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Los Reyes inauguran el monumento a las víctimas del 11-M con tres minutos de silencio

Los Reyes inauguran el monumento a las víctimas del 11-M con tres minutos de silencio Alrededor de 1.500 víctimas y allegados asistieron al breve y solemne acto en el sonó 'El cant dels ocells' de Pau Casals.

Los Reyes inauguraron, en el tercer aniversario del atentado del 11-M, el monumento en recuerdo y homenaje a las víctimas, erigido en las proximidades de la estación de Atocha, donde se guardaron tres minutos de silencio.

Acompañados por los Príncipes de Asturias, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y representantes de todas las instituciones del Estado, los Reyes depositaron una corona de laurel con la bandera de España a los pies del gran cilindro de vidrio en homenaje a los 192 muertos en la masacre.

Alrededor de 1.500 víctimas y allegados asistieron al breve y solemne acto, sólo alterado momentáneamente por uno de los familiares, que esgrimió una pancarta en la que se exigían responsabilidades criminales al anterior ministro del Interior, Ángel Acebes, y al ex presidente del Gobierno José María Aznar.

 

Los Reyes y los Príncipes llegaron en torno al mediodía a la estación de cercanías de Atocha, donde fueron recibidos por Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, por el alcalde de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón, la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez.

 

Ya estaban en el lugar la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa González de la Vega, el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, y los titulares de Exteriores, Defensa y Justicia, junto a los presidentes del Congreso y del Senado.

 

Se hallaban también frente al monumento la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Francisco José Hernando, y el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido.

 

Charla entre partidos

 

Durante la espera, junto a ellos charlaron durante más de media hora el líder del PP, Mariano Rajoy, y los portavoces populares en el Congreso y el Senado, Eduardo Zaplana y Pío García Escudero, respectivamente, con el portavoz del PSOE en la Cámara Baja, Diego López Garrido.

 

Acompañados por Gallardón, Aguirre, la ministra de Fomento y Zapatero, los Reyes y los Príncipes visitaron la sala situada bajo el monumento, en la que se leen los nombres de los fallecidos en los atentados y los mensajes que los ciudadanos dejaron en los aledaños de la estación tras la masacre.

 

Tras depositar la corona y guardar los tres minutos de silencio, la interpretación de 'El cant dels ocells' de Pau Casals, a cargo del violoncelista Antonio Martín, cerró el solemne acto -de menos de 15 minutos y sin discursos- entre aplausos de los asistentes.

 

El sencillo homenaje sólo se salió del guión cuando un familiar, aplaudido por buena parte de las víctimas, levantó una pancarta en la que se podía leer "Acebes, prisión por negligencia criminal; Aznar, proceso por el Tribunal Internacional de La Haya".

 

"Viva España"

 

Los Reyes y los Príncipes se despidieron de las personalidades asistentes al acto, y desde las sillas destinadas a las víctimas se oyó un grito de "Viva el Rey" y "Viva España".

 

Zapatero también se despidió protocolariamente de todos y, aunque las cámaras estaban pendientes de su encuentro con Rajoy tras la manifestación celebrada ayer en Madrid, el presidente del Gobierno se limitó a estrecharle la mano, como al resto.

 

Tras concluir la ceremonia, Rajoy habló con la prensa y señaló que "en este momento sólo procede acordarse de las víctimas, sus amigos y sus familiares, y trabajar para que esto no vuelva a ocurrir".

 

López Garrido, por su parte, hizo referencia al juicio del 11-M y consideró que está demostrando la responsabilidad del radicalismo islamista, frente a "otras conspiraciones que absurdamente se han pretendido plantear, como ya las planteó el gobierno de entonces, que fue duramente castigado por ello por los españoles".

 

Heridas que cicatrizarán cuando tengan una sentencia

 

La presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón, señaló que las heridas de las víctimas sólo cicatrizarán el día que tengan una sentencia. Para Manjón, el incidente de la pancarta no buscaba politizar el acto y debió de ser una expresión de "rabia contenida".

 

Mientras se hacían estas declaraciones, numerosos familiares de víctimas se acercaban a los pies del monumento, de once metros de altura, para depositar ramos de flores en recuerdo de sus seres queridos.

 

Según explicó el alcalde de la capital, el monumento es una "invitación a la vida" basado en la idea de que cada una de las víctimas cuente con un momento de luz al día.

 

Cuando las autoridades ya se habían marchado y comenzaban las colas para visitar la sala bajo el monumento, se entrevió cómo la crispación política se ha trasladado también a las víctimas y a sus familiares, que discutían a viva voz sobre la política de Aznar y de Zapatero.

 

Pequeño incidente entre políticos

 

También se registró un pequeño incidente entre los políticos invitados, cuando, según algunos de los parlamentarios presentes, la diputada de IU, Isaura Navarro, hizo un comentario sobre la monarquía y fue insultada por el eurodiputado popular, Alejo Vidal Cuadras.

 

Además de otros parlamentarios, al acto asistieron también la corporación municipal de Madrid y miembros de la Asamblea, los presidentes de Castilla-La Mancha, José María Barreda, Cantabria, Miguel Ángel Revilla, el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, y los 23 embajadores de los países que tuvieron víctimas en el 11-M.

 

Elconfidencial.com, 11 de marzo de 2007

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