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Otegi y Eguiguren acordaron promover un órgano vasco-navarro y una consulta que incluya Navarra

La consulta popular, no vinculante, sería la «versión amable» del referéndum Navarra-País Vasco, que además tendría como sujeto a «todos los vascos».

Los portavoces de Batasuna y del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE), Arnaldo Otegi y Jesús Eguiguren, se habrían mostrado de acuerdo en promover la conformación de un órgano entre el País Vasco y Navarra que comparta materias y competencias comunes, como fórmula de colaboración que allane el camino hacia la futura integración de la comunidad foral en Euskadi. Una consulta popular conjunta -no vinculante, pero sí decisiva- en toda Euskal Herria (las tres provincias vascas, Navarra y los tres territorios franceses) se encargaría de refrendar la existencia de la nación vasca, previo reconocimiento por parte del Gobierno. Ello sin perjuicio de las reformas del Estatuto vasco y del Amejoramiento del Fuero navarro, iniciativas que corresponderían a los respectivos Parlamentos y que acompasarían medidas complementarias, algo que podría ocurrir ya a partir de 2007, si el Partido Socialista de Navarra (PSN) logra sumar mayoría y constituir con el nacionalismo un Gobierno alternativo al actual de UPN.

Según fuentes cercanas al socialismo vasco, en los diversos contactos mantenidos por Eguiguren (interlocutor del Gobierno en busca de un alto el fuego de ETA y promotor de acuerdos de futuro con Batasuna) y Otegi, iniciados en 2002, el líder batasuno habría advertido siempre que la declaración de Euskal Herria como nación, incluyendo a Navarra, «es a todos los efectos irrenunciable» para que el proceso de paz llegue a buen puerto. «Navarra no es el problema, es la solución», ha repetido Otegi en varias ocasiones.

Según la interpretación relatada a este periódico, ambos portavoces habrían dado por hecho que el avance del proceso llevará a la coalición a las urnas el año que viene (en la versión que sea). Además, habrían concluido que la llamada «Dieta vasco-navarra» y la consulta popular, por un lado, responderían a la exigencia de ETA y de Batasuna de satisfacer el «derecho de todo el pueblo vasco a decidir libremente»; es decir, el territorio y la autodeterminación. Por otra parte, según su impresión compartida, la consulta sería la «versión amable» y, a la postre, sustitutiva, de la tradicional exigencia de un referéndum Navarra-Euskadi, contemplada estos años como una agresión en amplios sectores de la comunidad foral, de mayor dificultad legal (requiere el apoyo de los grupos políticos) y que tendría muchas menos posibilidades de salir adelante si sólo se pronunciaran los navarros, abrumadoramente contrarios (los partidos que propugnan estas tesis no superan el 15 por ciento en el Parlamento).

«Todos los territorios vascos»

Es cierto, aclaran, que el Gobierno central tendría que dar su reconocimiento a la existencia de una nación que incluyera a «todos los territorios vascos», lo que se considera el «nudo gordiano» de la cuestión navarra y, en última instancia, de todo el proceso. Pero tanto Eguiguren como Otegi consideran este extremo más factible una vez superada «satisfactoriamente la prueba» del Estatuto catalán, que considera a Cataluña como nación. Además, agregan, «el órgano común ya se creó, aunque no echara a andar por unas semanas; en cuanto a la inclusión de Navarra en la nación vasca, si la consulta no es vinculante, sería legalmente factible». Por eso, concluyen que son las opciones «más realistas».

Precisamente ayer, el diario «Gara» incluía un folleto que supone la reaparición de Udalbiltza (asamblea de ayuntamientos considerada institución nacional de Euskal Herria, alumbrada en el pacto de Estella) en pleno proceso de paz y en los preparativos del Aberri Eguna, que se celebra este domingo (el juez ha prohibido los actos de Batasuna en Navarra). El folleto incorporaba un mapa del «gran pueblo vasco» que incluía el territorio francés, el País Vasco y Navarra, y concluía: «La resolución de conflicto no es posible si no se garantiza el reconocimiento y ejercicio de todos los derechos a toda la ciudadanía de toda Euskal Herria. Udalbiltza dará nuevos pasos para la evolución de la Declaración de la Nacionalidad Vasca».

Ambas partes habrían asumido que sería un proceso «gradual, progresivo y de larga distancia», partiendo del marco institucional actual, hasta ahora rechazado por los batasunos. El propio Eguiguren habría hecho valer ante el Gobierno, según las mismas fuentes, la aceptación expresa del marco institucional que llevó a cabo en enero, en una de sus ponencias, la última mesa nacional de la coalición ilegalizada.

El PSN se abre a los nacionalistas

Según los expertos, las soluciones apuntadas en estos contactos tendrían su inspiración en el modelo irlandés (un espejo muy recurrente para el mundo abertzale). Aunque el Gobierno ha reiterado que «Navarra nunca será moneda de cambio» en una negociación con ETA, el PSN ha abierto sus brazos al nacionalismo vasco esta legislatura. Rompiendo la costumbre de no pactar con el nacionalismo y preservar la estabilidad de Navarra (sólo roto por el PSN y el CDN de Alli a mediados de los 90), el PSN de Carlos Chivite gobierna con los nacionalistas algunos de los principales ayuntamientos de Navarra, como Tafalla, Estella, Barañáin, Burlada y Cizur. Si a ello unimos la abierta disposición de Chivite a reformar el Amejoramiento del Fuero y un lenguaje inusitadamente tolerante por parte del delegado del Gobierno (que llegó a llamar «gamberradas» a los ataques de «kale borroka»), empieza a calar en Navarra la idea, nunca desmentida por el PSN, de futuros acuerdos con una Batasuna relegalizada.

ABC, 14/4/2006

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