Jaime Ignacio del Burgo sacó de sus casillas a Uxue Barkos
El PSOE y los partidos minoritarios tumbaron en el Congreso de los Diputados la iniciativa del PP de mantener a la Comunidad Foral al margen de la negociación con ETA.
La "pifia" del diputado de UPN-PP Jaime Ignacio del Burgo la semana pasada -cuando su ausencia en el hemiciclo impidió el debate entonces de esta moción- la aprovecharon los enemigos externos e internos para criticar al veterano político navarro. El PSOE y los nacionalistas mantienen los calificativos, pero tras escuchar su discurso del martes en el Congreso de los Diputados, el ambiente en la sede de UPN es completamente distinto. Del Burgo tomó las riendas del debate asumiendo el lenguaje que marca el presidente del gobierno foral, Miguel Sanz: llamó a las cosas por su nombre, se negó a convertir a los navarros en la "moneda de cambio" y anunció que, vote lo que vote el Congreso, Navarra no piensa rendirse.
La iniciativa presentada por los populares era, sobre el papel, de mínimos: solicitaba primero que se excluyera a la Comunidad foral de las negociaciones con la banda terrorista ETA; en segundo lugar que se rechazar la constitución de una "mesa de partidos" que pudiera modificar marcos jurídicos. Sin embargo el discurso de Del Burgo fue más allá y puso entre la espada y la pared a los socialistas cuando aludió a las posiciones de Batasuna, que advierte que sin Navarra el proceso es "inviable". Pero es que en la proposición no de ley que defendía Del Burgo se planteaba también la necesidad de evitar que Batasuna pudiera presentarse a las elecciones.
Y dio en uno de los lugares que más duelen, ya que buena parte de la bancada no conoce la presión del nacionalismo vasco en Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca; en concretó acusó al presidente del Ejecutivo nacional, José Luis Rodríguez Zapatero, de ingenuo o ignorante por pretender garantizar la convivencia "con quienes odian todo lo español".
Entre los socialistas el "marrón" de defender al Gobierno le tocó a Juan Moscoso, un debate difícil pero que venía acompañado de algo que sí motiva al socialista: la presencia política. Acusó una vez más de "innecesario y oportuno" al diputado de UPN. Su argumento central: el interés del PP de "meter miedo" antes de las próximas elecciones en Navarra.
En realidad, tal y como ocurre en el Parlamento foral, quien lideró la oposición al PP fue Nafarroa Bai. Su diputada Uxue Barkos defendió el derecho de los nacionalistas a defender sus tesis y calificó la actuación de Del Burgo de "patética y desvergonzada". Prueba de ello fue el rifirrafe final en el que Barcos provocó incluso el enfado del presidente de la cámara, Manuel Marín por hablar sin tener el turno de palabra.
En definitiva, la aprobación de la iniciativa hubiera supuesto convertir en inviable el diálogo con ETA por el método más simple: no habría nada de lo que hablar. Sin duda los populares esperaban la derrota en la votación, pero han logrado al menos una parte de lo que pretendían: que el pleno del Congreso de los Diputados escuchara una frase que dilapida toda negociación: "Sepan todos que Navarra no se rinde".
El Semanal Digital, 20 de diciembre de 2006
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