la paz sólo puede ser garantizada por ETA, no por el gobierno. Es peor, comprobar que se da carta de interlocutor a una organización que mata a inocentes que piensan como el 88 % del resto de la población vasca o el 95 % de la navarra. La solución, el trabajo y ejemplo dado por Nicolás, Gotzone, Jaime o Fernando con la juventud vasca.
0 comentarios