La ruptura de la tregua dispara el pesimismo de los españoles sobre el final de ETA
La vuelta a las armas de ETA ha disparado el pesimismo de los españoles sobre el final del terrorismo. Seis de cada diez ciudadanos creen que la banda seguirá atentado a corto y medio plazo, cuando esa impresión apenas superaba el 5% hace unos meses, en plena tregua. La última 'Encuesta nacional sobre los españoles ante el terrorismo y sus víctimas', elaborada por el sociólogo Francisco Llera por encargo de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, desvela que la ruptura de la tregua ha supuesto un jarro de agua fría para la mayoría de la sociedad, que ha pasado del escepticismo ante las intenciones de ETA a pensar de manera abrumadora -un 90%- que la izquierda abertzale no tiene ninguna voluntad de aceptar las reglas democráticas y no tiene intención de poner fin a los actos violentos.
El estudio, realizado a partir de 800 encuestas telefónicas durante la segunda quincena de septiembre, señala que el fin del alto el fuego ha provocado que seis de cada diez encuestados considere que la situación ha empeorado, aunque más de la mitad crea que ETA está «menos fuerte» que hace dos años.
La opinión pública se muestra de manera mayoritaria crítica con la forma en que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha gestionado el proceso de paz. Dos tercios de la población opinan que el Ejecutivo ha sido «poco o nada» transparente al explicar las «líneas maestras» de su negociación. Una proporción de desconfianza que aumentó hasta el 85% entre los votantes del PP, si bien esa misma idea está extendida entre algo menos de la mitad de los que se declararon simpatizantes del PSOE.
Unidad antiterrorista
El análisis hace hincapié en la voluntad de la ciudadanía de que socialistas y populares recompongan la unidad. Ocho de cada diez, con independencia de su ideologías, estiman «imprescindible» un «acuerdo» entre las dos fuerzas mayoritarias, pero pocos -el 30%- lo ven posible. La mitad de los españoles considera, no obstante, que no se puede «dar por muerto» el pacto antiterrorista.
La encuesta también ha abordado el tratamiento que se le da al colectivo de víctimas. La opinión pública, como en oleadas anteriores, piensa de manera mayoritaria -un 66 por ciento- que la sociedad española se comporta «muy o bastante bien» con los damnificados. No así, la «sociedad vasca». Más de la mitad de las personas preguntadas sostienen que las instituciones y ciudadanos de Euskadi hacen «poco o nada» por las víctimas. En el mismo sentido, son muy críticos con los partidos del Gobierno vasco. El 64 % dice que el PNV les tiene «poco o nada en cuenta».
En este sentido, la Iglesia vasca es el colectivo peor valorado respecto al trato que depara a las víctimas. Obtiene una nota media de 3,6 puntos. La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, aseguró no sentirse sorprendida por el suspenso. «Las personas más inocentes y desprotegidas de la sociedad, que son las víctimas, no se han sentido amparadas por una institución como la Iglesia vasca, cuya bandera es la moral y la ética», denunció. Pagazaurtundua arremetió sobre todo contra el ex obispo de San Sebastián José María Setién, al que acusó de «identificarse en el fondo» con los planteamientos de ETA.
M. SÁIZ-PARDO
El Correo, 14 de noviembre de 2007
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