El Foro Ermua condena el atentado de ETA y reclama al Gobierno que asuma una política de derrota del terrorismo, interrumpiendo todo contacto con ETA y su brazo político Batasuna
Como sucede siempre con los atentados terroristas, solamente los propios terroristas son los responsables de este acto de violencia. El Foro Ermua hoy, a diferencia de lo que hicieron diversas fuerzas políticas y medios de comunicación en las horas posteriores a la masacre de Madrid el 11 de marzo de 2004, culpa únicamente a ETA del atentado en Barajas esta mañana.
Por otra parte, el Foro Ermua expresa su solidaridad con las decenas de personas que han sufrido de forma directa los efectos de la explosión y con los muchos miles de otras que han visto alterados sus planes de viaje por la permanente voluntad de ETA de imponer por la violencia sus objetivos políticos a la sociedad española. Además, el Foro Ermua desea que aparezca sana y salva la persona a la que se sitúa como desaparecida en el lugar del atentado.
El atentado de esta mañana supone un paso más, aunque un paso de extrema gravedad, en la misma táctica que ha mantenido ETA desde el anuncio del mal llamado alto el fuego el pasado 22 de marzo. Una postura que combina los cantos de sirena de una hipotética paz, con la práctica constante de diversas formas de violencia todo a lo largo del denominado “proceso de paz”. La extorsión a los empresarios no ha cesado en ningún momento, el rearme de la banda en explosivos y armas de fuego ha continuado sin interrupción y la ausencia de actos terroristas apenas duró 30 días, ya que el día 22 de abril fue destruido totalmente el comercio de un concejal de UPN en Barañain (Navarra), poniendo en peligro 52 viviendas del mismo edificio que tuvieron que ser desalojadas. A pesar de que el gobierno de Rodríguez Zapatero puso en duda entonces que la izquierda abertzale fuese la responsable de este atentado, actuando como su abogado defensor, en el mes de noviembre ETA ha reivindicado abiertamente la autoría de aquel primer acto de terrorismo bajo el alto el fuego.
Desde el atentado de Barañain, se han producido otros 255 atentados más. En ellos ha habido varias personas heridas de distinta consideración y se han producido unos daños materiales que superan los 2,4 millones de euros. El Gobierno ha minimizado estos hechos de violencia terrorista e incluso los ha negado abiertamente. A pesar de esta escalada terrorista, el ministro del Interior, Alfredo Pérez-Rubalcaba, se precipitó el 23 de mayo a proclamar solemnemente que “el alto el fuego es completo y real”; apreciación que ha sido confirmada en numerosas ocasiones por el Presidente Rodríguez-Zapatero la última vez ayer, día 29 de diciembre, a través de una declaración tan triunfalista como irreal e irresponsable.
Sólo ETA es responsable del atentado de hoy en Barajas, pero el Gobierno y el Presidente Rodríguez Zapatero son responsables de haber confundido, cuando no engañado repetidamente, a la opinión pública sobre la falsa voluntad de la banda terrorista de abandonar la violencia. El Foro Ermua, el Partido Popular y otras organizaciones cívicas y de víctimas del terrorismo hemos proclamado sin cesar durante estos nueve meses que no apreciábamos en absoluto la disposición de ETA a abandonar las armas y a disolverse para siempre y que el Gobierno se estaba equivocando gravemente en su política de negociación y apaciguamiento hacia los terroristas. El atentado de hoy en Barajas nos da, una vez más, tristemente la razón.
Miente la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, al ubicar hoy la violencia y la extorsión de ETA en “un pasado al que no queremos volver”. La violencia terrorista no ha desaparecido en España, sino que ha ido en constante aumento desde el mes de abril, a lo largo de ocho meses. Tras el atentado de hoy el Gobierno no puede seguir negando por más tiempo la evidencia: ETA no ha abandonado sus objetivos políticos, ni ha renunciado a la violencia para lograrlos.
El Gobierno no es responsable del atentado de hoy, pero si no abandona de inmediato la errónea política de negociación y cesiones ante ETA se convertirá en cómplice de su violencia.
El Gobierno debe anunciar de inmediato la ruptura definitiva de todo contacto con ETA y con su brazo político, Batasuna. Ha de hacer pública su determinación de volver a emplear a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en reprimir a ETA de forma implacable hasta su derrota final, poniendo fin a la inacción policial de los pasados 24 meses. El Gobierno debe proclamar su voluntad de volver a emplear a la Fiscalía General para perseguir judicialmente a los terroristas, en vez de usarla para protegerles de la Justicia procurándoles impunidad ante los tribunales, lo que exigirá, seguramente, el nombramiento de un nuevo Fiscal General.
Asimismo, la Abogacía del Estado, cuyo papel en la aplicación de la Ley de Partidos Políticos es sin duda muy relevante, ha de ponerse al servicio de una política de derrota de ETA.
El Gobierno debe recuperar con urgencia el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, superando la paralización a la que le ha sumido deliberadamente, y haciendo al Partido Popular partícipe en todo momento de las medidas antiterroristas a tomar desde hoy mismo.
Para que este radical e impostergable giro en la política del Gobierno frente al terrorismo fuese creíble, está obligado a reconocer el grave error que ha supuesto la política de “salida negociada” al terrorismo que ha practicado en los pasados dos años.
Cuando el Gobierno de España de los pasos que acabamos de enumerar, puede estar seguro que obtendrá el pleno apoyo del Foro Ermua y, estamos seguros, que también de los demás movimientos cívicos y de las principales asociaciones de víctimas del terrorismo.
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