Prioridades, Límites y Rubalcaba, por Inma Castilla de Cortázar Larrea (Presidenta del Foro Ermua)
Con acierto afirmaba el Ministro Arias Cañete hace unos días que los españoles le han dado su confianza al gobierno de Mariano Rajoy “para tomar decisiones muy difíciles”. Y mientras millones de ciudadanos contenemos la respiración y el lamento –responsablemente- mientras nuestras nóminas se reducen como por maldición, la oposición liderada por el inefable Alfredo Pérez Rubalcaba agita a sindicatos, estudiantes y propias huestes como si todos los graves problemas que tiene España nada tuvieran que ver con él. Parece olvidar que fue Portavoz, Ministro de Interior y Vicepresidente de los Gobiernos que nos han dejado en la ruina, en el descrédito internacional y con una democracia herida de muerte, por el desprestigio de sus Instituciones y la legitimación de los objetivos políticos de ETA y su representación institucional.
Rubalcaba ha sido el fundamental bruñidor político de una implacable estrategia de negociación con ETA que se inició, estando el PSOE en la oposición, cuando menos en diciembre de 2003, en torno a la reunión de Perpiñán, donde ETA pactó el Estatuto de Cataluña con ERC. Estrategia con ETA que aún no ha concluido y que al partido de Rubalcaba le interesa que se consume, porque para eso la iniciaron y ejecutaron con una determinación, digna de mejor causa.
Para que lo pactado con ETA se consume hace falta que el Gobierno de Rajoy considere que la fundamental prioridad es el empleo y la crisis, asuma como propia la gestión de un “fin de ETA” -que en modo alguno es su derrota- y acate la situación heredada sin más complicaciones: dejarlo estar, porque sólo nos faltaba que ETA vuelva a matar; aplicar la actual legislación penitenciaria; ... y a verlas venir con el Tribunal Constitucional… , que si falla contra de la Doctrina Parot permitiría sustanciosos descuentos en las penas de los terroristas que junto con las trampillas, operativas ya en Prisiones, podrían ir logrando, uno a uno, impunidad. Ya lo decían a gritos, en Bilbao, hace sólo unos meses: “Sin Amnistía, no habrá paz”. Regalar a ETA poder, financiación, legitimidad,… sólo lleva al precipicio que ETA y sus amigos llaman “autodeterminación”… y vuelta a empezar dentro de un año, después de un enorme destrozo: moral, institucional, político, cívico y social.
La prioridad por la que nuestra democracia clama es su regeneración moral. Y en esa materia - que afecta a todos, pero particularmente a Interior, Justicia y Educación- no hay un minuto que perder. Nuestra deleznable democracia se desmorona, inconsistente, por la ausencia de resortes morales. El bien común pasa por el respeto a la verdad, a la dignidad de las personas y de sus libertades que son los elementos morales esenciales de una democracia. En democracia no todo es relativo, no todo es posible: hay premisas irrenunciables. El relativismo, hasta la sinrazón y el ridículo que lidera (y ha liderado) Rubalcaba, esboza nuevas formas de totalitarismo. Prescindir de esos presupuestos éticos desnaturaliza la libertad, la pervierte, la desvincula de la responsabilidad y, por lo tanto, del bien común. ¿Qué esto supone límites? …¡afortunada y naturalmente! Eso es lo que esperan millones de ciudadanos - prioridades y límites- que sin duda requerirán “decisiones muy difíciles”.
La Gaceta, 10 de marzo de 2012.
0 comentarios