Zapatero y Rajoy se reunirán para hablar de ETA. ¿En serio o para buscar una foto?
Y mientras el Presidente Zapatero intentaba convencer al mundo-mundial de las bonanzas de la Alianza de las Civilizaciones y proponía que Sevilla fuese la sede permanente, cosa que significa jugar con ventaja porque en cuanto se confirme que la sede será en la capital andaluza se apuntarán uno tras otros, desde Moncloa anunciaban una reunión para el próximo viernes entre el Presidente del Gobierno y el líder de la oposición. Al parecer, para justificarla, el Presidente se ha sacado de la manga que cada seis meses él se ha propuesto reunirse con el jefe de la oposición.
Pero en la reunión no van a hablar de la Alianza de las Civilizaciones. Ni de Air Madrid. Ni de la reforma constitucional. En ella van a hablar de ETA. De la crisis actual que sufre el proceso negociador con la banda y de sus únicas salidas. Del estancamiento, de la ruptura y de la posibilidad real de empezar a hablar con los terroristas.
En cualquier caso, la reunión está marcada por un gran escepticismo por parte de Rajoy y por del 50% de la sociedad española. Zapatero ha engañado ya muchas veces a Rajoy y, por ende, a la mitad de los españoles, y eso hace que este Presidente no sea de fiar.
Primero le engañó cuando acordaron crear una comisión de alto nivel sobre las reformas autonómicas, tras el asalto al Estado del Plan Ibarreche, comisión que nunca se llegó a reunir. Después le engaño con motivo de la negociación con ETA porque Zapatero le pidió a Rajoy que no sacara el tema de la negociación en el debate sobre el estado de la nación mientras Pachi López anunciaba un encuentro sorpresa entre el PSE y Batasuna, que provocó la ruptura definitiva entre ambos partidos. Más tarde, le volvió a engañar cuando Zapatero incumplió su promesa de reunir el Pacto Antiterrorista antes de hacer aquella declaración en un pasillo del Congreso, en la que anunciaba el inicio del dialogo con ETA.
A Rajoy no le queda más remedio que ir. Negarse sería contraproducente. La opinión pública le echaría en cara no haber intentado siquiera escuchar al Presidente del Gobierno en un tema tan sensible y complicado y eso le terminaría pasando factura en las urnas.
Pero hay muchas posibilidades de que le vuelva a engañar o de que le vuelva a tender una nueva trampa pidiéndole abiertamente su apoyo al proceso para ganar tiempo, algo que Zapatero sabe hacer como nadie. Y de esa trampa Rajoy tendrá difícil salir después de la postura tomada por su partido desde el verano. Si dice que sí, se enfrentará a una gran parte de su electorado. Si se niega, será peor aún. Habrá negado su apoyo a una causa “justa” y se enfrentará con una gran parte de la sociedad española.
El viernes sabremos la respuesta, pero lo único que está claro es que esta reunión solamente beneficia a Zapatero.
La foto de entrada le dará aire.
Luego hará, como siempre, lo que le dé la gana. Aunque esa gana vaya contra el 50% de la sociedad española.
Editorial de diario Liberal, 19 de diciembre de 2006
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