Txema Montero evalúa el estado del proceso de paz.
Diputado al Parlamento Europeo en 1987 y 1989 por Herri Batasuna, fue expulsado de su formación en 1992 al defender su presencia estable en las instituciones de autogobierno y la autodisolución de ETA. Es uno de los más destacados integrantes de la Fundación Sabino Arana (salvaguarda de la pureza peneuvista y “laboratorio de ideas” del viejo alderdi): patrono, responsable de la Tribuna de reflexión, y codirector de su revista Hermes. Un curriculum que respalda su incuestionable autoridad e innegable espíritu de servicio a la causa.
A lo largo de esa entrevista realiza diversas afirmaciones que bien pueden proporcionar algunas luces sobre la opaca situación del mal llamado “proceso de paz”. Veámoslas. Asegura, en primer término, que los acuerdos ya alcanzados entre ambas partes no se están cumpliendo, especialmente en lo que respecta al Gobierno en política penitenciaria y puesta en marcha de la reiteradamente reclamada “mesa de partidos”. En consecuencia constata que el “proceso” está estancado, debiéndose analizar –propone- si esta dificultad puede todavía superarse; dando a entender que sí.
Los tres procesos análogos anteriores (el desarrollado al inicio de la transición, Argel y Lizarra) fracasaron al no concurrir las condiciones actuales; no en vano considera que se ha alcanzado una conciencia generalizada de que el “proceso” debe ser concebido dinámicamente y en función de una precisa agenda política. En este contexto, la kale borroka, que nunca ha parado y que venimos sufriendo con repuntes, sería una “modalidad brusca” de diálogo. En sus palabras: “Tú no me acercas a los presos, yo te lanzo unos cócteles molotov y así vamos tirando”.
La huelga de hambre protagonizada por De Juana Chaos sería, siempre según su opinión, un evento contemplado –autorizado por ETA, en definitiva- de modo individualizado, no pudiéndose generalizar al resto de presos de la banda; y los comportamientos públicos de Iñaki Bilbao y análogos, los valora como los de un “soldado perdido”.
Existirían dos graves riesgos para el “proceso”. Por lo que respecta al Gobierno, que su interlocutor ante ETA pierda su credibilidad al incumplirse determinados gestos y acuerdos. Y, ya en el seno del MLNV, que ganen espacio los enemigos del proceso; que los hay. Por ello, nada mejor que reproducir, ya que se viene hablando últimamente del riesgo de una posible escisión en ETA, un largo pero esclarecedor párrafo de la entrevista. “Lo que observo en el MLNV es que hay gente joven que cree que ellos están en disposición de escribir sobre una página en blanco la auténtica historia de la revolución vasca, alegando que todos los anteriores han acabado acomodándose, olvidándose, envejeciendo, aburguesándose y haciéndose reformistas. Luego están esos otros sectores que empiezan a ser nostálgicos de ETA, de una ETA que ellos conocieron, vivieron o participaron, una ETA potente e influyente. Estos suelen ser gente mayor, al contrario que los anteriores, gente que me recuerda mucho a los que siguen apoyando a los partidos comunistas en Europa. Estos dos sectores sí están moviéndose y ya, en puntos geográficos concretos, se les ve clamando que el proceso se acabe. Pero estos sectores que sí tuvieren mucha influencia para acabar con Argel y bastante influencia para terminar con Lizarra, no tienen tanta influencia hoy”. Un criterio que coincide, en lo sustancial, con el del periodista navarro, especializado en ETA y autor de numerosos libros, Florencio Domínguez, cuando respondió el pasado miércoles 20 de septiembre en Pamplona a una pregunta nuestra al respecto. Pero con una matización de nuestro paisano: aunque existan discrepancias, ello no implica una escisión.
Resumamos. El “proceso” estaría estancado por la falta de decisión del Gobierno, que no ha materializado los movimientos exigidos por “la otra parte”; ETA/Batasuna muestras fisuras -pues se teme que el Gobierno pretenda engañarles intentado convertir la tregua en irreversible sin concesiones sustanciales- aunque contenidas; pues únicamente desde la unidad interna puede mantener una postura firme en las negociaciones. Ya es hora, por lo tanto, de que el Gobierno se “mueva”.
No obstante, ¿qué persiguen realmente estas declaraciones? Bien podrían entenderse como un “toque de atención” del PNV al Gobierno, reclamándole decisiones firmes al objeto de evitar que el “proceso” termine naufragando; lo que haría perder posiciones al conjunto del nacionalismo en el camino de sus pretensiones últimas. Y, también, una advertencia a ETA/Batasuna, para que controle los tiempos y mantenga la calma. También puede interpretarse que, con las oficiosas opiniones de este cualificado personaje, el PNV se propone como espacio-puente en un “proceso” en el que se siente muy desplazado desde su inicio, pese a los esfuerzos de Ibarretxe. Ya se sabe: el PNV, Sancta Sanctorum de las quintaesencias patrias; por lo que reclama –faltaría más- un papel decisivo; como el que viene jugando desde hace 30 años.
A pesar de estas reservas de contexto, los juicios de Txema Montero no pueden ignorarse. No es un mero analista, ni un simple periodista, ni siquiera un siempre y tendencioso hombre de partido. Es un observador muy cualificado situado en la frontera de ambos nacionalismos. Por ello, hay que escucharle… y comprenderle.
Y para finalizar, el último episodio, que se sepa, de este tortuoso culebrón; que confirmaría que el “toque de atención” ha surtido efecto. El diario El Correo, en su edición de hoy, viernes 22 de septiembre, informa que en las últimas 48 horas se habría celebrado en la localidad navarra de Elizondo (¡qué casualidad!) una reunión entre PSE-PSOE, PNV y Batasuna en un intento de desbloqueo de la situación. Una circunstancia desmentida por los dos primeros, si bien han confirmado que los contactos, de carácter bilateral, se mantienen con frecuencia. Y todo ello con vistas a la reunión que deberán mantener representantes del Gobierno con los de ETA en fechas próximas. Pese a todo, el PSOE sigue exteriorizando optimismo; si bien las advertencias procedentes del mundo abertzale se manifiestan progresivamente inquietantes.
Fernando José Vaquero Oroquieta
Páginas Digital, edición de 28 de septiembre de 2006
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