El momento de entrar de lleno en una nueva fase
«Es necesario pasar de los contactos que actualmente existen a una fase de negociaciones incluyentes que nos encaminen a construir un proceso de diálogo multipartito en Euskadi (...). Reconocemos que la izquierda abertzale es un interlocutor necesario (...). El PSE va a trabajar con el conjunto de fuerzas políticas vascas en la búsqueda de unos principios comunes para hacer viable el diálogo político en los próximos meses. (...) En la reunión que mantengamos con la izquierda abertzale tendremos la oportunidad de trasladarles estas consideraciones».
Las implicaciones de estas palabras, pronunciadas anoche por Patxi López, tienen un profundo calado político. Y a nadie se le escapa que pronunciarlas, es decir, aplicar el sentido común, era ya inaplazable, porque la presión constante sobre Batasuna y el incumplimiento sistemático por parte del Gobierno español de las medidas básicas para crear el clima de confianza necesario que dé credibilidad al proceso y que permita que todos, sin exclusiones ni injerencias, puedan trabajar para que en Euskal Herria eche a andar un verdadero proceso democrático, habían llevado la situación a un punto insostenible que provocó una reacción contundente por parte de la izquierda abertzale. La declaración de Patxi López pone el foco en varios de los temas sustanciales, y arroja luz sobre ellos.
Debe activarse ya, sin más excusas por parte de nadie, el camino que desemboque en una mesa de resolución del conflicto López aceptó ayer explícitamente la existencia de un conflicto, reconocimiento que, aunque pueda parecer obvio, no es baladí, debe ponerse ya en marcha el proceso democrático en Euskal Herria. El PSE, y lógicamente también el PSN y el PSF, han de participar de lleno en esa dinámica. Y otro tanto debe hacer el resto de agentes de este país, incluidos quienes hasta el momento parecen apostar por retrasar ese tránsito.
En el proceso tienen que poder participar con todas las garantías todos los agentes, lo que implica, como mínimo, una legalización de facto de Batasuna, interlocutor necesario, y el anuncio público de Patxi López de que su partido se reunirá con la izquierda abertzale es, sin duda, un paso importante en ese camino. Las palabras del líder del PSE llegaron justamente en vísperas de la comparecencia, una vez más, de ocho dirigentes de la izquierda abertzale ante la Audiencia Nacional. Es, obviamente, un sinsentido, y claramente una contradicción que debe resolver el Estado español. En todo caso, es ciertamente positivo, y desde luego necesario, que el PSE, al igual que el PSN, comience a actuar como un partido de Euskal Herria, no como una mera correa de transmisión de La Moncloa o del PSOE. Y es inaceptable que la Fiscalía, en primer término, y el juez Grande-Marlaska, azuzando el fuego después, hayan citado (y activado nuevas y más graves acusaciones) como imputados a ocho miembros de la Mesa Nacional de Batasuna.
Es de mero sentido común que el camino de la solución integral no puede edificarse con esas bases. No sería de recibo, ni aceptable para nadie que realmente apueste por abrir un proceso democrático en este país, que esos ocho ciudadanos no puedan regresar a Euskal Herria tras el injustificable paso por el tribunal especial español, paso que debe quedar en un trámite a olvidar y desterrar. Lo contrario sería muy grave.
Es el momento de pasar a la fase del debate democrático en Euskal Herria, de fijar las bases para la negociación y el acuerdo y, desde luego, de desactivar los mecanismos represivos a las citaciones de hoy y mañana deben sumarse las detenciones de tres ciudadanos por la Policía francesa, ayer, en Lapurdi y Nafarroa Beherea que pueden impedir avanzar en el camino. -
Editorial de Gara, 31 de mayo de 2006
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