Arnaldo Otegi: «La geografía política de la solución es la autodeterminación»
Durante la entrevista mantenida con GARA, el portavoz de Batasuna califica de muy positiva la declaración «de gran calado político» formulada por el presidente del Gobierno español el pasado jueves. Arnaldo Otegi se muestra convencido de que «las garantías» de que el proceso democrático llegue a buen puerto «están en Euskal Herria, en nuestros ciudadanos y en la capacidad que tengamos de articular un bloque popular que haga imposible el fracaso».
Transcurridas 48 horas desde la histórica declaración institucional realizada por el presidente del Gobierno español, GARA recoge en esta entrevista las reflexiones del portavoz de Batasuna sobre el calado de la iniciativa de José Luis Rodríguez Zapatero. Arnaldo Otegi también analiza con precisión en qué momento se encuentra el proceso democrático en Euskal Herria.
¿Cuál es la valoración reposada que hace de la declaración del presidente español sobre el conflicto político y la apertura de un diálogo con ETA?
Como valoró públicamente el viernes la Mesa Nacional, nos encontramos ante una declaración de gran calado político, de gran significación política, en la medida en que, en primer lugar, constata la absoluta vigencia del método que planteó Batasuna en Anoeta, al abrir una vía de comunicación entre el Gobierno español y ETA y certificar la necesidad de buscar foros de acuerdo para el diálogo multipartito;y en segundo lugar, porque certifica la voluntad por parte del presidente del Gobierno de España de respetar lo que libremente decida la ciudadanía vasca. De forma resumida, esos dos ingredientes podrían hacernos entrever un escenario en el que, por un lado, el Gobierno del Estado español considera definitivamente que es la vía de la negociación en esos dos ámbitos la que puede llevar a un escenario de paz, democracia y justicia para todas las partes; y por otro, debería significar el cese definitivo de un intento de imponer un modelo pactado en la transición que fue rechazado por el pueblo vasco. Y eso abre un nuevo ciclo político.
En enero de 2005 ustedes enviaron una carta a Rodríguez Zapatero que terminaba así: «Señor presidente, es la hora de los estadistas, es hora de reconocer a la nación vasca su derecho a decidir, pactando ese proceso de decisión entre todos y todas, sin exclusiones y sin vulneración de derechos alguna». ¿La declaración del pasado jueves es una respuesta positiva a aquel emplazamiento?
Es una respuesta que hemos valorado como muy positiva, y no tenemos inconveniente en valorarla como una consideración política que abre la posibilidad de iniciar, con bases sólidas, un proceso de superación del conflicto político en nuestro país. Queremos resaltar que eso se debe fundamentalmente a que la lucha denodada y el trabajo institucional y de masas de la izquierda abertzale en los últimos treinta años han traído el escenario hasta aquí, y que ahora tenemos la gran oportunidad de construir un escenario diferente sustentado en lo que decida la ciudadanía de este país. Un escenario alcanzado por el trabajo de la izquierda abertzale pero que debe ser compartido por el conjunto de Euskal Herria y por el conjunto de su ciudadanía.
El viernes, Batasuna registró en el Palacio del Elíseo una carta de contenido similar dirigida al presidente de la República francesa. ¿Qué esperan de las autoridades francesas?
No se trata tanto de esperar cuál puede ser la actitud del Gobierno francés, sino de constatar que el proceso de solución al conflicto no concluirá hasta que se alcance un acuerdo satisfactorio con los dos estados en términos de respeto a la voluntad popular, independientemente de que pueda haber ritmos diferentes. Además, debe abandonar esa política totalmente irreal de intentar hacer creer que el problema político sólo afecta al Estado español y a los vascos de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa; el Gobierno francés sabe perfectamente que existen territorios vascos bajo administración de la República. Por tanto, su posición debería manifestarse de forma constructiva, sumándose a los esfuerzos por una solución democrática, y debería empezar por respetar la demanda mayoritaria que hay en Lapurdi, Baxe Nafarroa y Xuberoa de reconocimiento institucional para esos territorios.
¿Cómo han recibido las primeras reacciones internacionales al anuncio de Rodríguez Zapatero? El mismo jueves hubo mensajes del propio Jacques Chirac, Tony Blair, Durao Barroso...
Eso pone de manifiesto quehay una conciencia en Europa de que éste es un problema europeo. Pero, al mismo tiempo, todavía observamos que buena parte de esas reacciones se ciñen estrictamente a la búsqueda de una vía que supere el conflicto en términos armados y que busque un proceso de pacificación, cuando este proceso también exige una solución política. Nuestro emplazamiento es a que haya una implicación europea en la búsqueda de una solución democrática a los problemas del pueblo vasco.
¿Y qué expectativas tiene Batasuna ante el diálogo entre el Gobierno español y ETA?
Antes que nada hay que constatar que el Gobierno español ha entendido definitivamente que frente a la vía de la victoria policial o militar, que no ha sido alcanzada en ningún momento, es la hora de la negociación, lo que a nosotros nos alegra profundamente; en segundo lugar, lo que esperamos es que se alcance un acuerdo en los términos planteados en Anoeta. Porque, al final, de lo que estamos hablando es de un proceso integral de superación de un conflicto político; un proceso que tiene, y así ha sido ratificado, dos vías, dos mesas, protagonistas diferenciados y contenidos diferenciados. Lo que cabe esperar es que tanto en la mesa de los agentes de Euskal Herria como en la mesa ETA-Gobierno se alcance un acuerdo satisfactorio para todas las partes.
Desde el primer momento, algunos dirigentes políticos y analistas vascos han puesto reparos a la declaración. ¿Observa usted alguna ambigüedad preocupante en las palabras de Rodríguez Zapatero?
Nos parece cuanto menos curioso que haya sectores políticos y sindicales que pactaron hace treinta años un estatuto de autonomía para tres territorios que ahora consideren ambigua una declaración de un presidente del Gobierno español que no se ha dado nunca en la historia en esos términos de respetar lo que decida la ciudadanía vasca. Claro que el presidente del Gobierno de España ha añadido a esa reflexión la necesidad de respetar los cauces legales por los procedimientos legales. Lo que nosotros quisiéramos añadir a esa matización del presidente español es que, en cualquier caso, la legalidad y los cauces legales no deben ser entendidos como límite a la voluntad popular, sino como garantía efectiva de que la voluntad popular se pueda expresar libre y democráticamente, sin límites y sin injerencias.
¿Cómo se puede trasladar a la práctica ese reconocimiento del derecho a decidir de la ciudadanía vasca? ¿Tiene Batasuna alguna propuesta para encontrar la fórmula con la que se pueda alcanzar el consenso?
El gran eje del acuerdo político que hay que alcanzar es, precisamente, la búsqueda de esa fórmula de consenso en torno al derecho a decidir y el reconocimiento del carácter nacional de nuestro país. Evidentemente, nosotros tenemos una fórmula propia, pero lo que hay que buscar es una fórmula compartida por todos, que satisfaga a todos, a la pluralidad del país;en definitiva, que permita que todas las opciones políticas de Euskal Herria no sólo puedan defenderse, sino que también puedan materializarse si así lo demanda la mayoría popular expresada pacífica y democráticamente. Para nosotros, eso tiene un nombre, y es derecho de autodeterminación. El marco geográfico de la solución es el conjunto de Euskal Herria; la geografía humana es toda la ciudadanía vasca; y la geografía política de la solución se llama autodeterminación.
¿Creen que Rodríguez Zapatero va a cumplir su palabra? También hay quien recuerda el «cepillado» del proyecto de Estatut de Catalunya en las Cortes españolas.
Algunas veces hemos hecho una aproximación a lo que ha sucedido en Catalunya y lo que se plantea en Euskal Herria. Allí se ha producido, primero, un pronunciamiento del Parlament de Catalunya en clave de reforma estatutaria que, después, ha pasado un trámite por las Cortes Generales españolas en el que ha sufrido un deterioro importante. Pero es que el procedimiento de reforma estatutaria vigente es ése y los partidos políticos catalanes han aceptado ese método y, por tanto, han arriesgado el contenido de esa reforma en términos políticos, legales y jurídicos. En cualquier caso, para nosotros lo sustancial es entender que el cumplimiento o no de los acuerdos y las voluntades va a depender de la capacidad del pueblo vasco de seguir exigiendo que se dé una solución democrática al conflicto desde el reconocimiento nacional, el derecho de autodeterminación, el derecho a decidir. No hay que buscar las garantías ni en la habilidad que podamos tener quienes en un momento determinado estemos protagonizando esa negociación ni en las voluntades, incluso escritas, que pudieran alcanzarse entre las partes. Las garantías están en nuestro país, en nuestros ciudadanos, en nuestra militancia... en la capacidad que tengamos de articular un bloque popular que haga imposible que este proceso fracase. Eso es lo más importante y lo más urgente.
Uno de los puntos llamativos en el discurso del presidente español es la invitación a los agentes vascos, no sólo a los políticos, a buscar un pacto de convivencia.
Todo el mundo es consciente de que el acuerdo que se tiene que sustanciar en nuestro país va a exigir la apertura de un diálogo multilateral en el que los partidos políticos vamos a tener un protagonismo principal pero que, en nuestra opinión, tiene también que garantizar la participación de todos aquellos agentes populares, sindicales y sociales que quieran formar parte de la solución y que tengan cosas que aportar. El proyecto de construir un escenario pactado entre diferentes que respete la pluralidad de ideologías del país es una tarea lo suficientemente importante como para que no se planteen exclusiones de ningún tipo. Cuantos más agentes, cuantas más personas se sientan identificadas con la tarea de construir un escenario democrático, más consistente va a ser ese proceso, más garantías va a tener y más irreversible lo va a hacer.
El Gobierno español habla de igualdad de condiciones entre opciones políticas al mismo tiempo que insiste en la vigencia de la Ley de Partidos. ¿Esa pelota sigue estando en el tejado del Ejecutivo del PSOE?
Nos atreveríamos a hacer una consideración al hilo de lo declarado por el presidente del Gobierno español, cuando alude a la exigencia de que el diálogo democrático esté exento de cualquier tipo de violencia y coacción.Es evidente que hoy existe un nivel importante de violencia y coacción contra Batasuna y contra la izquierda abertzale. Por tanto, Rodríguez Zapatero debería ser coherente y empezar por respetar la actividad política de la izquierda abertzale.
Ese es el debate.
Visto el balance represivo de los últimos tres meses, ¿creen que la iniciativa del presidente español puede suponer un punto de inflexión en las agresiones a Euskal Herria?
No se puede abrir un nuevo ciclo en términos democráticos manteniendo un entramado que en su día se puso en marcha para evitar la solución. Todos aquellos instrumentos dirigidos a buscar la aniquilación de la izquierda abertzale y de Batasuna deberían desaparecer por pura lógica, porque estamos en la fase de negociación y acuerdo, no en la fase de confrontación; al menos eso es lo que queremos entender nosotros. Y respecto al Colectivo de Presos Políticos, se deberían dar las condiciones que permitan su participación, en una situación digna, en el proceso de superación del conflicto; el fin de la dispersión y de las políticas de excepción contra los presos tiene que ser algo a implementar en los próximos meses.
Patxi López ha adelantado qué le piensa decir a Batasuna en ese anunciado encuentro. ¿Puede adelantar qué le va a decir Batasuna al PSE?
Batasuna tiene una ventaja, y es que normalmente no dice cosas diferentes en las reuniones en privado de las que dice en público. Lo que haremos es trasladar nuestra visión de la situación política, plantearemos que la declaración del presidente español tiene un calado muy importante y que también valoramos muy positivamente el paso dado por el Partido Socialista Obrero Español de reunirse con nosotros. Al mismo tiempo, les plantearemos que ahora hay que alcanzar un acuerdo que permita poner en marcha un diálogo multilateral.
En los últimos tres meses prácticamente no ha pasado un día sin que la izquierda abertzale reclamara la puesta inmediata del diálogo resolutivo entre las formaciones políticas. ¿Se ha iniciado ya la «fase de negociaciones» para conformar ese foro o mesa de diálogo?
En su día dijimos que el diálogo político que estábamos manteniendo debía pasar de la fase del diálogo especulativo a la fase de negociación política. Y podemos adelantar que ya estamos en esa fase de negociación, en la que necesitamos alcanzar un primer objetivo, que es sentar bases sólidas para el inicio del diálogo multilateral. Exactamente, estamos en el inicio de esa fase de la negociación.
¿Cómo se puede garantizar que en ese foro estará representado el conjunto de Euskal Herria? El PSN no da señales de querer participar; en cambio, significativos electos de Ipar Euskal Herria hablan de implicarse en el proceso, aunque a Josu Jon Imaz le parezca irreal.
La pregunta que nos hacemos es: ¿quién se puede oponer a participar en el esfuerzo colectivo para construir un escenario de paz, justicia y democracia que podamos legar a las siguientes generaciones? Quien diga que no quiere participar tendrá que explicar las razones, y lo va a tener difícil. Estamos convencidos de que, al final, todo el mundo se sumará a esa tarea y, además, vamos a ser lo suficientemente inteligentes y responsables como para buscar un acuerdo para todos.
¿Qué papel pueden jugar los medios de comunicación en un proceso que, como ya se ha visto en los últimos tres meses, puede estar marcado por significativos altibajos?
Observamos con nitidez que, en general, los medios obedecen a intereses políticos y económicos muy concretos. Todo el mundo sabe ahora cuáles son los que se oponen frontalmente a este proceso, cuáles son los que favorecen que este proceso se consolide y quiénes están alineados con las posiciones del Gobierno español. Lo que pedimos a los medios es de sentido común: responsabilidad para no sabotear esta oportunidad política, para no intoxicar y mentir, y para no utilizar filtraciones interesadas para desviar los contenidos y la dirección que tiene este proceso. -
Gara, 2 de julio de 2006
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