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Jáuregui replica a Patxi López que "a Euskadi no le falta ningún derecho de decisión sino un gran pacto de claridad"

Jáuregui replica a Patxi López que "a Euskadi no le falta ningún derecho de decisión sino un gran pacto de claridad" El ex secretario general del PSE advierte sobre el incumplimiento de dos condiciones fijadas por el Gobierno para negociar con ETA. Ramón Jáuregui constata la continuidad de la violencia terrorista y la nula disposición de Batasuna-ETA a acatar la Ley. Sin estos requisitos, opina en declaraciones a El Diario Vasco, no debería haber "proceso de paz". Jáuregui, diputado en el Congreso, recomienda al Gobierno "una verificación más serena y más actual de los movimientos internos y operativos de la banda". Sobre las condiciones políticas de los terroristas –reiteradas en el último comunicado–, el ex vice-lehendakari opina, en contra del criterio de Patxi López y la actual dirección del PSE –partidarios de una autodeterminación según modelos como Québec o Montenegro–, que "a Euskadi no le falta ningún derecho de decisión sino un gran pacto de claridad".

Ramón Jáuregui propone al Gobierno que mantenga "cierta firmeza" ante la violencia sostenida por ETA y ante la resistencia de Batasuna-ETA a acatar la Ley de Partidos. "Hay una necesidad de dejar claro que con violencia no hay proceso, que cualquier signo que manifieste una no voluntad de abandono de la violencia no puede ser tolerada en el proceso. Y en el afloramiento a la legalidad de Batasuna también tenemos que reiterar nuestra firmeza", sostiene Jáuregui, que subraya su "apuesta firme y decidida en el proceso de fin de violencia" emprendido por José Luis Rodríguez Zapatero y los etarras.

 

El ex secretario general del PSE, hoy ponente de la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados, matiza que su recomendación de firmeza no significa que el Gobierno no la esté aplicando. "Yo no estoy en el proceso", explica, "simplemente me permito señalar que en estos dos temas –cese de toda violencia y acatamiento de la Ley por Batasuna-ETA– las reglas que estableció el Gobierno deben cumplirse".

 

A su juicio, "estamos en el camino del incumplimiento de una condición previa que se estableció que es la ausencia de violencia y los signos inequívocos de abandono de la misma. En mi opinión", recomienda Jáuregui, "eso reclama del Gobierno una verificación más serena y más actual de los movimientos internos y operativos de la banda para cerciorarnos que el abandono de la violencia es irreversible".

 

Jáuregui rechaza la idea de que el Gobierno esté haciendo concesiones políticas. Ni siquiera acepta que se esté hablando de política con ETA y con Batasuna-ETA. "No acepto que esté habiendo un diálogo político, y mucho menos un diálogo político resolutivo". Al igual que Patxi López el pasado 29 de octubre, Jáuregui asume que las reuniones extraparlamentarias entre su partido y la ilegal Batasuna-ETA siguen celebrándose. "Las conversaciones entre partidos lo son condicionadas a que esas otras dos exigencias –abandono definitivo de la violencia y legalidad– se cumplan", indica.

 

"Un pacto de claridad"

 

Sobre las condiciones políticas que ETA pone una y otra vez sobre la mesa –autodeterminación, anexión de Navarra y departamentos franceses, desactivación del Estado ante la ilegalidad de Batasuna-ETA– , Jáuregui sólo contempla una mejora del Estatuto, pero no el derecho de autodeterminación que ya defienden hasta los dirigentes actuales del PSE, como se constató en la última sesión del Parlamento Vasco, en la que Patxi López invocó el derecho a decidir de los vascos sobre la base del modelo de Montenegro. El propio Rodríguez Zapatero se comprometió a respetar lo que decidan los vascos en su declaración informal del 29 de junio en un rincón de los pasillos del Congreso.

 

"No es un derecho a decidir lo que le falta al País Vasco sino claridad política en sus reglas. Y esa claridad, en el caso de la izquierda abertzale pasa obviamente porque pueda ejercer su representación política sin restricción ninguna y eso lo tendrán cuando se produzca el abandono de la violencia y acepten las reglas que tenemos los demás".

 

No obstante, y a pesar de que reconoce que, personalmente, no contempla el derecho de autodeterminación, sí acepta que el proyecto político de Batasuna-ETA "debe ser posible y también realizable", si bien lo condiciona a que, previamente, los proetarras acaten el marco constitucional y, en segundo lugar, a que defiendan y realicen sus objetivos políticos en el ejercicio cotidiano de una "democracia dinámica", y no en una única consulta o referéndum de autodeterminación.

 

Libertad Digital, 5 de noviembre de 2006

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