11-M: El Mundo pisa el acelerador
“Ni yo ni seguro que miles de militantes socialistas tendríamos estómago suficiente para militar en un partido que hubiera tenido la más mínima responsabilidad por acción u omisión en el atentado más criminal de la historia democrática española”. Con estas palabras del presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, por primera vez en dos años un alto dirigente socialista respondía a las investigaciones de meses realizadas por El Mundo sobre los atentados del 11-M en una carta dirigida a su director, pero publicada en ABC.
Comienza el nuevo curso político y el periódico de Pedro J. Ramírez pisa el acelerador a fondo en torno a los “agujeros negros” de los atentados de Madrid.
Hasta el momento, gracias a El Mundo, los españoles hemos conocido que la versión oficial en torno a lo sucedido estaba llena de contradicciones, algunas mentiras, datos inconexos y coincidencias extrañísimas con ETA. Pero esta semana se ha producido una nueva vuelta de tuerca. En una entrevista a Emilio Suárez Trashorras, uno de los hombres clave en el 11-M, se culpabiliza directamente a la Policía de forzar su declaración ante el juez y se acusa también a la Policía y al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de tener conocimiento de los contactos de los terroristas islamistas con ETA antes de la matanza. Es decir, por primera vez alguien asegura que todo lo contado del 11-M es mentira y que algunos responsables de las fuerzas de seguridad tienen mucho que decir en este asunto.
Además, el director de El Mundo, en un artículo titulado “Del GAL al 11-M”, cercaba al Partido Socialista como ya hizo el entonces joven director de Diario 16 al PSOE de González por la guerra sucia contra ETA en los años 80.
Pedro J. Ramírez ha traspasado una nueva línea y, al parecer, tiene intención de ir muy lejos con sus revelaciones del 11-M este invierno. Lo que pasa es que estos importantísimos datos nuevos están basados en la palabra de Suárez Trashorras, de dudosa credibilidad, pero que ha empezado a poner nervioso al Partido Socialista. En estos dos años de investigaciones la consigna socialista era el silencio más absoluto, la indiferencia total como instrumento para desacreditar los artículos periodísticos, pero ya ha saltado por los aires. Por eso Rodríguez Ibarra pide que se meta a la cárcel a Rafael Vera y a Rubalcaba si lo que va aportando El Mundo es verdad, o a su director si es mentira. Y por eso se entienden las duras descalificaciones de José Blanco sobre Rajoy.
Los españoles llevamos más de dos años recogiendo nada más que dudas en torno a los atentados del 11-M. Con un Gobierno que ha sido un muro con este asunto. Con una comisión de investigación nula; con un juez, Juan del Olmo, que parece que no quiere investigar; con un Partido Popular a rebufo, que convoca ruedas de prensa a golpe de titulares de El Mundo; y ahora, con nuevas revelaciones que empiezan a sembrar la duda en el lector, precisamente por su trascendental importancia.
Hay que saber si lo que está aportando este periódico es verdad o no. Pedro J. Puede tener un as en la manga para esclarecer la autoría de la masacre o puede también estar jugando con fuego para vender periódicos. Si Rodríguez Ibarra quiere con sinceridad esclarecer este binomio habrá que investigar.
Pero las dudas bloquean, e igual que un hombre necesita certezas para vivir, la sociedad española necesita saber la verdad de todo lo que nos han contado y lo que nos cuentan ahora. Los interrogantes en la búsqueda de la verdad permiten la investigación, las dudas no.
Raquel Martín
Páginas Digital, 5 de septiembre de 2006
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