Entrevista a Joseba Permach, mahaikide de Batasuna. «Estamos trabajando para superar la actual situación de bloqueo». «La solución pasa por desatar los nudos de la autodeterminación y de la territorialidad»
«Las próximas semanas serán claves para saber si entre todos somos capaces de dar con las bases mínimas para iniciar el diálogo político». Así lo asegura Joseba Permach, mahaikide de Batasuna, en una entrevista concedida a GARA en la que subraya que «la izquierda abertzale tiene el compromiso firme de superar la actual situación de bloqueo». Sitúa en esta clave el impulso movilizador dado a la demanda de autodeterminación, que se hará patente hoy en cinco capitales.
Antes de analizar lo acontecido en los seis meses cumplidos desde el inicio del alto el fuego de ETA, Joseba Permach quiere detenerse en recordar que esa iniciativa «se sustenta, por una parte, en las condiciones políticas que se han creado en Euskal Herria después de la presentación por parte de Batasuna de la propuesta de Anoeta, y, por otra, en un periodo largo de diálogo entre las distintas formaciones políticas». Después, a la hora de hacer balance, señala la existencia de aspectos positivos y negativos, «pero desgraciadamente concluye tenemos que destacar los negativos».
¿Cuáles son los positivos?
Se ha visto que en estos seis meses ha habido un apoyo al proceso por parte de la ciudadanía vasca, por ejemplo en las movilizaciones para reclamar que Euskal Herria tiene la palabra y la decisión. La comunidad internacional ha introducido el conflicto vasco en su agenda. Y también es importante destacar la declaración del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, diciendo que iba a respetar lo que los ciudadanos y ciudadanas vascas decidieran sobre su futuro. Una declaración que no ha tenido reflejo en la práctica.
Dijo que podrían decidir «respetando las normas y procedimientos legales»...
Lo importante es respetar la palabra y las decisiones de los ciudadanos vascos y, obviamente, esa palabra y esa decisión tienen que tener un acomodo legal definitivo. Porque lo que este país necesita es un marco jurídico-político nuevo donde sea respetada, precisamente, esa palabra y esa decisión.
¿Y los aspectos negativos?
El principal y el que caracteriza la situación de crisis y bloqueo de estos momentos es que el Partido Socialista y el Gobierno español, y también el PNV, no han estado a la altura de las circunstancias y no han respondido con responsabilidad a la oportunidad abierta hace seis meses. Es más que evidente que en estos seis meses el Gobierno español no ha desactivado su apuesta represiva, con lo que la actividad policial y de la Audiencia Nacional han condicionado permanentemente el proceso. En segundo lugar, el Partido Socialista y el PNV han intentado, y en cierta medida conseguido, retrasar permanentemente el debate político, cuando todo el mundo sabe que la solución pasa por el acuerdo político. Y, en tercer lugar, el Partido Socialista, con la ayuda del PNV, está intentando trasladar unos objetivos diferentes a los que tiene este proceso, dando a entender que es un proceso de paz por presos, en el que la izquierda abertzale se rinde y se acomoda a una pseudodemocracia. Nosotros entendemos que este país hace tiempo que decidió que la solución pasa por desatar los nudos de la autodeterminación y la territorialidad.
Pero, ¿todo esto no estaba ya hablado antes del alto el fuego en esas conversaciones a las que hacía referencia antes?
A estas alturas ya todo el mundo es consciente de que antes del alto el fuego había muchas cosas habladas e incluso decisiones comprometidas. En todo caso, lo que se puede constatar en estos meses es que el Gobierno español y el PSOE no han respetado algunas «reglas de oro», que da igual que se hayan hablado y acordado anteriormente o no, pero que se han cumplido en todos los procesos exitosos que ha habido a lo largo y ancho del mundo. Cuando hablo de «reglas de oro» hablo de respeto al adversario, de respeto a nuestra actividad política y a la del conjunto de las formaciones de la izquierda abertzale, de respeto a los derechos de los presos, y una apuesta por la distensión. Esos incumplimientos han llevado al proceso a la actual situación de bloqueo.
Hace unas semanas Batasuna propuso la búsqueda de un preacuerdo sobre la mesa de partidos como fórmula para desatascar el conflicto. ¿Cómo va esa iniciativa?
Hay una gran batalla entre las diferentes formaciones de este país y entre este país y el Gobierno español sobre a qué tiene que responder este proceso. Nosotros planteamos que el proceso tiene que desatar los nudos que generan el conflicto. En ese sentido hemos tomado algunas iniciativas y una de ellas era el intentar acordar unas bases mínimas para poner en marcha una mesa de soluciones, que todos tuviéramos claro que nos vamos a sentar en una mesa para hablar del problema político, para hablar de las raíces del conflicto y para ser capaces de desatar conjuntamente esos nudos. Eso es lo que en estos momentos estamos tratando de hacer con el resto de formaciones políticas, y eso es también lo que queremos hacer en la calle reivindicando el derecho de autodeterminación.
¿Hay compromisos entre los partidos en esa dirección?
Nosotros lo que podemos resaltar es el compromiso firme de la izquierda abertzale de superar la actual situación de bloqueo. Estamos trabajando para ello. Hemos planteado al resto de formaciones políticas el deseo de acordar cuanto antes esas bases que puedan poner en marcha la mesa de partidos y que esa mesa sirva para desatar los nudos que han generado este conflicto. Las próximas semanas van a ser claves para saber si entre todos somos capaces de llegar a unas bases mínimas que garanticen que este proceso sale de la situación actual, para encarrilarse e iniciar el debate político para desatar los nudos del derecho de autodeterminación y de la territorialidad, y apostar definitivamente por una solución justa y duradera.
Durante el mes de junio se vivió también una situación de crisis con el llamamiento de ocho mahakides a la Audiencia Nacional, hubo una declaración de Patxi López, después una reunión oficial entre el PSE y Batasuna, y a los pocos días volvió a darse otra crisis. ¿Qué ocurrió?
En aquellos días pasaron dos cosas muy claras. Dentro de la discreción necesaria para no hacer los debates en los medios de comunicación, sí tenemos que decir que en aquellas fechas el Partido Socialista puso como condición sine qua non y, por lo tanto, intentó chantajear a la izquierda abertzale, con el tema de la legalización y el cumplimiento de la Ley de Partidos. En segundo lugar, después de la reunión pública, el Partido Socialista hizo un intento claro de retrasar el proceso sine die. Y eso es lo que ha generado, entre otras cosas, que este verano las cosas se hayan retrasado. Todo el mundo entendía que las formaciones políticas teníamos que llegar al otoño con los deberes hechos, y nosotros tenemos que denunciar que no ha habido voluntad por parte del Partido Socialista, y en menor medida del PNV, de hacer esos deberes durante el verano.
¿No quieren ustedes legalizar su situación?
Nosotros somos los primeros que queremos que sean respetados nuestros derechos civiles y políticos. Pero lo que queremos subrayar es que el debate de la legalización se ha puesto y se sigue poniendo como un mecanismo para desfigurar los objetivos del proceso y para retrasar el debate político. En todo caso, queremos resaltar que Batasuna y la izquierda abertzale tienen que tener los mismos derechos que el resto de formaciones políticas para afrontar un proceso de diálogo y negociación, y obviamente, después, para afrontar los procesos electorales que vengan.
Se ha publicado que en asambleas celebradas en julio las bases de Batasuna forzaron a la dirección a endurecer posiciones en torno a la legalización...
Esas asambleas no han existido y cualquier militante de nuestra formación lo puede corroborar. Hicimos asambleas después del anuncio del alto el fuego por parte de ETA, para definir los objetivos de este proceso. Y en estos momentos, seis meses después, estamos haciendo y compartiendo un balance con nuestra bases social, marcando unas líneas de actuación a corto plazo para sacar el proceso de la actual situación de bloqueo, y estamos definiendo también la planificación anual que toda formación política hace al inicio del curso.
Ahora también se ponen en el centro del debate, como impedimento para que el proceso avance, las acciones de «kale borroka»...
Si el proceso no avanza no es por la presencia de kale borroka. Durante los primeros meses tras la declaración del alto el fuego no había el nivel de kale borroka que hay en estos momentos y el proceso no avanzó en los términos que este país estaba reclamando. Si a cualquier ciudadano se le hubiera preguntado hace ocho meses cuáles eran los pasos siguientes a la declaración de un alto el fuego, todo el mundo hubiera respondido que el primero es crear una mesa de partidos para hablar de los temas políticos; el segundo, traer los presos a Euskal Herria; y el tercero, que sea respetada la actividad política de la izquierda abertzale. En las encuestas se ve que ésa es una reclamación de una mayoría amplísima de este país. Y no sólo no se han dado esos pasos, sino todo lo contrario. El Estado español y el Estado francés han seguido manteniendo su apuesta represiva, se alargan las condenas de los presos, ahí está la situación de Iñaki de Juana, y han sido constantes los ataques a la actividad política de la izquierda abertzale. Probablemente sean todas esas agresiones las que han generado el caldo de cultivo para que ahora se esté dando una respuesta. Hay una respuesta en parámetros de kale borroka, pero también de movilización ciudadana. Pero, repito, se están utilizando excusas para retrasar el debate político. Primero se dijo que tenía que haber un alto el fuego, luego se intentó utilizar el chantaje de la legalización, ahora se hace con la kale borroka y después no sabemos con qué. Lo que nosotros decimos es que se han acabado las excusas, han pasado seis meses y ha llegado el momento de iniciar el proceso de diálogo y negociación.
Ha llamado la atención la aparición de militantes de ETA el pasado sábado en Aritxulegi y el mensaje que lanzaron. ¿Qué valoración hacen?
No nos corresponde a nosotros, sino en todo caso a ETA, dar explicaciones sobre sus acciones y sus discursos. Entendemos que es un discurso en clave estratégica en el que ETA reitera sus objetivos políticos finales, que son la independencia y el socialismo.
Se ha especulado mucho con el sentido de esa aparición, sobre si rompe algo o si las cosas siguen como antes del acto...
Insisto en que pensamos que esas declaraciones están hechas en parámetros estratégicos. La lectura que está haciendo el conjunto de le izquierda abertzale del momento actual es que el proceso está en una situación de crisis y de bloqueo que hay que superar haciendo definitivamente una apuesta seria y responsable, con decisiones concretas y nítidas en dos direcciones: poner en marcha el diálogo político para acordar entre todos un marco jurídico y político que respete la palabra y la decisión de este pueblo, y, en segundo lugar, desactivar los mecanismos judiciales, policiales y represivos que durante décadas se han empleado para tratar de acabar con la izquierda abertzale, algo que no han conseguido ni van a conseguir.
El pasado 13 de setiembre Batasuna señaló que el Parlamento Europeo podía ayudar a desatascar la situación de bloqueo y anunció un próximo pleno, que ahora ya tiene fecha...
Antes que nada, pese a lo que dice Mayor Oreja, no fuimos nosotros quienes anunciamos ese pleno. Antes lo hicieron los europarlamentarios del Friend- ship, que trabajan para apoyar el proceso y cuya labor ha contribuido a que por primera vez se aborde en un pleno del Parlamento europeo la situación de Euskal Herria y del conflicto político. El PSOE intentará probablemente que se desarrolle en parámetros técnicos, de negociación entre ETA y el Gobierno, y nosotros queremos hacer llegar a los europarlamentarios y a la comunidad internacional que la resolución del conflicto vasco pasa por un acuerdo político y por el reconocimiento del derecho de autodeterminación.
En estos momentos hay también una situación humana preocupante. Varios presos que tenían que salir de prisión han visto alargada su condena y ahí está el caso de Iñaki de Juana, que lleva ya 55 días en huelga de hambre. ¿Cuál es la salida?
Sacar a la calle a los presos que están enfermos, a aquellos que ya han cumplido condena y se les ha aplicado la «doctrina Parot» para mantenerlos encarcelados, y a Iñaki de Juana, quien por hacer públicos dos artículos de opinión tiene una petición fiscal de 96 años de cárcel. Esos y otros son los pasos que el Gobierno español podía haber empezado a dar hace meses. El resto del Colectivo tendría que ser trasladado a Euskal Herria cuanto antes para poder participar en este proceso. Y al final de este proceso, todos los presos deberán salir a la calle, como ha ocurrido en la resolución de otros conflictos en todo el mundo. -
Gara, 30 de septiembre de 2006
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