¿Es judeófobo Mel Gibson pero no Ahmadinejad?
La diatriba de "los judíos provocan todas las guerras" del actor Mel Gibson tras ser detenido conduciendo borracho llevó a una condena tajante de costa a costa. Un arrepentido Mel Gibson se disculpó –dos veces–, entró en rehabilitación y solicitó hablar con destacadas figuras judías para trazar "un camino de reconciliación". Pero el pasado domingo, un alucinado Mel Gibson probablemente apagó su televisión, gritando, "¿Dónde estaba Mike Wallace cuando lo necesité?"
Ya ve, Wallace acababa de emitir en 60 Minutos, programa de la CBS, su entrevista con el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, un antisemita y revisionista del Holocausto completamente convencido y abierto.
Ahmadinejad, en el congreso de octubre del 2005 "Un mundo sin sionismo", dijo que "el estado sionista-judío que ocupa Jerusalén debe ser borrado del mapa". Después de que algunos indicaran que Ahmadinejad no habría utilizado en su idioma una expresión que pudiera traducirse directamente como "borrado del mapa", algunos especialistas en persa traducían la frase como "Este régimen que está ocupando Jerusalén tiene que ser eliminado de las páginas de la historia".
Y, por cierto, acerca de Estados Unidos Ahmadinejad dijo que "con la voluntad de Alá, con la fuerza de Alá detrás de ello, pronto experimentaremos un mundo sin Estados Unidos y sin sionismo". En otra ocasión, Ahmadinejad dijo que "ellos [los europeos] han inventado el mito de que los judíos fueron masacrados... Si ustedes quemaron a los judíos, ¿por qué no les dan un trozo de Europa, de Estados Unidos o de Alaska o de Canadá para Israel?... Si usted ha cometido este enorme crimen, ¿por qué debe pagar la inocente nación de Palestina?" Apenas hace unos días, por si no quedaba claro, antes del "alto el fuego" Israel-Hezbolá, Ahmadinejad dijo que "la principal solución es la erradicación del régimen sionista".
Por tanto, cuando el combativo Wallace se sentó con Ahmadinejad, uno esperaba que el resultado fuera inflamable. Pero no. Porque, como Wallace comentó más tarde, descubrió en Ahmadinejad "un tipo impresionante", "atractivo", "inteligentísimo", "comprensivo" y "racional". Wallace, el intrépido reportero, aparentemente subyugado por lo que percibía como el encanto, el genio y la figura de Ahmadinejad, rehusaba llamar antisemita al presidente.
He aquí a Wallace, después de la entrevista de Ahmadinejad pero antes de emitirla, en el programa radiofónico de Sean Hannity.
Hannity: ¿De modo que no crees que sea antisemita?
Wallace: Él personalmente... –por antisemita, ¿entendemos judeófobo?– ¿Judeófobo?... No, no lo creo.
¿Y qué hay de la afirmación de Ahmadinejad de que "si" tuvo lugar el Holocausto, tuvo lugar en Europa, de modo que por qué debe sufrir Palestina?
Wallace: Él dijo "borrar del mapa" y, por supuesto, le pregunté una y otra vez por eso. Lo que él dice, en la práctica, es que "es perfectamente sensato si ha habido un Holocausto –y traguémonos que lo hubo– ¿dónde tuvo lugar? ¿Tuvo lugar en un vecindario árabe? ¿Tuvo lugar en Jerusalén? No. Tuvo lugar en Alemania. Entonces me parece, bajo esas circunstancias, coja Israel, la entidad sionista, la llama, múdela Alemania. Múdela a Europa, ahí es donde ocurrió. Múdela a Estados Unidos".
Hannity: ¿Y eso te parece un argumento legítimo?
Wallace: Es un argumento.
¿Es un argumento? En ese "argumento" no caben los más de 3.000 años de conexión judía con el antiguo Israel, o los judíos que emigraron y compraron legalmente tierra bajo el Imperio Otomano, bajo el Mandato Británico o comprando tierra a árabes en la zona mucho antes de la partición de Palestina en dos estados, judío y árabe, ordenada por Naciones Unidas. O que los pogromos contra los judíos tenían lugar tanto en países europeos como en árabes antes del nacimiento del moderno estado de Israel.
¿Es Wallace blando con el antisemitismo? Hace años, Wallace organizó una cena a la que acudieron él mismo, el director ejecutivo de Seagram Edgar Bronfman y el incendiario reverendo antisemita que dijo que "el judaísmo es una religión de alcantarilla" Louis Farrakhan, además de sus respectivas esposas. Wallace, según el Wall Street Journal, quería llegar a Farrakhan, "con el fin de ir tomando pasos en pos de un entendimiento entre negros y judíos. La cena fue según todos los relatos cálida y cordial. Para el momento de la despedida se había acordado que el nieto de Farrakhan y alguien del bando de Bronfman explorasen la posible apertura de un hotel en Washington operado por negros y financiado en parte con dinero de Bronfman". Pero unos cuantos días después de la reunión, Farrakhan reanudaba su ataque público contra los judíos, y el acuerdo se fue al traste.
Pero si bien Wallace es blando con el antisemitismo, es incondicionalmente duro con el ejército americano. Wallace y Peter Jennings, de la ABC, en 1987, aparecieron en un panel de debate de la PBS. El moderador ofreció una situación hipotética. Está cubriendo una guerra, y descubre planes del enemigo para atacar soldados americanos. ¿Avisa a los americanos? Un enfático Wallace dijo que "no, usted no tiene el deber último [como ciudadano americano]... No, no. Usted es un periodista..." Jennings acabó finalmente dando la razón a Wallace.
Un furioso co-panelista, coronel de los Marines, les espetó: "Siento un profundo desprecio. Dos días más tarde estarán los dos caminando por la colina, a 200 yardas, y caerán en una emboscada. Y estarán heridos de muerte. Y esperarán que envíe Marines a rescatarlos. Son sólo periodistas, no americanos... Pero lo haré. Y eso es lo que me hace despreciarles tanto. Y algunos Marines morirán, yendo a salvar a un par de periodistas".
Con el debido respeto, Wallace, estás en el minuto 61. Es la hora.
Larry Elder
Libertad Digital, 23 de agosto de 2006
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