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Atentado de ETA en Barajas. Análisis de Pío Moa.

Atentado de ETA en Barajas. Análisis de Pío Moa.

La situación (I)

Zapo ha sido el mayor benefactor que la ETA haya tenido en su historia, comparable solo a aquellos gobiernos franceses que en situaciones críticas para la banda de asesinos le facilitaron un seguro refugio donde reponerse. Zapo también ha sacado a la banda del pozo donde la había sumido Aznar y la ha colocado en una cima de gloria, desde la cual dicta la agenda de la democracia y chantajea a la sociedad española: "Si no aceptáis mi 'paz'…ateneos a las consecuencias".

No sobra insistir en las causas de todo esto. El gobierno y la ETA comparten un fondo ideológico común. Ambas son socialistas, detalle no irrelevante pero casi siempre olvidado. Ambas tienen ideas muy similares, generalmente poco compatibles con la democracia, sobre la causa de los males del mundo y sus soluciones. Y tienen intereses básicos comunes, en especial la demolición de la Constitución y lo que llaman herencia del franquismo. En fin, comparten ideas, sentimientos e intereses fundamentales, sin los cuales jamás podría explicarse lo que ocurre.

También desean ambos acabar con la violencia. Pero no como Aznar, que quería y estuvo cerca de conseguir el fin de la violencia derrotando a la ETA. Zapo y su gobierno quieren conseguirlo mediante una ETA triunfante, facilitándole casi todos sus objetivos.

En el "casi" radica el problema, pues hay, naturalmente, diferencias de matiz, que pueden hacerse importantes. La ETA es enemiga de España y Zapo es solo indiferente. La ETA busca la secesión de lo que llama Euscalerría o Euskal Herria, y Zapo quiere una España residual que le permita mantenerse en el poder. La pieza maestra de toda la maniobra han sido los estatutos balcanizantes: España se reduciría a un conglomerado de "naciones" separadas a casi todos los efectos, pero con esa unidad residual que permita asegurar el poder socialista mediante una alianza estratégica con los separatistas, teniendo así a raya a las "fuerzas de la reacción". Esto debiera bastar a la ETA, pero parece no ser así.

En este panorama, el atentado de ayer no significa el final del proceso, como Zapo dejó bien claro pese a su retorcimiento expresivo. Un proceso que ya ha alcanzado logros tan importantes como los estatutos catalán, balear, valenciano o andaluz, no va a echarse a perder por una bomba más o menos, unos muertos más o menos. Liquidar la Constitución no es tarea fácil, ya lo anunció el individuo reiteradamente: será un proceso largo, duro y difícil, o algo así. De todos modos, el gobierno debe de estar sorprendido por el último atentado etarra: ¡qué ingratitud! ¿Cómo han podido hacerle esto a él? Alguien debiera explicárselo.

Blog de Pío Moa en Libertad Digital, 31 de diciembre de 2006

La situación (II): El cálculo de la ETA

Desde casi cualquier punto de vista, el reciente atentado etarra resulta una muestra colosal de ingratitud hacia el gobierno que más ha favorecido a la ETA en toda su historia. Imagino que Zapo y los medios progres en general encontrarán difícil entenderlo. El gobierno ha legalizado al PCTV, ha declarado gente interesada en la paz a los asesinos, ha hablado de los crímenes como "accidentes trágicos", ha hostigado sin tregua a la AVT y a las víctimas en general, valiéndose de falsos prestigios como Peces Barba o la comunista Manjón; ha organizado una gran campaña para silenciar o desprestigiar a los discrepantes, en especial a la COPE, ha atacado la independencia del poder judicial, ha puesto en evidencia a la fiscalía, ha hecho la vista gorda ante el terrorismo callejero, ha facilitado la reorganización de la banda y su financiación mediante campañas de extorsión, incluso ha alertado a los etarras de decisiones persecutorias de algunos jueces; prepara el acercamiento de los asesinos presos a las Vascongadas y su liberación en plazo no muy largo, así como la discusión –por lo menos– de la anexión de Navarra y de un referéndum ilegal... Y, sobre todo ha impuesto unos estatutos que reducen a residual la soberanía española. Nunca había ganado tanto la ETA en tan poco tiempo, después de hallarse tan acosada. Todo ello sobre un fondo ideológico común entre el gobierno y los terroristas. ¿Por qué, entonces, responde la ETA con tanta brutalidad a tanta generosidad?

La razón es bastante simple. La ETA no ve estas generosidades de Zapo –a costa del estado de derecho y de la democracia– como concesiones, sino como debilidades y retrocesos del estado español. Al que, mal que bien, siguen representando los "gorrinos", como, no sin cierta agudeza, ha calificado a los gobernantes. Los terroristas consideran que llevan 36 años de guerra con el "estado español". A lo largo de este tiempo han sufrido mucho, han pasado por situaciones críticas y muchos han tirado la toalla o traicionado. Pero los avances logrados desde el 2004 demuestran que la "lucha armada" era la buena vía para avanzar hacia la "liberación de Euskadi" o de Euskal Herría: solo a golpes puede conseguirse la "libertad" de los vascos y hacer retroceder al tenebroso poder español. Zapo no les concede ni regala nada, simplemente revela la crisis a la que la "lucha armada" ha llevado al estado opresor. Se ha creado, por tanto, una ocasión histórica para empujar la lucha a su desenlace definitivo, derrotando en toda la línea a los opresores, y es preciso aprovechar su debilidad y golpear en caliente para obligarle a ulteriores retrocesos. La ETA sabe bien cómo tratar a los "gorrinos". No olvidemos que ya antes de la tregua realizó numerosas acciones, no mortales pero sí extremadamente dañinas, y a cada una de ellas respondía el gobierno intensificando sus ofrecimientos. Durante la tregua, la ETA ha aprovechado para reorganizarse, aumentar su arsenal y conseguir gran cantidad de dinero mediante el "impuesto revolucionario", mientras el gobierno no solo disimulaba, sino que atacaba duramente a quienes denunciaban tales hechos. Por lo tanto, ese era y es el camino a seguir. Sólo golpeando a los "gorrinos" se les hace entrar en razón.

Cierto, en el entorno terrorista ha de haber la duda de si presionar demasiado no va a terminar echando todas las ganancias por tierra, después de lo muchísimo ya conseguido. Todas las guerras, y también las "guerras" al estilo ETA, tienen algo de apuesta o de juego de cartas, como decía Clausewitz. Puedes perder si no llegas, pero si te pasas es peor, ya lo observaba el personaje de La venganza de Don Mendo. La corriente dominante en la ETA, como siempre en su historia, apuesta al máximo, convencida de que si ha llegado hasta aquí se debe precisamente a haber hecho antes lo mismo. De momento, los hechos le dan la razón. Otegui (e Ibarreche, Uriarte y compañía) han dicho que el "proceso" debe continuar, pues la Constitución no está liquidada del todo; y Zapo, muy de acuerdo, coincide con ellos. Rubalcaba ha dicho que este proceso está "roto, liquidado y acabado". ¿Qué otro proceso tendrán en mente esos caballeros y caballeras?

Blog de Pío Moa en Libertad Digital, 2 de enero de 2007

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