La deriva del PP
Cada peldaño que se sube hacia la consecución de una paz justa y duradera en Euskal Herria conlleva también una vuelta de tuerca más del Partido Popular en sus desaforadas críticas al proceso en general y al Gobierno del PSOE en particular. El anuncio de una reunión oficial entre el PSEy Batasuna, realizado por Patxi López el 30 de mayo al tiempo que reconocía como interlocutor a la izquierda abertzale y apostaba por una negociación incluyente, llevó al PP a anunciar que no apoyaría al Ejecutivo español en ese camino. La posibilidad de que el presidente anunciara el inicio de conversaciones con ETA en el pleno de conclusiones del “Debate sobre el estado de la Nación” tuvo la respuesta de Mariano Rajoy de romper relaciones con el Gobierno. Y, esta semana, ante la concreción de la reunión entre el PSE y Batasuna, el PP ha llegado al extremo de asegurar que el Gobierno español no representa al Estado y a anunciar que se sentía desvinculado de cualquier acuerdo que pudiera alcanzar. Este endurecimiento de las posiciones oficiales del PP se ha visto acompañado de declaraciones de sus dirigentes en las que han llegado a afirmar que el proyecto de Zapatero es el mismo que el de ETA y en el que no se han ahorrado conceptos como los de «traición a las víctimas» o «ruptura de España».
Aunque a los ojos de muchas personas en Euskal Herria una amplia mayoría esta estrategia tan exagerada y extrema del PP está absolutamente fuera de la realidad, cabe pensar que sus dirigentes la considerarán políticamente rentable. En todo caso, también resulta evidente que el posicionamiento de la cúpula del PP no concuerda con el que mantiene un importante por su peso específico sector de la derecha española. Por ejemplo, organizaciones empresariales como la CEOE y el Círculo de Empresarios, han otorgado su confianza al Gobierno para iniciar el diálogo con ETA. Influyentes medios de comunicación de ese sector como “Abc” han criticado también la deriva actual del PP que, en su opinión, lleva a un afianzamiento de Rodríguez Zapatero en el Gobierno. Pero, pese a todo, la dirección del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza y con José María Aznar como inspirador teórico que ya no oculta sus intervenciones, insiste en un discurso apocalíptico, indiferenciable del que tradicionalmente ha empleado la ultraderecha.
La estrategia del PP tiene la finalidad de intentar desgastar al Gobierno de Zapatero, pero al mismo tiempo puede ser utilizada por éste como baza del Estado frente a las aspiraciones mayoritarias de la ciudadanía vasca. Algo de esto ya ocurrió en Catalunya y conviene tenerlo también en cuenta. –
Editorial de Gara, 9 de julio de 2006
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