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El ayatolá Jamenei, nada menos que todo un feminista

El ayatolá Jamenei, nada menos que todo un feminista

El ayatolá Alí Jamenei, Guía Supremo de la Revolución, ha afirmado en fechas recientes que Occidente "maltrata a la mujer", mientras que la República Islámica de Islam las "honra". ¿Qué prueba esgrimió para ello? Pues que el islam las obliga a cubrirse con el hiyab. Las mujeres veladas son completamente invisibles para el hombre de la calle, que así no se excita y, por tanto, no viola a todas las que se le ponen por delante. Palabra de Jamenei.

 

El Gran Ayatolá se ha revelado un feminista de marca mayor, y no lo digo en broma. Sus puntos de vista coinciden ce por be con los de, por ejemplo, Ann Chamberlain, autora de A History of Women's Seclusion in the Middle East (Una historia del aislamiento de la mujer en Oriente Medio), donde sostiene que las occidentales que tratan de buscar un sitio en espacios antes reservados a los varones son mucho más "conservadoras" y "patriarcales" que las musulmanas que llevan el velo y observan el purdah.

 

Para Chamberlain, ese espacio exclusivo para las mujeres es equivalente a las protestas antipatriarcales y a los movimientos feministas de resistencia. Por otro lado, esta autora dice que en el Oriente Medio pagano las esclavas eran obligadas a trabajar desnudas y a estar en todo momento sexualmente receptivas, por lo que las mujeres obligadas a llevar velo y observar el purdah están más seguras que aquéllas. Las mujeres sanas lucen el velo, que es una declaración de fortaleza e inaccesibilidad.

 

¿Está el Guía Supremo de la Revolución iraní en comunicación telepática con Ann Chamberlain? "Jamenei informó a los estudiantes iraníes de que, de acuerdo con la versión iraní del islam, a las mujeres pobres se les obliga a ocultar el rostro y el cuerpo entero con el objeto de honrarlas y de que su vestimenta esté en consonancia con el estilo adoptado por las aristócratas", ha relatado Terence P. Jeffrey, de la CBN. "Esta medida, añadió el ayatolá, se sigue de la conclusión de que los hombres albergan un 'deseo innato de violencia sexual'. 'En el antiguo Irán, las aristócratas solían llevar el hiyab, a diferencia de lo que ocurría con las mujeres de los estratos inferiores, pero el islam rechazó ese tipo de discriminación', añadió. Asimismo, explicó de esta manera por qué las mujeres han de llevar el hiyab: 'En otras palabras, queremos honrar a todas las mujeres. Esto es lo que dice el islam. Ahora, ellos [Occidente] se comportan como si nosotros estuviéramos haciendo lo malo y ellos lo bueno. Pero se equivocan, y han de dar cuenta de por qué tratan a la mujer como un producto para la satisfacción de su lujuria'".

 

Entre las formas de "deshonrar" a la mujer, el ayatolá Jamenei no cuenta (probablemente ni se le pasa por la cabeza algo por el estilo) la poligamia, los matrimonios temporales o la lapidación de presuntas víctimas de una violación. Él prefiere hablar del empleo que se hace en Occidente de mujeres desnudas (¡ese pelo al aire, esos codos sin cubrir!) para vender determinados productos, así como de la negativa a que las mujeres lleven el velo en las universidades. También destaca que, según estadísticas recién recopiladas, un tercio de los occidentales pega a las mujeres. De acuerdo con una encuesta reciente, entre el 12 y el 16% de las mujeres residentes en Europa recibe palizas en casa. ¿Se disparará tal cifra cuando se incluya en los sondeos a los países del Tercer Mundo?

 

Me pregunto qué porcentajes arrojarán las estadísticas iraníes. ¿Quizá un 90%? Puede que las abayas no sean lo suficientemente gruesas, lo suficientemente oscuras, lo suficientemente asfixiantes. Por cierto: ya estamos viendo a los gobernantes iraníes insistir en que las mujeres no naden en piscinas públicas, o que lo hagan por separado, o que se enfunden para la ocasión trajes que las cubran por completo. Ya hay ropas especiales para montar en bicicleta. ¿Qué será lo próximo, obligarlas a llevar velos en las pestañas? ¿O quizá taparlas la cara de una maldita vez?

 

Atienda un momento, señor Jamenei: cuando se deja tan poco espacio para la imaginación, una mujer cubierta de pies a cabeza puede ser muy excitante para más de un gilipollas. Así pues, ¿por qué no imponer toques de queda masculinos, como propuso un buen día Golda Meir? Todo parece indicar que el problema está en los hombres, no en las mujeres.

 

PHYLLIS CHESLER, psiquiatra y autora de libros como THE NEW ANTI-SEMITISM.

 

Libertad digital, suplemento Ideas, 12 de marzo de 2008

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