Sadam Husein y dos colaboradores condenados a muerte en la horca por crímenes contra la humanidad
Al ser condenado, Sadam, con un Corán en la mano, gritó dos veces: "Alahu Akbar" ("Alá es grande).
Nada más entrar en la sala del tribunal, acompañado por la policía, Sadam se sentó y el juez le pidió que se pusiera de pie, a lo que éste se negó aduciendo que quería "escuchar la sentencia sentado".
El juez, Rauf Abderrahmán, tuvo que pedir a la policía que lo obligaran a incorporarse para escuchar la sentencia.
Además de Sadam, el magistrado dictó pena de muerte contra el hermanastro de aquél, Barzan al Tikriti, y contra Awad Hamad al Bandar, jefe del tribunal revolucionario que en 1982 condenó a muerte a 148 chiíes por haber participado en un atentado fallido contra Sadam.
El otro preboste del régimen que era juzgado, Taha Yasín Ramadán (vicepresidente de la república), ha sido condenado a cadena perpetua.
Taha Yasín Ramadán recibió la condena de prisión a perpetuidad por "participar en el asesinato de 148 chiíes", y el tribunal sumó además a esta sentencia otras dos inculpatorias: una de diez años por "crímenes contra la humanidad" y otra de siete por "requisar terrenos agrícolas y otras propiedades".
Otros tres acusados -Ali Dayeh, Abdallah Kadum Ruweied y su hijo Nezhar Kadum, todos ellos altos dirigentes del partido Baaz en el momento de los hechos juzgados (1982)- han sido condenados a 22 años de cárcel por dos delitos distintos de "asesinato de 148 personas" y por "ayudar a conocer el paradero de las 148 personas".
Solo uno de los acusados, Mohamed al Azawi, ha sido declarado inocente y el tribunal ordenó su puesta en libertad.
Estrella Digital, 5 de noviembre de 2006
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