Errado de base, parcial y con olvidos
El Consejo Político del Gobierno de Lakua presentó ayer su Plan de Paz y Convivencia que, aunque no cabe duda de que puede ser bienintencionado, y en varios aspectos es acertado, visto en su globalidad resulta errado de base, parcial en su desarrollo y tiene olvidos que resultan imperdonables si de verdad se pretende «una sociedad reconciliada, construida sobre la memoria de las víctimas, la justicia y el respeto a los derechos humanos». A este plan le fallan los cimientos. Porque el principio de un proyecto de estas características no puede ser un aforismo como «si quieres la paz prepara la paz», sino un análisis histórico y político del conflicto que lleve a no repetirlo. Está bien que una niña como la que remitió su dibujo a Lehendakaritza tenga una visión idílica del mundo en la que todo se resuelve con «perdón, respeto y amor», pero las relaciones sociales y políticas, donde en muchos casos media la correlación de fuerzas y de fuerza, se rigen por otras coordenadas menos angelicales. No cabe abordar esa cuestión como si en Euskal Herria se hubieran vivido dos momentos trágicos, uno el de la dictadura franquista y otro el protagonizado por ETA. No puede hacerse abstracción de la existencia de un conflicto histórico, de origen y naturaleza política, en el que se ven implicados los estados español y francés y un pueblo al que, antes de Franco, con Franco y ahora se le niega su derecho a regir su propio destino.
El plan resulta además parcial, porque pese a que en el catálogo inicial de buenas intenciones se habla de todas y se destaca todas las víctimas de la violencia, incluidas «las 350 víctimas mortales por acciones policiales» u otras organizaciones paraestatales, a la hora de proponer medidas concretas de reconocimiento, solidaridad y reparación, sólo se refiere a «las víctimas del terrorismo» y a «las víctimas del franquismo». ¿No merecen nada, por ejemplo, los cinco trabajadores muertos el 3 de marzo de 1976, Joseba Arregi, Mikel Zabalza, Gurutze Yantzi, Gladys del Estal, Joseba Barandiaran, Esteban Muruetagoiena, Rosa Zarra...?
El proyecto del Consejo Político tiene algunos olvidos llamativos que no cabe atribuir ni al descuido ni a la ignorancia. Por ejemplo, a la hora de prevenir la tortura, nada se dice de eliminar la práctica de la incomunicación a los detenidos, recomendación básica de AI y del relator especial de la ONU. Y cuando se habla de garantizar los derechos políticos y civiles, tampoco se recogen medidas concretas para superar el actual apartheid que sufre la izquierda abertzale. -
Editorial de Gara, 27 de abril de 2006
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