Interpretando a ETA y a ZP
Un veterano de la cosa como José Cavero, ahora en “Diario de Ibiza”, explicaba que ZP ha enviado dos mensajes «que han tenido que llegar con toda claridad a la banda y sus socios, empeñados, por lo que parece, en determinar a su antojo la senda del proceso de paz y en conseguir que, antes que otra cosa, se ponga en marcha la mesa de partidos vascos con una Batasuna que se resiste por mandato de la banda, parece obvio a acatar la norma de su re-legalización mediante el requisito imprescindible de declarar su compromiso a no emplear la violencia en la lucha política, y por consiguiente, a marcar distancias de su aliado natural, ETA».
Y a esta dureza de ZP se correspondería una situación de confusión en la izquierda abertzale. Y va Cavero y, desde Ibiza, nos cuenta lo que aquí pasa: «Como ya se ha señalado con ocasión de otras manifestaciones sorprendentes de dirigentes y órganos de la banda, como la efectuada desde GARA, no es improbable que en el seno de la banda y Batasuna, como en el seno del también muy variado colectivo de los presos con sangre o sin sangre, con distintos grados de fanatismo y de deseos de beneficiarse de eventuales medidas de gracia se esté procediendo a alguna clase de debate interno nada sencillo de superar. Por fortuna, desde el lado de la legalidad se establecen con total claridad los pasos a seguir, sin titubeos ni duda alguna. Lentejas: lo tomas o lo dejas». Ya será menos, digo yo.
Y desde la extrema derecha de “La Razón”, Iñaki Ezkerra, en plan de Maquiavelo de provincias nos cuenta su teoría: «Lo del último comunicado es sólo un amago y una parodia de enfado, un enfadillo de pega (...) ETA echa un impagable cable al PSOE y al PNV con ese comunicado en el que simula un desmarcamiento (sic) con respecto a ambos partidos que es falso».
Y dice más el enrarecido personaje: «ETA ayuda al PSOE porque le permite intentar recuperar su perdida credibilidad ética ante la sociedad, volver a negar la negociación política que se ha pasado toda la legislatura insinuando, poner otra vez esa cara del ‘demócrata indignado y defraudado’ que es la pura antítesis de la sonrisa cínica y fraudulenta de Gemma Zabaleta en la foto babosa que se sacó con la Goiricelaia». Para foto babosa...
Maite Soroa
Gara, 23 de agosto de 2006
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