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Critica la politización de la Iglesia. Peces-Barba: “Quieren seguir teniendo el monopolio de las luces y de la verdad”

Critica la politización de la Iglesia. Peces-Barba: “Quieren seguir teniendo el monopolio de las luces y de la verdad” Gregorio Peces-Barba Martínez, el Alto Comisionado del Gobierno para las Víctimas del Terrorismo, considera que la posición de la Iglesia institucional española, sobre todo de algunos cardenales y obispos, no tiene “precedente”. Desde las páginas de El País, Peces-Barba acusó a la Iglesia de querer “el monopolio de las luces y de la verdad, no sólo en el campo religioso, sino en el político”.

El Alto Comisionado explicó en su artículo que estas pretensiones de la Iglesia acabaron en su día “con el Siglo de las Luces”. Por ello, considera un “error” que la Iglesia católica pretende extender en todos los campos sus “principios evangélicos”, ya es la libertad, “la que nos ayuda a ser más verdaderos”.

Estas posturas de la jerarquía, según Peces-Barba, con la aparición de la democracia, del Estado liberal y de los derechos fundamentales, quedan en “Occidente un poco en el vacío”.

El control de los políticos
Por ello, Peces-Barba realiza este planteamiento: “No sé si algún eclesiástico añorará la situación de otras religiones monoteístas, donde los jefes religiosos están por encima y controlan a los políticos elegidos por sufragio universal”.

El Alto Comisionado considera que si es así se debería concluir que la Iglesia está “infectada de una grave enfermedad de imposición de la ética privada sobre la ética pública”.

La asignatura
Y que un efecto de esa “grave enfermedad”, según Peces-Barba, es la oposición a la asignatura Educación para la ciudadanía por parte de esos sectores católicos, que ha culminado con la “afirmación incomprensible del cardenal Rouco de que puede ser contraria a la Constitución, que puede ser inconstitucional”.

Los años 40
Para Peces-Barba estas tesis de la Iglesia católica son las mismas de los años cuarenta, “un poco moderadas y enmascaradas” a través no sólo de apelaciones a la verdadera democracia, que “ellos representan mejor que nadie”, y de afirmaciones sobre su defensa permanente de los derechos humanos.

Por ello, el Alto Comisionado aseguró que controlar y monopolizar, negando la autonomía a la ciencia, a la filosofía y a la política, para “estos eclesiásticos no son ideas medievales y superadas, sino ideas vivas y actuantes en su tarea”. Esta postura los ha llevado a “no admitir” que la enseñanza de un Estado democrático pueda “transmitir los valores de libertad, de igualdad, de pluralismo y de justicia que están en el artículo primero de la Constitución”, añadió Peces-Barba.

Rechazo a la modernidad
Por último, el Alto Comisionado considera que la sociedad “no les va a seguir en ese intento teocrático de control” y que esta postura de la Iglesia católica es una “forma más de rechazo real a la modernidad”.

Elplural.com, 23 de agosto de 2006

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