Josu Jon Imaz alega motivos ético para distanciar proceso de paz y acuerdos políticos
Será difícil saber de qué hablaron ayer José Luis Rodríguez Zapatero y Josu Jon Imaz durante dos horas y media en el palacio de La Moncloa. Pero si en algo insistió el presidente del EBB en su conferencia de prensa tras el encuentro fue en que el momento actual es el de la verificación del alto el fuego de ETA, en el que «nos toca comprobar que esa voluntad del comunicado se corresponde con la desaparición plena de cualquier tipo de violencia». Lo repitió prácticamente en todas las respuestas que dio a los periodistas. Ahora la verificación, después la política, un mensaje en el que coincidió plenamente con el portavoz del Gobierno español, Fernando Moraleda. En todo lo dicho hubo una respuesta a un periodista que parece resumir la estrategia del PNV en este momento. Comienza con la frase de rigor y una inicial exposición de principios: «La prioridad en estos momentos en el tiempo es verificar que esa situación de paz se produce y, desde luego, siempre desde la convicción de que no puede haber ningún proyecto político que sea condición sine qua non para conseguir la paz». Continúa con una definición: «La paz es paz. Es una evidencia, ¿verdad?, pero a veces hay que repetirlo. Paz es paz. Paz es ausencia de violencia». Sigue con el eje de su exposición: «Luego, en una sociedad democrática, mediante acuerdos políticos, por vías democráticas, la política tiene que jugar. Pero los acuerdos políticos no son consecuencia ni están vinculados al proceso de paz». Y concluye con la explicación de esta separación, que tiene también un algo de confesión: «Creo que es un elemento de higiene democrática que, evidentemente, el PNV siempre va a defender. Por dos motivos: por motivos éticos, porque lo contrario sería tanto como justificar que es legitimo el uso de la violencia para alcanzar un objetivo político. Y segundo, si me permiten la expresión, por objetivos meramente político-partidistas, porque eso sería tanto como reconocer que la inmensa mayoría de la sociedad vasca nos equivocamos el año 79 cuando hicimos la apuesta por la política y la apuesta por la democracia. Y, desde luego, el PNV, como formación mayoritaria en Euskadi, dio ese paso con mucha firmeza en el año 77 y en el 79». «Acuerdo integrador» Imaz habló también de la necesidad de crear un foro multipartito y de ir trabajando entre todas las formaciones en «los calendarios, las metodologías, los procedimientos y, desde el respeto a la voluntad democrática de la sociedad vasca, en un acuerdo integrador de las diferentes sensibilidades políticas». El presidente del EBB tuvo buen cuidado de huir de las preguntas que demandaban concreciones sobre el derecho a decidir y las afirmaciones realizadas por el lehendakari en defensa de este principio y de que lo que se acuerde no será alterado en Madrid. La clave de la solución, apuntó Imaz echando mano de la «hoja de ruta» del PNV, se basa en el binomio «no imponer, no impedir». «No imponer en Euskadi explicó acuerdos que tengan una adhesión inferior a la que tuvo el Estatuto de Gernika y no impedir que esos acuerdos políticos a los que podamos llegar puedan tener su traslado al marco jurídico político a través de un acuerdo con las instituciones del Estado». Cuando se le volvió a insistir sobre la cuestión, el presidente del EBB destacó que «lo importante es el acuerdo político», a lo que añadió que «el marco constitucional permite perchas» para llevar eso a la práctica, y citó la disposición adicional primera de la Constitución, sobre los derechos históricos, y la transitoria cuarta. Josu Jon Imaz habló también de la importancia de que el PP participe en el foro multipartito, por lo que representan en el Estado español, como partido de alternancia en el Gobierno, y por su peso en Euskal Herria. Destacó además el sufrimiento que han padecido los militantes del PP. En cuanto a la cuestión de los presos políticos, señaló que la posición del PNVes conocida, y reiteró que «en este momento lo importante es verificar el fin de la violencia». Después recordó que en noviembre de 1998, a seis semanas del anuncio del alto el fuego, el Congreso de los Diputados aprobó una propuesta para flexibilizar la política penitenciaria. Por lo tanto, consideró que «hay marco y hay juego» para dar determinados pasos que, por otra parte, «había que haber dado hace diez años», según afirmó. Moraleda: «Partidos legales» Tras la rueda de prensa de Imaz fue el portavoz del Gobierno, Fernando Moraleda, quien tomó la palabra para destacar, en primer lugar, que todos los líderes políticos que han pasado por La Moncloa han dado «su apoyo explícito al Ejecutivo». Mostró su satisfacción por ello y apuntó que «todos los partidos, de izquierdas, de derechas, del norte, del sur, están unidos sin fisuras en contra de la violencia y a favor de la paz», lo que es «el mayor activo para luchar contra la violencia». En cuanto a la entrevista con Imaz, Moraleda explicó que Rodríguez Zapatero le había trasladado que el PNV tiene un «papel fundamental» en el proceso de paz, y que su «participación activa» es «simplemente imprescindible». También destacó la necesidad de centrarse ahora en la «verificación real del cese de la violencia», y que «el momento de la política será después». Preguntado por unas declaraciones de Otegi sobre la legalización de Batasuna, Moraleda dijo no querer entrar en una dinámica de declaraciones y contradeclaraciones, pero se traía apuntada una respuesta que consistió en la lectura de parte del artículo 9 de la Ley de Partidos que apostilló que no va a ser derogada donde se señalan las causas de ilegalización. En cuanto a la mesa de partidos, hizo una extraña disquisición sobre los amplios «márgenes» de la «democracia y el estado de derecho», aunque explicitando que éstos «tienen que transitarse por partidos políticos legales». Con el encuentro de ayer con Josu Jon Imaz, el presidente del Gobierno español dio inicialmente por cerrada la ronda de contactos abierta tras el anuncio del alto el fuego, aunque el lunes recibirá a secretario general del PSE, Patxi López. En este tiempo han pasado por la Moncloa los portavoces parlamentarios de todos los partidos con representación en el Congreso y, además, el lehendakari y el presidente del EBB.
MADRID El secretario general del PSE, Patxi López, arremetió ayer contra el lehendakari, Juan José Ibarretxe, a quien criticó su Plan de Paz y Convivencia, por entender que es un «cajón de sastre» en el que mezcla lo «inmezclable». También le acusó de intentar lograr «objetivos particulares» aprovechando el proceso de paz. Durante uno acto organizado por Europa Press, el dirigente del PSE estableció un decálogo de cuestiones que, a su juicio, hay que tener en cuenta en el proceso. Entre los puntos de este decálogo, citó que «la paz es un objetivo en sí mismo» y no un medio para conseguir otros objetivos, ni para conseguir metas «particulares». En coincidencia con Josu Jon Imaz, insistió en que la paz «no tiene precio político, es el fin del terrorismo y no otra cosa» como la «resolución» de lo que «algunos entienden como conflicto político vasco» ya que, añadió, «eso sería tanto como atribuir una legitimidad y una determinada utilidad a la violencia». Gara, 5 de mayo de 2006
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