La debilidad de UPN, la debilidad del marco
Resulta muy paradójico que después de lograr una movilización como la realizada el sábado por UPN y CDN, con una implicación del PP que deja dudas sobre quién era el convocante, Miguel Sanz se descuelgue con una oferta a la defensiva como la trasladada el lunes, por segunda vez, al PSN. Sanz le propone de nuevo repartirse los cargos a cambio de «blindar Navarra». Nada nuevo: lo que Sanz plantea es prorrogar una estrategia desarrollada en Nafarroa desde los años 80 y que no ha tenido éxito. La constatación de que el marco actual no fue decidido por la ciudadanía navarra está más viva que nunca, y esa entente sólo ha traído a Nafarroa una derechización imparable, el ataque ininterrumpido a sus señas de identidad (euskara, Ley de Símbolos) y la carcoma de la corrupción incesante y al más alto nivel. La oferta de Sanz retrata a UPN como un gigante con pies de barro. Pese a la magnitud de la convocatoria, la derecha navarra ha sabido leer la situación y parece consciente de que no posee la mayoría social, que en las calles de Iruñea sólo hubo dos partidos, ningún sindicato y sólo grupos de ultraderecha como Falange, Foro Ermua o AVT. Y sabe que la marcha constituyó una expresión de españolismo que pone en entredicho su supuesta defensa de la decisión los navarros. Los próximos meses van a ser absolutamente decisivos, pero no cabe perder de vista que la clave no está en un UPN que maniobra a la desesperada, sino en un PSOE que tiene en su mano la opción de un cambio político que devuelva la palabra y la decisión a la ciudadanía navarra.
Gara, 21 de marzo de 2007
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