Feminismos y derecha social.
El pasado 21 de mayo de 2008 se celebró, en la Fundación Leyre de Pamplona, una nueva sesión de los “Talleres de realidad”. Dirigida por la Técnica de Igualdad Carmen González, se analizó el aparente choque entre feminismos y derecha social.
Al igual que en otras ocasiones, presentamos las siguientes conclusiones:
1) El feminismo es plural, no singular. Casi tantos matices como mujeres.
2) Contexto teórico inicial. Tres han sido las formas de relación entre los sexos: “Unidad e igualdad” (Platón, Renacimiento, Ilustración, Movimientos de emancipación); “Polaridad”, pero entendiendo a la mujer inferior al hombre (Aristóteles); “Complementariedad”, asimetría, dignos, no desiguales, no intercambiables, diferentes pero de igual valor.
3) Contexto actual: fin del patriarcado en Occidente. Pero incluso en el patriarcado las mujeres han sido capaces de crear sus propios espacios de libertad.
4) Feminismos actuales: de la igualdad, de la diferencia, ecofeminismo, cristiano, lesbiano, libertario… Y, en Navarra: el euskofeminismo.
5) El drama del feminismo materialista mayoritario: ignoran la mediación del amor; no en vano, lo personal determinaría lo público. “Lo personal es lo político”, afirman. En suma “unas feministas que sonríen poco”.
6) La potente “Teoría de género” es una categoría de análisis que ha desarrollado un feroz rechazo de la institución familiar; de lo que se deriva la “deconstrucción” social y personal. Un feminismo radical asociado a la “cultura de la muerte”, cuando lo femenino es, por definición, vida, relación, protección de los débiles.
7) En España tenemos un feminismo de Estado que presupone lo que las mujeres quieren y que se sirve de todos los instrumentos culturales y estatales para el desarrollo de sus políticas; ejemplo, “la discriminación positiva”. Y una política social muy concreta: la sustitución de parte del “trabajo tradicional no remunerado de las mujeres” por los servicios sociales y por los inmigrantes.
8) Un feminismo positivo: el del tercer mundo. “Partir del si para relacionarse”. Las actividades de creación y recreación de la vida vertebran la convivencia y no pueden definirse como explotación, pues hay mucho de reciprocidad, también con el medio ambiente, y mucho de amor. Hay que diferenciar entre pobreza y miseria y de los procesos de desaparición de lo duradero por lo caduco y perecedero. Así, la tradición no siempre esclaviza, sino que permite mantener la dignidad de las personas a pesar de lo limitado de sus recursos.
9) Hay feminismos ajenos a la izquierda y la derecha. Hay actuaciones feministas llevadas a cabo por la derecha y hay feminismos incompatibles y totalmente combativos con la derecha.
10) La derecha no ha respondido a la batalla cultural y política del feminismo: ni en el plano teórico, ni en el la acción política. No propone la política de cuotas, por ejemplo, pero tampoco la retira.
11) La derecha social es considerada como doblemente enemiga por la inmensa mayoría del feminismo: por derecha y por machista, al considerar que está en contra del avance social en su reivindicación de la importancia de la familia.
12) Casi todos los feminismos, también el de la diferencia, han sido devastadores para la familia tradicional. Las familias actuales ya no son patriarcales. Se establecen desde el amor y esa es su medida: el intercambio exige un compromiso que muchos hombres y muchas mujeres no están dispuestas o no saben llevar a cabo. La crisis de la familia tradicional no es mala, lo que es malo son las alternativas impuestas.
13) Es muy duro el camino que estamos andando para formar la nueva familia del amor, la familia en la que maternidad y sus prácticas sean importantes, valoradas y protegidas. Una familia que es un ámbito de libertad para hombres y mujeres y no una dominación por parte de unos o unas o una eterna lucha de poder. La familia donde se negocia desde la disparidad y la asimetría. ¿Quien defiende ahora a la familia?, ¿a esta familia de la libertad y el amor? Está bien claro quien no la defiende. Por todo ello el feminismo y la derecha social si están relacionados.
14) Cuidado con las perversiones y trampas del lenguaje: no hay cargas familiares, sino responsabilidades familiares; la paternidad “responsable” (un concepto que nace de la sospecha del hombre) debe relegarse por “paternidad” a secas. Otra propuesta concreta: hablemos de la familia sin el adjetivo de “tradicional”.
Pamplona, 22 de mayo de 2008
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