La revista católica internacional de pensamiento y cultura, Communio, de nuevo en la calle y, también, en internet.
Quienes formamos parte de la Asociación Procommunio, e impulsamos esta nueva etapa de Communio junto con la editorial Encuentro, pensamos en la necesidad de que exista una publicación de pensamiento católico que pueda convertirse en una revista de referencia de alta divulgación en este campo, con una orientación diversa de la hasta ahora -casi exclusivamente- teológica y académica. Para ello deseamos, partiendo del enfoque actual, darle un nuevo impulso y, enriqueciendo su propuesta anterior, prestar un servicio renovado a la Iglesia y a la sociedad española.
Creemos que hay un espacio sin explotar en las publicaciones en nuestra lengua, el del pensamiento católico sosegado, sólido y de fondo -pero no sujeto a la disciplina cuasi perodística de la cita semanal o mensual con los lectores- ni tampoco a la formalidad académica. Por ello, apostamos por este proyecto, por una revista de referencia atenida a la circunstancia española e hispanohablante, que cubra la laguna cultural e intelectual de la publicación del tipo de la que ofrecemos en esta nueva etapa.
Los destinatarios potenciales, tal y como los vemos, comprenderían -entre otros-:
- Lectores no católicos que se sientan interpelados por el diálogo que la Iglesia puede establecer con el mundo.
- Lectores no católicos y católicos distanciados de la Iglesia, interesados en tener un conocimiento serio del pensamiento católico y eclesial.
- Lectores católicos deseosos de encontrar una publicación que se tome en serio el trabajo por "conciliar" la comunión eclesial hoy.
- Suscriptores antiguos.
- Suscripciones de bibliotecas de facultades de ciencias y letras civiles.
- Suscriptores y lectores universitarios.
- Suscripciones de parroquias pujantes con matrimonios jóvenes y grupos jóvenes de universitarios donde puede interesar tener disponible una publicación católica de referencia con un juicio de la actualidad.
- Suscriptores de familias que participen de movimientos eclesiales vivos.
- Lectores laicos con un interés incipiente en teología.
- Miembros y colectivos en general de instituciones religiosas, agrupaciones, asociaciones, centros de formación o espiritualidad, etecétera.
Para dar abasto a un público tan amplio creemos que sería suficiente con ser fieles al propósito inicial de Communio, añadiéndole algún enriquecimiento. Un esbozo del retrato podría ser el siguiente:
- Revista que se proponga se un espacio de diálogo con los no católicos, dando voz a autores con los cuales se confronte un juicio serio y católico, procurando no caer en el academicismo. Buscamos así establecer un diálogo "ad gentes" con el mundo de la reflexión y el pensamiento, así como con otras confesiones religiosas, otras inspiraciones éticas, u otras convicciones o creencias.
- Revista que afronte los problemas de falta de entendimiento y distanciamiento respecto de la fe de puertas adentro en la Iglesia. Que sea capaz de abordar el exigente problema de las cuestiones fronterizas con inteligencia y valor, siempre al servicio de la comunión y para dar también a los cristianos claves de reflexión para la tarea misionera.
- Revista fiel al Magisterio, que procure dar cabida a todas las líneas de opinión, escuelas, corrientes, movimientos, sensibilidades, etcétera, mientras quepan en el ancho marco del Evangelio.
- Revista que incluya algunos artículos más propiamente teológicos, accesibles para personas interesadas en la temática, siendo -no obstante- muy interdisciplinar. Aspiramos, así mismo a que la edición española se convierta en una pieza más de la gran red de revistas de Communio, capaz de aprovechar sus riquezas y enriquecerla simultáneamente.
- Revista capaz de mantener un seguimiento de la actualidad desde la reflexión serena, con la mayor apertura posible. Como católicos, “nada de lo humano nos es ajeno” y, partiendo de su corazón teológico, la revista debe apostar decididamente por los grandes debates de la cultura contemporánea.
En el inicio de esta nueva andadura de la revista Communio es preciso volver la vista atrás y tener muy presente el espíritu que presidió su fundación, allá por los años del posconcilio. Esta actitud respetuosa con los orígenes es la única razonable, habida cuenta de que no se trata de fundar una revista nueva -en cuyo caso habría que comenzar por buscarle otro nombre-, sino de dar continuidad a una realidad ya existente.
Lo que se acaba de decir no está reñido con el hecho de que, en este nuevo período de su historia, la revista haya de acomodarse a las circunstancias presentes y reorientarse en su planteamiento cuanto sea necesario para cumplir con mayor eficacia su función.
- En esta nueva etapa, la revista Communio se concibe como una Revista de pensamiento y cultura en sentido amplio. Se trata de ofrecer una nueva tribuna al pensamiento católico, en la que éste pueda expresarse con el detenimiento y el rigor que suelen echarse en falta en muchos medios de comunicación españoles. La revista estará atenta a la realidad eclesial y social española, así como a la hispanohablante, a fin de ofrecer análisis iluminadores, desde la perspectiva cristiana, sobre cuestiones que preocupan -o deberían preocupar- a la opinión pública.
- Apenas hace falta decir que la teología tendrá un peso importante dentro de la revista, que no en vano fue fundada por un grupo de teólogos. Más aún, parece imprescindible que la teología esté presente en todos los números de esta publicación. Pero no por ello será una revista teológica únicamente. Su campo de intereses es, como queda dicho, más amplio. De este modo espera llegar a un público más numeroso y cumplir mejor su función como instrumento de diálogo entre la fe y la cultura, ya que concebimos la cultura como un "lugar teológico" en toda su plenitud.
- Se recordará que el alma del grupo de teólogos que fundó la revista fueron Balthasar, Ratzinger y de Lubac, etcétera con quienes tenemos una inmensa deuda de gratitud. Por eso las páginas de Communio estarán siempre disponibles para quienes hoy hacen teología -y no sólo teología- inspirados en la obra de estos autores. En este sentido, sería bueno que la revista trabara lazos de colaboración con instituciones dedicadas a difundir y prolongar la obra de los mismos. Pero, el mejor homenaje que cabe hacer a la memoria de estos teólogos es conservar la inspiración inicial de la revista, que nunca fue una revista sobre sus fundadores, sino un lugar de encuentro entre diferentes orientaciones intelectuales dentro de la Iglesia. Eso sí, se hará un seguimiento cercano del pensamiento y pontificado de Benedicto XVI, por razones obvias, al ser en la actualidad el sucesor de Pedro.
- Conviene precisar el "género" en el que se escribirán las contribuciones a la revista. Debido a que queremos llegar a un público amplio, los artículos no incurrirán en un excesivo tecnicismo. No se tratará de trabajos especializados, repletos de referencias bibliográficas y escritos en un lenguaje para iniciados. Han de ser accesibles a una persona de cultura media, sin por ello incurrir en una simplificación o trivialización de los puntos de vista expuestos. Alcanzar ese punto de equilibrio entre el rigor y la accesibilidad es difícil, qué duda cabe. Pero esto justamente es lo que pretendemos pedir a nuestros autores.
- Se mencionó más arriba que Communio ha de ser un lugar de encuentro de las distintas sensibilidades católicas. Convendrá insistir en este extremo. La revista no estará adscrita a ninguna corriente o movimiento eclesial en particular, sino que estará cordialmente abierta a todos. De este modo, pretende contribuir en la medida de sus fuerzas a la importantísima tarea del fomento de la fraternidad intraeclesial. Por eso parece conveniente que no esté vinculada o subordinada a ninguna institución en especial. Cualquier vinculación suscitaría recelos y allanaría el camino de quienes, aun antes de escuchar al prójimo, proceden a encasillarlo.
- Debe quedar claro que si bien la revista será siempre respetuosa con los distintos puntos de vista, no siempre podrá aceptarlos todos. Al menos en lo que se refiere a lo que se presente por autores católicos como la fe la Iglesia no siéndolo. Precisamente porque se trata de una revista católica, la consonancia con el magisterio de la Iglesia será un criterio siempre aplicado a la hora de aceptar o rechazar artículos. Esto no quiere decir que no se puedan expresar libremente opiniones sobre temas aúna debate o procedentes de personas ajenas al carolicismo.
- Los párrafos precedentes no pretender retratar exhaustivamente la nueva etapa de la revista Communio. Pero quizá sean suficientes para justificar la siguiente afirmación: que en el mundo editorial español no existe hoy en día una revista de estas características. A menudo deploramos el escaso nivel argumentativo de los debates que se registran en la opinión pública española, pero con lamentarse nada se gana. Es preciso que el pensamiento católico español tenga órganos de expresión propios en los que pronunciarse sobre esos debates -y, más en general, sobre cualesquiera cuestiones o eventos de tipo cultural-. Si lo hacemos, es razonable pensar que podamos ganar la adhesión de un sector del público lector que echa de menos propuestas de esta naturaleza.
El Director
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