Los enviados de Zapatero tuvieron que recurrir a los ficheros policiales para identificar a los interlocutores de ETA
Al último encuentro oficial mantenido ente los representantes del Gobierno y ETA no acudió Josu Ternera. Según desvela El Mundo, los enviados de Zapatero no recocieron a uno de los negociadores y tuvieron que "cotejar fotos y alias con las Fuerzas de Seguridad para concretar la identidad de los interlocutores". Tras ese encuentro, interpretaron que por el hecho de haberse celebrado ETA estaba dispuesta a mantener su alto el fuego. Dos semanas después los etarras volaron el aparcamiento de la T-4 y mataron a dos ecuatorianos.
La información de Ángeles Escrivá en El Mundo sostiene que, al menos en la última reunión de diciembre, ETA cambió a sus interlocutores habituales. Entonces no acudió a la cita Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera. En su lugar acudió otro negociador etarra al que los enviados de Zapatero no reconocieron. Pese a esto, consideraron que la reunión "encerraba todas las garantías requeridas" y decidieron continuar. Tras el encuentro, tuvieron que recurrir a los archivos policiales para "cotejar fotos y alias con las Fuerzas de Seguridad del Estado para poder concretar la identidad de los interlocutores".
La noticia identifica como probables representantes del Gobierno, según fuentes policiales, a los socialistas Jesús Eguiguren y Francisco Egea. También al ex fiscal general del Estado, Javier Moscoso. Su conclusión tras el encuentro fue que la banda mantenía su alto el fuego, "al menos, a corto plazo". Fue una interpretación porque, matiza Escrivá, los etarras "no garantizaron expresamente a los enviados del Gobierno que no fueran a romper la tregua". Se limitaron a apuntar que "mantenían los canales abiertos y dieron a entender con ello que, por el momento, no tenían de qué preocuparse".
Sobre la ausencia de Josu Ternera en esa reunión, que probablemente se volvió a celebrar en Oslo, el Gobierno tenía en su poder desde antes del verano informes en los que los más radicales de la banda terrorista habían advertido a su dirigente sobre la necesidad de verificar la intención del Gobierno de "dar pasos en el proceso". Poco después se constató que su autoridad ya no era tal.
Concluye El Mundo que los expertos creen que Josu Ternera decidió no acudir a la última reunión "porque quería preservar su eventual papel futuro de negociador" y "porque ya sabía lo que se estaba preparando en diciembre, en Madrid, a pocos días del encuentro".
Libertad Digital, 29 de enero de 2007
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