ZP: al totalitarismo por la filantropía
El Mr. Bean que tenemos de arriendo en el Palacio de la Moncloa continúa su camino, paulatino pero constante, hacia el totalitarismo. ¿Exageraciones? Sus últimas actuaciones recogen para los anales al menos cinco tendencias totalitarias, reductoras de la libertad individual, todas ellas disfrazadas de muy filántropos ideales (¡Dios nos libre de los filántropos!). Veamos:
1. Atentado contra la libertad de prensa, en nombre del filantrópico principio de la calidad en la información que recibe el ciudadano. El secretario de Estado de Telecomunicaciones, Francisco Ros, ha amenazado a los nuevos canales de televisión digital terrestre con tomar medidas (recordemos que es el Estado quien otorga las licencias) porque la TV digital no está respondiendo a la calidad que se esperaba e ella. ¿Quién decide qué es TV de calidad? El Estado, es decir, el señor Ros.
Es el mismo señor Ros que representa a un Gobierno que se ha hecho una televisión a su medida, abriendo Canal+ para salvar el desastroso, a fuer de monopolístico, imperio televisivo de Polanco y sólo ha permitido un nuevo invitado al banquete de la TV en abierto : La Sexta, es decir, la tele de su asesor de imagen, José Miguel Contreras, y del mamporrero socialista del mundo del espectáculo, la Mediapro de Jaume Roures. Los demás, por ejemplo el grupo Vocento y la COPE, se han tenido que conformar con emisoras locales o con canales digitales. Es decir, con una audiencia necesariamente minoritaria (y ya veremos si el famoso apagón analógico se produce en 2010 o hay que esperar más).
Pues justo a un secretario de Estado tan amante de la libertad y el pluralismo, se le ocurre que hay que mejorar la calidad de la TV digital. Es lo mismo que ver a Fernández de la Vega, que controla la radio y TV pública más manipulada y desvergonzada de toda la democracia española (ni González ni Aznar se atrevieron a tanto) firmando un pacto contra la telebasura: cosa de mucha risa.
2. Atentado contra la libertad de expresión en Internet, en nombre de la filantrópica defensa de los derechos del consumidor y la lucha contra la estafa. La red es lo más temido por los déspotas. Instrumento pacífica, que emplea la fuerza de la palabra, pero incontrolable por el oligopolio de editores. Debe de ser por la alianza de civilizaciones, pero ZP ha puesto en marcha el sistema islámico de control de Internet: posibilidad de cierre administrativo, no judicial, de páginas WEB, porque hay algunos sitios tan malvados que engañan a la gente con medicinas milagrosas y otras perfidias. Es el proyecto de la llamada Ley de Impulso de la Sociedad de la Información.
Y esto se combina con la curiosísima práctica de exigir –sistema garantista, que le dicen los necios- que se borren todas las posible ofensas –es decir, críticas- de toda la red –en su totalidad manifiesta, que diría el Forges-. Exigencia que, como todo el mundo -con la excepción de los magistrados- resulta de imposible cumplimiento, pero que el Gobierno ZP mantiene y alienta, sin ninguna premura por enmendar la situación.
No lo duden, se trata del mayor atentado contra el periodismo independiente y contra el periodismo ciudadano. Es decir, el mayor atentado contra la independencia por la WWW es el foro de la libertad de expresión.
3. Atentado contra la propiedad privada, en nombre del filantrópico derecho a la vivienda. Como la lógica no es el fuerte ni de tiranos ni de filántropos, no me pregunten cómo se pasa del derecho a la vivienda a la legalización de los okupas, pasando por la expropiación de pisos vacíos que, como su misma nombre indica –expropiar- no es más que un atentado contra la propiedad privada. Estamos haciendo realidad aquello que denunciaban los intelectuales de la era victoriana como síntoma de evolución totalitaria en la Europa de los años veinte: un hombre no puede cortar su árbol, en el jardín de su casa con su propia hacha… sin permiso de la autoridad.
Dicho de otra forma, en lugar de hacer más vivienda pública o protegida para el que no puede pagar una vivienda libre, permitimos que ocupen las viviendas del prójimo. ¿Qué le rico no utiliza esa vivienda? Sí, pero tampoco el okupa es un sin techo, sino un jeta.
4. Atentado contra la libertad corporal en nombre del filantrópico principio a una vida saludable. Salud física, hablamos, porque la salud mental de Juan Español va fatal. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, y ahora la de Medio Ambiente, Cristina Narbona, se han empeñado en que no podemos fumar, ni beber, ni comer ni copular, al menos fuera del marco legal vigente, es decir, el que ellas deciden.
5. Atentado contra la vida, en nombre del derecho a la salud reproductiva. Después del fiasco –convertido ya en puro pitorreo- de la utilización de embriones humanos como cobayas de laboratorio, ahora el Gobierno ZP pretende ampliar la locura a la mezcla de genomas animales y humanos, más que nada por probar, mientras intenta producir en serie bebés medicamentos, que son como los bebés esclavos pero condenados a muerte segura. Se trata del otro filantrópico principio : ¿No quieres caldo? Pues toma dos tazas.
6. Atentado contra la seguridad, en nombre de los filantrópicos e infinitos anhelos de paz ciudadana. Aquí el culpable no es el Gobierno, sino una juez (en España hay algo más corrupto que la política o el periodismo : la Administración de Justicia-, pero la quiebra del principio de autoridad y la majadería de algunos principios zapateriles como la no violencia ni en legítima defensa, llevaron a una juez catalana a decidir prisión preventiva para una hombre que utilizó su arma contra unos ladrones –con el resultado de un muerto, que conste- cogidos in fraganti en el domicilio de su suegro. Como re aconsejan los policías amigos: si te atracan lo mejor es que no te defiendas. Esa decisión judicial, la inoperancia de las policía, ha reforzado el principio de que cada cual se saca las castaña del fuego sin molestarse en denunciar el delito del que es víctima… por si acaso no le sucede algo peor.
La variante política de esta tendencia totalitaria es la de la violencia social y política impune. Es decir, Jarrai en el País Vasco, donde no hay problema de paz, sino de libertad: una minoría tiene secuestrada y atemorizada a una mayoría.
En España, el único seguir es el rico, porque cuenta con seguridad privada. Y a veces ni eso, o que se lo pregunten al joyero Tous.
Sí, el presidente del Gobierno de España es un verdadero Mr. Bean: insensato pero siniestro.
Eulogio López
Hispanidad.com, 26 de enero de 2007
0 comentarios