Rubalcaba mantiene la ambigüedad de Zapatero: sólo se rompe este proceso
En la tarde de este martes, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dio la cara, pero no dijo nada. No detalló cuántos kilos fueron utilizados en el atentado de Barajas ni de qué material se trata. “La policía científica está analizando en estos momentos las muestras obtenidas”. Tampoco informó desde dónde se realizó la llamada del móvil que alertó del artefacto. “La policía no ha facilitado esta información porque no lo ha considerado conveniente”. En resumen: sabemos muy poco sobre los detalles técnicos del atentado. Por no saber no sabemos cuántos etarras participaron en la operación ni hemos podido visionar la furgoneta bomba en las imágenes de la cámara de seguridad del aeropuerto.
Rubalcaba no compareció para dar detalles sino para anunciar que ETA había roto, terminado y liquidado el proceso. Además, el ministro aprovechó para tirar de las orejas a los populares y pedirles colaboración con el gobierno. Pero no detalló cuál iba a ser su estrategia a seguir a partir de ahora. “Permítanme que traslade esa información previamente a los grupos políticos el próximo martes”. Un oscurantismo impresentable. Y una buena muestra de que el gobierno no pretende convocar el Pacto Antiterrorista con el PP, sino “buscar un consenso más amplio”, es decir, insistir en el “todos contra el PP” de la resolución parlamentaria que permitió al gobierno iniciar las negociaciones con la banda terrorista
Pero lo que más llamó la atención es el mantenimiento de la equidistancia del presidente. Aunque el ministro dijera que “no existía diferencia sustancial” con lo afirmado por Zapatero, y que se trataba de un debate de “si son galgos o podencos”, la realidad es que sí existe un salto cualitativo. Rubalcaba afirmó que el proceso estaba “roto, acabado y liquidado”, algo que Zapatero no se atrevió a afirmar. Sin embargo, Rubalcaba considera que quien ha “roto, liquidado y acabado” el proceso ha sido ETA. Es decir, el gobierno no rompe, ni acaba ni liquida. Primera ambigüedad calculada. Segunda. Cuando se le pregunta si la liquidación es insalvable responde que “este proceso sí”. ¿Y con otro?, pregunta obligada. “No se me alcanza”, responde Rubalcaba. Y esto, ¿qué significa? ¿Podría haber un nuevo proceso? ¿No es esto exactamente lo mismo que decir que está en suspenso?
Hispanidad.com, 2 de enero de 2007
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