ETA: cautivo Madrid, tomemos ahora París (y un rumor letal)
15 de junio de 2006. ETA hizo público ayer un comunicado dirigido a las autoridades francesas. No es habitual que ETA hable para París. Ayer lo hizo y su mensaje es inequívoco: "Mientras Francia no reconozca a Euskal Herria, la lucha por los derechos y el conflicto continuarán". Lo cual quiere decir al mismo tiempo muchas cosas.
Traducción para españoles: estamos esperando una respuesta; que sepáis que no dejamos las armas porque en Francia seguimos teniendo faena, y mientras tengamos las armas en la mano, aquí mandamos nosotros.
Traducción para franceses: ya sabéis cómo va la cosa en España, así que a mover el culo; si no os movéis, os encontraréis en Francia con el mismo problema que tenían en España. Y traducción para la propia parroquia: ya hemos hecho que Madrid doble las manos y ahora vamos a por París; estamos que nos salimos.
Carl Schmitt dijo que "soberano es quien decide el estado de excepción". Un amigo me escribe: "Soberano es ETA".
¿Por qué una amenaza a Francia precisamente ahora? Es imposible no conectar el comunicado etarra con una explosiva noticia difundida esta misma semana: el pasado mes de mayo, una filtración desde España habría desbaratado la detención de la cúpula de ETA en Francia. Esta noticia ha circulado por diferentes medios digitales; yo la recogí en el blog del periodista francés Jean Chalvidant. La secuencia de los hechos guarda bastante coherencia interna.
Recordará usted que, hace algunas semanas, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, mantuvo una reunión sorpresa con la juez antiterrorista francesa Laurence Lebert. Nada trascendió de aquella entrevista, que era, cuando menos, inusual. Lo que se ha "filtrado" después es que la juez Lebert había organizado una operación para pescar a la cúpula etarra. La policía francesa, cabal, se lo contó a la española. Pero los gendarmes salieron de la emboscada con las manos vacías: los etarras no habían acudido al lugar previsto. Alguien había dado el chivatazo. ¿Quién? Verosímilmente, fuentes de la propia seguridad española, temerosa de que tales detenciones frustraran el "proceso de paz". La juez Lebert montó en cólera. Y de ahí aquella inusual reunión en la que, según se cuenta, Camacho tuvo que soportar las iras jupiterinas de la indignada francesa.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo ha escrito una carta al ministro Rubalcaba pidiéndole una aclaración. En realidad, sería más fiable la palabra de la juez Lebert. Mientras tanto, ETA pide turno y advierte a Francia con algo que pude leerse como "no lo volváis a intentar". Todo tiene lógica; una lógica espantosa.
Si todo esto es cierto –y, de momento, por lo menos es verosímil-, nos encontraríamos en una situación abominable: el Gobierno español habría protegido a la cúpula de ETA, obstruyendo la acción de la justicia. ZP habría puesto su interés político inmediato, la negociación con ETA, por encima del interés general y de la justicia, que exigen la detención de los asesinos. ¿Será posible?
José Javier Esparza
El Semanal Digital
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