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“Implantación y problemáticas del islam en España”.

“Implantación y problemáticas del islam en España”.

 

El pasado 15 de mayo de 2008 se celebró, en la Fundación Leyre de Pamplona, una nueva sesión de los “Talleres de realidad” dirigida por Fernando Vaquero, escritor y analista.

Al igual que en otras ocasiones, presentamos las siguientes conclusiones:

 

1)       En el islam, religión, sociedad y Estado forman una unidad; de modo que la ley civil es la ley religiosa: la sharia, su desarrollo normativo, fue cerrado en el siglo X. Se caracteriza por una triple desigualdad: entre musulmanes y no musulmanes; entre el hombre y la mujer (divorcio, repudio, herencia, matrimonio con no musulmanes, los hijos a cargo del padre, los hijos seguirán la fe del padre, la cuestión del velo, la no coránica mutilación genital femenina); entre el hombre libre y el esclavo (casi por completo desterrada).

2)       La diferenciación entre los conceptos de gran yihad (ascesis personal y social) y pequeña yihad (guerra de defensa de la Umma) disfruta de particular fortuna entre los occidentales; pero no entre los propios musulmanes. Una nefasta consecuencia del afán de novedad de los occidentales, de sus complejos y mala conciencia.

3)       La mezquita no es una mera iglesia: allí se decide TODA cuestión, del rango que sea, que afecta a la Umma. Por ello, el Estado debe controlar la naturaleza y situación concreta de cada sala de oración musulmana.

4)       Modelos de integración de inmigrantes en  países culturalmente muy distintos: asimilación (aceptación de la ley y costumbres del país que acoge), multiculturalismo (todas las religiones son análogas y equivalentes, mereciendo el mismo trato), meeting pot (Estados Unidos), identidad enriquecida (base cultural potente y otras culturas que pueden mantener su identidad, sin diluir la primera).

5)       En España se viene aplicando de hecho el modelo del multiculturalismo improvisado; tanto con el PP, como con el PSOE.

6)       Elementos constitutivos de Europa que deben conocer y aceptar los musulmanes: democracia, pluralismo, libertad religiosa y de conciencia, separación Iglesia/Estado, respeto de los derechos de la persona, igualdad entre hombres y mujeres, rechazo de la violencia como instrumento político.

7)       El problema de la educación. Debe garantizarse la libertad religiosa de los musulmanes. Pero un gran problema es el del empleo del árabe, imprescindible en su práctica religiosa, que debe limitarse a su aprendizaje litúrgico; al objeto de evitar la creación de guetos.

8)       Cuestiones que ya se están resolviendo: cesión de terrenos y financiación de mezquitas (con las carencias señaladas en el punto 3º), implantación de la normativa de la comidas halal, cementerios musulmanes, ausencias del trabajo por festividades musulmanas (la cuestión del viernes; las 5 oraciones diarias unificadas en 3), efectos civiles del matrimonio islámico (celebrado bajo fórmula religiosa).

9)       El islam español es muy plural; tanto por la procedencia étnica y nacional, como por la diversidad de escuelas y obediencias.

10)    Son 1.130.000, de los que 33.000 son españoles/as conversos/as. Pero apenas un 10% practica su fe y en torno a un 5% está asociado en entidades musulmanas. Su visibilidad social y mediática, no obstante, es muy superior a su presencia real.

11)           La opacidad de muchas comunidades musulmanas dificulta su conocimiento y un efectivo control, de precisarse éste, pudiendo así amparar la creación de focos radicales proclives al terrorismo.

12)          Una propuesta política transversal concreta: la reciprocidad; pudiéndose asociar, por ejemplo, las ayudas al desarrollo en países musulmanes con la aplicación en los mismos de los derechos humanos (entre ellos, la libertad religiosa).

13)          Como base de diálogo con el islam, Occidente debe partir de la laicidad y la ética de los valores comunes; pero siempre que sea consciente de sus raíces, idiosincrasia y derechos. El diálogo y la convivencia únicamente son creativos desde el cultivo de la propia identidad. Los complejos de inferioridad envalentonan a los radicales. También los inmigrantes necesitan de marcos legales y culturales precisos que impidan, por ejemplo, dobles estatutos jurídicos (el civil europeo y la sharia) que favorezcan de hecho guetos en los que se violen determinados derechos humanos y civiles específicos de la tradición europea y de proyección universal.

 

Pamplona, 16 de mayo de 2008

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