España: monarquía bananera
La condición de banana por parte de un estado se adquiere cuando el derecho y la justicia se transforman en una entelequia, y jueces y fiscales pasan a ser una simple dependencia del gobierno. Esto es lo que está sucediendo en España de una manera acelerada y con máximo impudor. Se está destrozando la justicia porque el gobierno la instrumentaliza o la coacciona.
Constatémoslo con la realidad de los hechos: La fiscalía holandesa ordenó la detención de una mujer de aquel país en el mes de noviembre porque había venido a abortar a España fuera del límite legal que las leyes holandesas permiten. Fue acusada, además, de homicidio, para ser más exactos de infanticidio porque se trataba de un inmaduro de ya 25 semanas. Hace pocos días la comisión rogatoria encabezada por un fiscal ha interrogado al famoso Dr. Morín en dependencias judiciales, porque este acto presuntamente criminal se realizó en su clínica. Nadie duda que Holanda es el país más libérrimo de Europa en sus leyes, incluida la del aborto, pero también es necesario subrayar que cuando estos amplísimos límites se superan, la justicia actúa con independencia y contundencia.
Veamos ahora el equivalente español: Un juez llama a declarar a 28 mujeres que han abortado en relación a unos presuntos delitos cometidos en la clínica Isadora, cuyos indicios más importantes son los restos humanos encontrados. Estos trozos indican que, en algunos casos, la edad del no nacido podía ser de muchas semanas, incluso de un inmaduro, como en el caso holandés.
La guardia civil comunica a las afectadas para que acudan a declarar. A partir de aquí todo el gobierno como si no tuviera otra cosa que hacer, se pone en acción para perturbar y coaccionar al juez.
Empieza la vicepresidenta, precisamente la misma que se ha llenado la boca durante cuatro años diciendo que nunca opina cuando interviene un juez, afirmando que el Fiscal General del Estado, degradado a la condición de fuerza de choque política del gobierno, actuará para velar que no se vulnere el derecho a la intimidad de las personas.
A continuación se entrevistan las clínicas abortistas, faltaría más, con el Ministro de Sanidad, Bernat Soria, quien les agradece su magnífica tarea y las apoya. Por su parte el Ministro de Justicia insiste en lo del derecho a la intimidad.
En todo esto ¿nadie piensa en la libertad del juez para actuar, o es porque se trata del tema del aborto y éste está protegido, incluso cuando se practica de forma irregular, por el gobierno?
Está bien que se proteja la intimidad de las personas pero esto reza no solo en este caso sino en todos los otros. El aborto no es un delito que merezca una especial consideración.
Una persona acusada de corrupción urbanística, de robo, de malos tratos, tiene los mismos derechos, porque de no ser así se está haciendo un juicio previo que invalida al que viene después, al verdadero. Es decir se convierte la justicia en un aparato bananero. Por otra parte la “intimidad” nunca ha impedido el progreso de la justicia, simplemente porque para quienes nos gobiernan el aborto ilegal no es delito: bananerismo puro y duro.
Iba a escribir que “calle de una vez este gobierno” en tantas arbitrariedades y desafueros, pero sería inútil. Esto solo tiene arreglo enfrentándose a él y utilizando los derechos democráticos para que deje de hacer tanto daño.
Josep Miró i Ardèvol
Forum Libertas, 19 de enero de 2008
0 comentarios