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Activación social en favor del proceso

Activación social en favor del proceso

La sociedad vasca asiste en las últimas semanas a un auténtico bombardeo de noticias ­no siempre verosímiles, pocas veces inocuas­, que trasladan mensajes a menudo contradictorios en relación a la situación por la que atraviesa el proceso. Requerida para encuestas y sondeos, la ciudadanía se expresa con claridad al vincular el logro de la paz con la resolución de las causas del conflicto. El último «sociómetro» del Gobierno de Lakua refleja un considerable respaldo a un proceso de diálogo sin exclusiones, con una agenda no sometida a censura previa y que no haga un tótem de la cuestión de un marco político que, en la práctica, impide a los vascos expresarse como nación.

Inviabilidad, descarrilamiento, fracaso, hundimiento... son, por contra, los conceptos que emplean algunos representantes políticos para retratar un proceso que si desde el verano arrastraba una crisis «maquillada» por algunos de los implicados, hoy muestra signos evidentes de colapso. Aunque no siempre sea fácil interpretar los mensajes de los agentes implicados, la sociedad vasca percibe claramente que lo que al principio podía interpretarse como un problema en el sistema de arranque ha terminado por gripar el motor mismo del proceso.

Los representantes políticos intercambian responsabilidades sobre un fracaso que afectaría a todos, y las declaraciones se consagran más a poner precio al retorno a un escenario de confrontación que a explicitar públicamente el grado de compromiso propio con la tarea de poner en marcha de una vez el diálogo multipartito que avance hacia un acuerdo que permita a la ciudadanía vasca decidir su futuro. En este difícil contexto, se apela, ya en voz alta ya en soto voce, a la necesidad de que la ciudadanía exprese, por así decirlo, en plaza pública su apoyo a un proceso que vive horas inciertas.

A la labor curtida en el tiempo de Ahotsak se unen ahora pronunciamientos que reflejan una cierta ansiedad y otros que corren el riesgo de ser utilizados para trasladar a la ciudadanía responsabilidades no asumidas por los partidos. Con todo, hoy es más esencial que nunca que todas las voces se expresen, en la forma que entiendan oportuna, para hacer patente el compromiso firme de este país por una paz que vendrá de la mano de los derechos y que es incompatible con las inercias de imposición de que han hecho gala Madrid y París durante estos meses. La sociedad vasca tiene la palabra en este momento crítico para el proceso. -

 

Editorial de Gara, 13 de diciembrede 2006

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