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Una iniciativa para abrir otras puertas

Una iniciativa para abrir otras puertas  La resolución aprobada por el Parlamento de Estrasburgo contó con el respaldo de los cuatro grupos proponentes y el rechazo del PPE, que vio cómo su propuesta alternativa en contra del proceso político salía derrotada al no reunir otros votos que los de sus parlamentarios. Ello causó una visible frustración al equipo que, encabezado por Jaime Mayor Oreja, no ha ahorrado presiones en los últimos días cara a impedir que el debate no se produjera y, no conseguido ese objetivo, que la propuesta de mínimos consensuada por los grupos Socialista, Liberal, Izquierda Unitaria y Los Verdes-ALE no reuniera apoyos suficientes. Lo primero a reseñar es que a diferencia de la iniciativa del PP y sus socios europeos, que se agota en la derrota encajada ayer en la Eurocámara, la iniciativa de la mayoría de los grupos europeos no se ciñe exclusivamente a la histórica sesión celebrada en Estrasburgo, sino que debe servir para hacer un recorrido que lleve a incrementar la implicación de la arquitectura institucional europea en favor de una resolución democrática para el conflicto que soporta Euskal Herria. De hecho, el Parlamento Europeo se compromete en esa empresa y hace partícipes de su determinación al ejecutivo comunitario y a los gobiernos de los estados miembros de la Unión Europea, instancias éstas de las que cabe esperar futuros compromisos en favor de la superación de un problema político que, como el pueblo vasco, hunde sus raíces en esa Europa que, tras décadas de silencio, reservará a partir de ahora un lugar preferente a la cuestión vasca. En todo caso, y a la espera de hacer ese camino, no está de más recordar que el debate de ayer ha sido posible gracias al trabajo pionero desarrollado desde tiempo atrás, y con particular intensidad en los dos últimos años, en la Cámara, y que ha dado como fruto visible la creación del grupo de apoyo o Freendship que hace del impulso al reconocimiento del derecho de Euskal Herria a decidir su futuro, en un escenario de paz y democracia, el eje principal de su trabajo en el corazón de Europa. Esa labor merece un reconocimiento, entre otras razones, por su capacidad demostrada de sumar voluntades entre diferentes, y porque a ella se debe, en buena medida, que el debate desarrollado ayer no se quedara en un intercambio entre socialistas y populares, basado en demostrar quién tiene mayor voluntad de acabar con ETA o quién representa mejor a una parte de las víctimas causadas por el largo conflicto político. De hecho, intervenciones como la de la eurodiputada Monica Frassoni (Verdes-ALE) describieron a la perfección no ya la naturaleza política del conflicto sino el carácter no excluyente del proceso puesto en marcha para solucionarlo, con alusiones expresas a la responsabilidad del conjunto de los partidos y a la implicación de la ciudadanía vasca. Esa participación de los agentes y de la ciudadanía vasca es uno de los elementos que ocuparon un lugar propio en la crónica de la importante sesión parlamentaria. Una amplia delegación llegada desde Euskal Herria hizo patente en la Eurocámara el compromiso mayoritario de este país con el logro de una paz justa y duradera. Una fotografía de enorme valor y que es de esperar sirva de revulsivo para quienes tienen la responsabilidad mayor de forjar otra imagen, la del diálogo multipartito, que espera nuestro país desde hace siete meses. Esa delegación plural hizo patente que, como en Estrasburgo, en Euskal Herria, escenario principal del conflicto y por lo tanto de su superación, existe un respaldo mayoritario hacia un proceso que tiene también el aval destacado de la ciudadanía, como lo demostró la expedición popular que, desafiando distancias kilométricas y controles policiales, se trasladó hasta Estrasburgo para dejar patente a las puertas de la Cámara que los ciudadanos y ciudadanas de Euskal Herria van a decidir su futuro. - Editorial de Gara, 26 de octubre de 2006

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