Cien mil personas en Pamplona dicen "stop" a Zapatero
Si la palabra éxito tiene un sentido político, el presidente navarro Miguel Sanz y el presidente nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy, vivieron ayer en las calles de Pamplona un éxito indiscutible. Más de cien mil personas –por una vez las diferencias de cifras no han dado lugar a una guerra- llenaron todo el recorrido de la manifestación convocada por el Gobierno de Navarra con el lema Fuero y Libertad. Navarra no es negociable.
El pueblo navarro salió ayer a expresar una voluntad colectiva que todas las encuestas confirman: el deseo de seguir siendo una comunidad en el seno de la nación española, distinta y separada del País Vasco. Esta decisión política, confirmada por la Constitución de 1978 y por el régimen autonómico foral de 1982, choca de lleno con los proyectos del nacionalismo vasco. El movimiento abertzale ha insistido en las últimas semanas en la idea, expresada por Arnaldo Otegi, de que "sin Navarra no hay proceso".
Otegi quiere a Navarra en una futura Euskalherria. Los navarros no quieren ni considerar remotamente esa posibilidad. Y ambas voluntades van a dirimir sus diferencias en las elecciones del próximo 27 de mayo, que eran el trasfondo necesario de la manifestación de ayer. Del PSOE y del presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero puede depender que Navarra siga gobernada por el socio del PP, UPN, o se entregue a una coalición entre los nacionalistas vascos y los socialistas navarros. Las dudas del PSOE nutrieron las filas de la manifestación de ayer.
Ya antes de iniciarse la masiva manifestación los defensores de la Navarra foral y española habían obtenido una victoria moral sin precedentes. Los socialistas navarros, encabezados por su candidato Fernando Puras, suscribieron el pasado viernes un compromiso público de no acceder de ninguna manera a las peticiones nacionalistas. Los socialistas saben cuáles son los deseos colectivos de los navarros, y pueden calcular a partir de la manifestación de ayer qué daño electoral puede causarles el "proceso de paz" de Zapatero.
Pero la decisión sobre las negociaciones con ETA y Batasuna está en manos de Zapatero, y no de Puras. Frente a la falta de claridad de Zapatero, el presidente navarro Miguel Sanz quiere "que Navarra sigue siendo Navarra" y cuenta con un demostrado apoyo popular. Mariano Rajoy resumió esta sensación, rodeado de banderas de España y de Navarra, pidiendo "que algunos, si son capaces, tomaran buena nota". Porque la manifestación de ayer "ha sido un gran plebiscito ciudadano", dijo Sanz, para expresar la voluntad masiva de los ciudadanos de que Navarra jamás sea objeto de negociación.
Editorial de El Semanal Digital, 18 de marzo de 2007
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