Yoll: "La Guerrilla llega derrotada militarmente y ahora le conviene la paz" (por José Barros, Madrid)
Eduardo Yoll, doctor en Filosofía Política e Historiador de las Ideas en América Latina, analiza para Teinteresa el Proceso de Paz que el Gobierno colombiano mantiene con las FARC.
- ¿Ha alcanzado el Gobierno alguna clase de pre-acuerdo con las FARC?
- Sí. Antes de sentarse en Oslo, hubo un proceso de negociación entre el Gobierno y las FARC que llevó a sentar las bases de un pre-acuerdo en torno a una lista de asuntos comunes. Para ello, se ha contado con la ayuda de Cuba y también del Gobierno de Venezuela, ambos por su cercanía con las FARC. Este pre-acuerdo entre las FARC y el Gobierno colombiano consta de seis puntos:
1- La Guerrilla ha pedido una política de desarrollo integral agrario.
2- Asumir que las FARC puedan participar activamente en la vida política colombiana. Habría que ver de qué manera se pueden insertar las FARC en el sistema político del país.
3- El fin del conflicto armando, lo que supondría el cese de la violencia contra civiles y militares por parte de las FARC y el final de la persecución militar por parte del Gobierno.
4- La cuestión del narcotráfico, en la que se entra muy poco. Se trata de un tema complicado, pues aquí no solo están implicadas las FARC, sino también los paramilitares y los cárteles colombianos y mexicanos.
5- El tema de las víctimas. Habría que montar una comisión de la verdad para llegar a todos los culpables del conflicto. De momento, las negociaciones están empezando y solo se habla de las víctimas de las FARC. Casi todos los paramilitares están en prisión. ¿Qué se hará con ellos? Esta es una cuestión que concierne no solo al Gobierno, sino también al poder judicial. De momento, parece que las FARC tienen que mover ficha dejando las armas.
6- La búsqueda de un acuerdo final. Habrá que ver como se consigue la paz. Para ello, el Gobierno tendría que contar con la unanimidad y el apoyo de las instituciones, que en Colombia son muy fuertes -el sistema judicial y el Congreso colombiano- y la sociedad civil.
- ¿Y qué busca la Guerrilla?
- Las FARC buscan dos cosas. En primer lugar, buscan una salida del conflicto armado que para ellos sea honrosa. Quieren seguir con sus mismo ideales, aunque hayan renunciado a las armas. Cambian los medios militares por los políticos, pero no los fines.
En segundo lugar, tratan de renovar su imagen. A nivel internacional, las FARC están considerados como una narcoguerrilla y unos secuestradores. Ellos reconocen que han cometido crímenes, pero no que sean unos criminales, pues su fines eran y son políticos. Tratan de mejorar la opinión pública que hay de ellos.
- ¿Hasta donde cree que el Gobierno colombiano estaría dispuesto a ceder en la negociación?
- El Gobierno ya ha cedido bastante a la hora de aceptar sentarse a hablar con ellos. Hay una parte de la opinión pública colombiana que está muy en contra. Al hacerlo, el Gobierno les ha reconocido a las FARC relevancia política. Quizás deje ser un partido político, cosa que a día de hoy parece muy difícil. Posiblemente, el Gobierno estaría dispuesto a perdonar las penas cárcel que ahora recaen sobre la cúpula militar de la Guerrilla.
Recordemos que en 1984, bajo la presidencia de Belisario Betancur, se inició la primera negociación entre el Gobierno colombiano y la Guerrilla, fueron los llamados Acuerdos de Uribe, pero el momento no fue propicio. A las FARC se las dejó entrar en política con el partido Unión Patriótica, pero los denominados Grupos de Autodefensa Civiles continuaron librando la guerra contra ellos, causándoles muchas bajas. Y justo en ese momento la cuestión del narcotráfico, con Pablo Escobar al frente, comenzó a a cobrar auge.
- ¿Y hasta donde cree que la Guerrilla está dispuesta a llegar?
- Las FARC tienen todo que ganar. El tema que más les preocupa es ver qué hacen con los miles de hombres que hasta ahora han estado viviendo de la guerra. Las FARC están a favor convertirse en un partido político, pero hay que ver donde se recoloca a todos los ex guerrilleros. Este es un tema complicado.
¿Y qué hace pensar a tantos analistas que esta cuarta negociación entre el Gobierno y la Guerrilla podría ser la definitiva?
- La opinión internacional es que el Gobierno se va a ceñir a los seis puntos pactados de la hoja de ruta, en especial, al tema agrario. También dicen que la Guerrilla llega derrotada militarmente y que, por ello, ahora le conviene la paz. Además, el descrédito de las FARC en los foros internacionales es total. Su única manera de lavar su imagen es llegando a alguna clase de acuerdo.
Otro factor es el repunte económico que está viviendo Colombia, que hace que la situación sea más propicia. La habilidad del Presidente Santos ha hecho que las expectativas sean altas. Santos, por un lado, ha proseguido la lucha armada contra las FRAC, pero, por otro lado, y a diferencia de Uribe, que discutió con todo el mundo, ha sabido ganarse la confianza de los gobiernos que habitualmente han apoyado a las FARC para evitar que lo sigan haciendo. De esta manera, ha conseguido llevar a las FARC al diálogo; les ha hecho ver que la lucha armada no es el único camino para que los grupos de su ideología lleguen al poder en América Latina. En Bolivia, Venezuela, Brasil o Nicaragua grupos similares a las FARC han llegado al gobierno por la vía de los votos, lo que puede llevar a la Guerrilla colombiana a tratar de intentarlo.
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