VALORACIÓN DE LAS ELECCIONES GENERALES DEL 9 DE MARZO DE 2008
· Nuevamente se han celebrado unas elecciones sin que imperen unas auténticas garantías democráticas en el País Vasco. La prueba más brutal ha sido el asesinato de Isaías Carrasco, a cuya familia, amigos y compañeros, reiteramos nuestra solidaridad.
· Los dos grandes partidos nacionales suman el 92 % del Parlamento. El PSOE ha aumentado en más de treinta y ocho mil votantes su apoyo y el PP lo ha hecho en más de cuatrocientos mil.
· El nacionalismo ha sufrido un severo castigo. La suma de CIU, ERC, PNV, BNG, EA y NA BAI ha perdido 564.000 votos, equivalentes a un 25 % de los obtenidos en las anteriores Elecciones Generales.
· Un partido con una clara idea de España y del Estado como UPyD consigue representación parlamentaria y supera en número de votos al PNV.
· El proyecto del nacionalismo ha salido debilitado de las urnas y el pueblo español ha mandado un claro mensaje a los dos grandes partidos nacionales para que recuperen los pactos de Estado sobre la estructura nacional y la derrota de ETA sin concesiones de tipo alguno.
Bilbao, 10 de marzo de 2008
Después de treinta años de democracia en el País Vasco seguimos teniendo que votar sin las mínimas garantías exigibles: la oposición sigue escoltada, los partidos no nacionalistas no pueden realizar sus campañas libremente y los actos de coacción y amenaza siguen siendo la práctica habitual, desvirtuando así el resultado electoral. El asesinato a manos de ETA del miembro del PSE Isaías Carrasco ha sido la prueba más brutal de la situación de falta de libertades que se padece en nuestra tierra. El Foro Ermua envía nuevamente a los familiares, amigos y compañeros del asesinado toda su solidaridad y espera que el tiempo no borre su recuerdo ni los compromisos adquiridos por los representantes políticos tras el atentado.
El resultado prácticamente definitivo de las elecciones no ha podido ser más claro respecto a la derrota que ha sufrido el nacionalismo identitario: los dos grandes partidos nacionales han sumado el 92 % de los parlamentarios y el conjunto de los partidos nacionalistas han perdido un 25 % de sus apoyos. El Partido Socialista ha aumentado sus votos en más de treinta y ocho mil y el Partido Popular lo ha hecho en más de cuatrocientos mil, mientras la suma de CIU, ERC, PNV, BNG, EA y NA BAI ha perdido 564.000 votos. Por su parte, UPyD, el partido liderado por Rosa Díez, con unos medios muy limitados, ha conseguido más de trescientos mil sufragios, superando al PNV y obteniendo representación parlamentaria. Igualmente IU, que ha venido manteniendo una política de apoyo sistemático al nacionalismo tanto al entrar a formar parte del ejecutivo de Ibarretxe, como al apoyar a la franquicia de ETA, ANV, ha visto reducida su representación a dos diputados. Estos datos son bastante elocuentes sobre la apuesta del electorado por proyectos de ámbito nacional frente a unos localismos retrógrados empeñados en la obtención de privilegios injustos e injustificados.
La reducción del apoyo electoral del nacionalismo no debería traducirse, como sucedió en las elecciones autonómicas y forales del País Vasco, en un incremento de su poder, sino en todo lo contrario. España está ahora en la mejor situación para evitar su chantaje permanente y su sobreinfluencia. Para ello es necesario que el PSOE, en lugar de buscar el apoyo de quienes han sido derrotados por las urnas, busque el acuerdo del PP, tanto para su investidura como para comenzar a acometer las reformas que devuelvan solidez y capacidad al Estado español. No somos ajenos a la dificultad que encierra que quien dañó la igualdad, libertad y solidaridad entre los españoles y rompió los consensos de la Transición con al aprobación del Estatuto de Cataluña y con una negociación política con ETA, sea capaz de liderar la política de regeneración que necesita España. Pero creemos que ése ha sido el mensaje enviado por el pueblo español en las Elecciones Generales y ésa es su obligación democrática.
Es asimismo obligación del partido que está llamado a formar Gobierno recuperar un consenso en la lucha antiterrorista basado en la firmeza contra ETA, la apuesta por su derrota y el abandono de cualquier final dialogado del terrorismo. Sería el mejor comienzo para esta legislatura la presentación de una moción parlamentaria pactada entre el PSOE y el PP que desterrara cualquier horizonte de negociación con ETA e hiciera perder a los terroristas toda esperanza de conseguir ninguno de sus fines. Si el PSOE se negara una vez más a adoptar medida alguna para clarificar el compromiso inquebrantable con la derrota de ETA, nos confirmará en nuestros peores temores y significaría que, con toda probabilidad, el Gobierno volvería a intentar negociar con los terroristas.
Por otra parte, el primer reto ya anunciado para esta legislatura será el referéndum ilegal cuya convocatoria para este mismo año ya ha anunciado el Lehendakari Ibarretxe. El Partido Socialista, como partido de Gobierno, deberá tratar de pactar con el principal partido de la oposición una respuesta suficientemente contundente ante este desafío que puede ser un grave ejemplo a seguir por otras regiones de España.
El Foro Ermua desea al Partido Socialista la mejor suerte en la legislatura entrante y estará al lado del Gobierno apoyándolo sin descanso si busca sinceramente el pacto de Estado para garantizar la unidad, igualdad, la libertad y la solidaridad entre españoles, la eficacia del Estado y la derrota de ETA, alejándose del proyecto nacionalista. Si, por el contrario, escogiera como socios y apoyos parlamentarios a quienes ya en 1998 asumieron un proyecto plasmado en el Pacto de Barcelona, incompatible con la convivencia entre españoles, el Foro Ermua utilizaría todos sus recursos para oponerse a lo que no sería sino la continuación agravada y acelerada de lo vivido en la anterior legislatura.
Por último, el Foro Ermua solicitará nuevamente, como desde 2001 viene haciendo, una reunión con D. José Luis Rodríguez Zapatero.
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